Ana Velázquez Palomera
Jefe de Análisis de Políticas Públicas. Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica
Enrique Medina, Chief Policy Officer de Telefónica, participó en el panel «Los consumidores en el centro de la política digital» del Programa Ministerial de la GSMA, que se celebró en Barcelona junto con el Mobile World Congress. Esta iniciativa está diseñada para que los representantes políticos y líderes del sector de la telefonía móvil puedan intercambiar puntos de vista sobre el estado del sector y las políticas e iniciativas que pueden proporcionar el máximo valor para los ciudadanos en nuestra era digital.
Este interesante panel estuvo moderado por Mark Page, socio de AT Kearney, y contó asimismo con la participación de Rajiv Bawa, director de Asuntos Públicos y Regulaciones en Asia Telenor Group y de Peter Fleischer, responsable mundial de privacidad en Google.
Los panelistas tuvieron la oportunidad de compartir sus puntos de vista sobre el modo en que se debe poner a los consumidores en el centro de la política digital para tener éxito esta nueva era.
Se plantearon algunas cuestiones de diversa índole, como la formación de los ciudadanos acerca de los datos personales, el movimiento de datos en todo el mundo y el equilibrio adecuado entre la protección de los consumidores y la innovación, incluyendo el efecto de los principios de neutralidad de la red. Los miembros del panel coincidieron en que la privacidad y la seguridad son los conceptos clave que deben considerarse en la elaboración de la nueva economía digital.
Indicaron que mejorar la confianza del consumidor es la piedra angular para el éxito en una era digital dinámica y compleja. Por lo tanto, poner a los consumidores en el centro de la política digital significa ofrecerles confianza.
Crear confianza digital en la era de los datos
Los panelistas enmarcaron la cuestión de confianza digital dentro de la explosión de datos. Coincidieron en que los datos pueden enriquecer la vida de sus clientes, mejorar la toma de decisiones de la empresa y ser un factor positivo en la sociedad, aunque también reconocieron que, por otro lado, la explosión de datos tiene sus propias desventajas y que, cada vez más, el diluvio de datos o el mal uso de los mismos genera temor por la privacidad y la seguridad, lo que pone en peligro un mundo de oportunidades.
Los panelistas coincidieron en que el primer paso en la creación de la confianza digital es asegurar que las personas tengan las competencias digitales necesarias para hacer un uso provechoso de estas oportunidades.
También estuvieron de acuerdo en la necesidad de formar a los consumidores sobre cómo proteger mejor su información personal, administrar su privacidad y enseñar a las organizaciones la ventaja que supone la privacidad para el negocio.
A este respecto, Enrique Medina explicó que desde el punto de vista de Telefónica, formar a los consumidores digitales es el primer paso para lograr un ambiente de confianza y seguridad. En este sentido, manifestó: «nuestro compromiso nos ha llevado a diseñar una cultura basada en la formación y la sensibilización».
Los comentarios de los miembros del panel acerca de esta cuestión coincidieron en gran medida y se centraron en la idea de que las empresas que inspirarán confianza y obtendrán mayor acceso serán las que sean transparentes con la información que recogen, den a los clientes el control sobre sus datos personales y ofrezcan un valor justo a cambio. Además, como señaló Enrique Medina, esta idea fue la semilla del desarrollo de la cuarta plataforma de Telefónica.
Enrique Medina definió Telefónica como una empresa basada en los datos que tiene como objetivo «garantizar que los ciudadanos tengan una experiencia de Internet con mayor seguridad y confianza para promover el uso de todas las posibilidades digitales. Eso es lo que llamamos «confianza digital»».
El director de políticas públicas de Telefónica manifestó que la clave para generar confianza digital es la transparencia y la capacitación. Por esta razón existe la necesidad de mejorar la transparencia y las herramientas que permitirán a los usuarios tener un control total de su privacidad, además de una mejor protección de seguridad cuando hagan uso de Internet. Dijo asimismo que «creando la «confianza digital» nos aseguramos una experiencia digital segura y fiable, que es vital para la nueva sociedad y la nueva economía».
Flujos de datos internacionales
El panel también trató el tema de los flujos de datos internacionales, otra cuestión que debe abordarse a fin de garantizar la protección de la privacidad de los consumidores.
A este respecto, Enrique Medina indicó que hay dos ideas básicas que deben inspirar el enfoque de los flujos de datos globales:
- Promover el respeto de la privacidad como valor fundamental.
- Garantizar que las empresas de cualquier tamaño y en toda la cadena de valor cumplan con las regulaciones aplicables relacionadas con los datos y la protección del consumidor.
Se dijo que a nivel mundial existe el reconocimiento general de que debe legislarse respecto a las transferencias de datos transfronterizos, pero hay una gran variedad de enfoques para abordar este problema, que quedaron también reflejados en el debate. Los panelistas coincidieron en que las medidas de localización de datos no son la respuesta correcta a la privacidad de los datos y, en consecuencia, Enrique Medina dijo que él cree que la U.E. está en el camino correcto, ya que el objetivo de la Comisión es acabar con «las restricciones injustificadas a la libre circulación de datos través de las fronteras, así como con varias incertidumbres legales».
En cuanto a los flujos de datos transfronterizos fuera de Europa, los enfoques de los panelistas fueron semejantes en lo sustancial, ya que todos ellos coincidieron en que son esenciales para facilitar el comercio trasatlántico y realizar modelos de negocio innovadores en la economía digital.
Sin embargo, en este punto se comprobó que EE.UU. y la U.E. tienen posiciones encontradas, ya que EE.UU. propone la «libre circulación de datos» y que se elimine cualquier obligación de almacenar los datos en el país o de construir servidores de datos, mientras que la U.E. plantea un modelo para permitir el flujo de datos que garantice el cumplimiento de las normas de protección de datos de la U.E. No obstante, todos los panelistas acogieron bien el Escudo de Privacidad (Privacy Shield) U.E.-EE.UU., aunque reconocieron que todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar un acuerdo duradero y sostenible que proporcione un nivel adecuado de protección de datos a los ciudadanos de todo el mundo.
Sobre este particular, Enrique Medina contribuyó a las discusiones con una solución sencilla: el pleno compromiso de todas las partes de respetar las obligaciones locales del país de residencia del cliente. Añadió que «es la única manera de reforzar la confianza de los ciudadanos, las empresas y la soberanía de las naciones en esta economía digital».