Si hemos podido avanzar es porque lo hemos hecho a hombros de gigantes, aupados por hombres y mujeres que con su esfuerzo, trabajo y corazón generoso nos abrieron el camino. Gracias a ellos aprendimos que cuando conectamos somos capaces de avanzar y lograr cosas extraordinarias. Así es como hemos llegado hasta aquí en Telefónica y así es como vamos a continuar, porque así somos en Telefónica: una compañía de personas al servicio de las personas.
Telefónica ha cumplido su primer siglo de vida desde aquellos tiempos de Ángel Herrera Oria, quien desde la humildad aseguraba “no saber de periódicos más que a la hora del desayuno” y terminara dirigiendo el periódico la friolera de 22 años y creando la primera Escuela de Periodismo de España con prácticas innovadoras basadas en Pulitzer y la Universidad de Columbia, precedente de las actuales y exitosas Facultades de Comunicación del CEU.
En Telefónica hemos aprendido que el tiempo es amigo de las empresas que valen la pena. Y Telefónica es una compañía que vale la pena. Desde sus comienzos, en 1924, Telefónica llevó la comunicación a cada esquina de España, convirtiendo la voluntad de servicio a la sociedad en una vocación para que comunicarse dejara de ser un privilegio.
Porque Telefónica comprendió desde sus inicios que el progreso sólo es progreso si hace avanzar a todos sin dejar a nadie atrás. Telefónica vio algo que los demás no vieron. Y construyó algo extraordinario. A los que hoy estamos aquí nos toca la tarea de imaginar un nuevo futuro y construirlo. Y en ello estamos.
Nacimos como una compañía de voz y hoy somos un supercomputador de datos. Hemos honrado la memoria de los que nos precedieron y Telefónica vuelve a ser una compañía en la vanguardia tecnológica de su sector, pero sin olvidarnos nunca de lo que nos ha traído hasta aquí: las personas y el servicio a las personas. El centenario de Telefónica es el premio a la pasión por las personas.
La historia de Telefónica no puede ser explicada sin comprender la historia de España. Si Telefónica ha hecho cosas increíbles en los últimos años es porque nuestro país ha hecho cosas increíbles. En los últimos 60 años España ha creado un PIB adicional equivalente a las economías de Holanda y Finlandia juntas.
Hemos duplicado la población activa, más de 8 millones de mujeres se han incorporado al mercado laboral y el país ha multiplicado por 20 el número de estudiantes universitarios. También hemos avanzado mucho en cuestiones sociales. España es líder mundial en donación de órganos, el gasto sanitario per cápita se ha multiplicado por 13, nuestra esperanza de vida ha aumentado 15 años y es una de las mayores, y nuestro sistema sanitario es reconocido internacionalmente.
En España, de la mano de la tecnología, contamos desde 1960 con 16.000 nuevos kilómetros de red de carreteras y nuestro país dispone de 3.400 kilómetros de red ferroviaria de alta velocidad. Y, a riesgo de repetirme, España cuenta con más fibra óptica que en Alemania, Italia, Reino Unido o Francia.
Telefónica, como el resto de empresas españolas y su gente, ha contribuido a generar empleo, riqueza y medios de vida dentro y fuera de nuestras fronteras, dando forma a una transformación extraordinaria. Ahora somos más fuertes y mejores. Telefónica ha cumplido, es útil y ha ayudado para que España sea más fuerte y mejor en todo el mundo.
Cuando yo era adolescente celebrábamos el campeonato de cross de Mariano Haro, de tarde en tarde algún triunfo de etapa en ciclismo y estábamos acostumbrados a ser eliminados en cuartos de final del campeonato del mundo de fútbol. Mis hijos han crecido viendo las hazañas de Rafa Nadal, Pau Gasol, Iniesta, Teresa Perales, Carolina Marín, Ruth Beitia, Martín Fiz, el Real Madrid, las selecciones de fútbol, baloncesto, balonmano, tenis…
Cuando confiamos en nosotros mismos no le tememos a competir y damos lo mejor de nosotros mismos. España ha hecho una hazaña en 60 años. Nuestros padres nos legaron una España mucho mejor que la que ellos recibieron. Nuestra responsabilidad es hacer lo mismo con nuestros hijos. Telefónica está preparada para asumir esa responsabilidad.
“La vida siempre te da dos opciones: la cómoda y la difícil. Cuando dudes escoge siempre la difícil, porque así estarás seguro de que no ha sido la comodidad la que te ha escogido a ti”. Estas palabras de Adolfo Suárez reflejan bien lo conseguido por nuestro país y por Telefónica en los últimos cuarenta años. No han sido caminos fáciles, pero han merecido la pena.
