Desde las últimas décadas del siglo pasado, las plantas industriales tienen en la robótica su principal aliado. Las cadenas de producción y montaje se nutren de estas máquinas aunque con una función muy limitada, en especial en tareas repetitivas. Un ejemplo de ello, es el sector del automóvil, donde las cadenas de montaje tienen como principal protagonista a grandes máquinas diseñadas para realizar tareas muy específicas en un entorno concreto.
Nueva generación
Las actuales herramientas tecnológicas posibilitan la llegada de una nueva generación de robots, más hechos a nuestra vida cotidiana, que superarán la actual concepción de máquinas limitada al mundo industrial.
A pesar de las reticencias que todavía existen en parte de la sociedad ante estos autómatas, los robots serán cada vez más un aliado de los humanos, y alejará esa visión que los muestran como una amenaza.
La consultora Accenture señala en un informe que en el plazo de cinco años los habitantes de las ciudades tendrán entre cinco y diez interacciones diarias con dispositivos autónomos; en siete años, un gran grupo de tiendas de moda habrá sido el primero en introducir servicios robóticos de cara al cliente; en diez años habrá en los grandes hospitales la misma proporción de robots que de profesionales sanitarios.
El apoyo del 5G
Este auge de la robótica tiene en la tecnología 5G su principal aliado. La llegada de esta conectividad supone un gran paso hacia adelante.
Los retardos en la transmisión de una red (latencia) impedía que estas máquinas tuvieran un mayor desarrollo, cuestión que ahora se puede solucionar con la llegada de la nueva conectividad en combinación con el edge computing. Ventajas de la tecnología 5G como las comunicaciones masivas tipo máquina a máquina (M2M), el incremento de la capacidad para gestionar conexiones simultáneas, la alta densidad de dispositivos conectados, la comunicación en tiempo real o la virtualización de infraestructuras de red allanará el camino a que los robots dispongan de mayores opciones para complementar al ser humano.
Ejemplo de eficacia
La pandemia del covid-19 también ha empujado en favor de la robótica. El despegue de la industria electrónica en esta crisis, ha posibilitado un incremento en la demanda de máquinas inteligentes, como se destaca en el informe de la Fundación Telefónica, Sociedad Digital en España 2020-2021.
A todo ello, hay que unir el aumento de demanda en productos relacionados con la salud, así como las políticas de digitalización y automatización en las empresas.
En este apartado no hay que olvidar el uso de robots en apoyo a la lucha contra la pandemia, en especial, en tareas de desinfección en hospitales o en centros públicos, evitando así exposiciones al virus por parte de los operarios, pero también en su logística como llevando la comida o medicamentos a pacientes infectados, extrayendo sangre o monitorizando las constantes de los pacientes La Federación Internacional de Robótica (IFR) considera que el número de robots en el mundo en el campo de la medicina crecerá de 12.000 en 2020 a 26.000 en 2023. Unas estimaciones que se pueden superar tras demostrarse la utilidad de las máquinas autónomas en los entornos hospitalarios durante la crisis sanitaria.
La robótica en España
En España, los datos sobre el uso de la robótica son bastante positivos. La IFR sitúa a nuestro país entre los quince primeros en términos de instalaciones anuales de robots industriales, en concreto en el puesto undécimo.
En cuanto al número de robots instalados por cada 10.000 empleados -densidad robótica industrial-, España también está entre los quince primeros puestos, con lo que supera la media europea y la mundial al respecto.
Verónica Pascual, CEO de ASTI Mobile Robotics Group y presidenta de ASTI Talent & Tech Foundation, señala en un artículo en el informe Sociedad Digital en España 2020-2021 que “los robots y la tecnología han llegado a ser los mejores aliados de los humanos. Atrás quedaron las visiones catastrofistas sobre la maldad de las máquinas”.
Pascual destaca que la robótica móvil es “una oportunidad para que el mercado español no pierda el tren hacia una nueva economía más conectada, competitiva y flexible, que permita la creación de empleo y de nuevas posibilidades de crecimiento, además de un mejor servicio a clientes y ciudadanos”.
En su opinión se trata de un cambio en el que se tienen que ver reflejados todos los sectores y procesos industriales, aunque hace hincapié en la automoción, la farmacia, la alimentación y el comercio electrónico.
No obstante, como recuerda Pascual, la tecnología vive bajo el paraguas del talento del ser humano. “Son las personas y su formación la clave de bóveda de la tecnología y del futuro del trabajo”, precisa.
Una forma de hacer olvidar los viejos fantasmas, donde los avances tecnológicos, y por ende de la robótica, se veían como una amenaza para nuestro futuro, cuando se trata de una oportunidad para seguir progresando en una sociedad donde los avances siempre tienen que ser tutelados por las personas.
En el citado informe de la Fundación Telefónica, se alude a que en términos globales, se espera que el número de unidades de robots destinadas al sector logístico aumente más del 125 % entre 2020 y 2023, mientras que los robots destinados a operar en entornos públicos crecerán hasta un 171 % en ese mismo periodo y alcanzarán las 76 000 unidades en servicio.
Robots a medida
Un ejemplo de cómo los robots se irán introduciendo en nuestra cotidianidad es el proyecto que realiza la empresa Google Alphabet, por medio de la iniciativa de Everyday Robot Project, que pretende desarrollar un robot capaz de aprender y de desenvolverse en entornos desestructurados.
Se trata de máquinas que pueden operar de manera segura en entornos humanos, donde las cosas cambian todos los días, la gente y los obstáculos aparecen inesperadamente. Para ello, necesitan comprender y dar sentido a los espacios en los que vivimos y trabajamos, y adaptarse a ellos a medida que adquieren experiencia. Esto requiere nuevas formas de inteligencia artificial.
La idea está basada en tres ejes, como son la percepción, la manipulación y la navegación. La primera se realiza a través de cámaras en la cabeza del autómata, que recogen información para que sea asimilada por el machine learning.
Después puede manipular al estar diseñado para agarrar, mover e interactuar con todo tipo de objetos cotidianos y, por último, la navegación. Se trata de utilizar los datos que recogen sus sensores para comprender lo que está viendo, escuchando y situándose en qué parte del mundo se encuentra, lo que le permite realizar tareas útiles de forma segura entre las personas en entornos cotidianos, explican desde The Everyday Robot Project.
Cada día surge una idea para crear un robot que facilite nuestras vidas, muchos de ellos quedarán en el olvido, pero otros muchos seguro que terminarán siendo parte de nuestro día a día.