Necesitamos urgentemente una economía “apta” para el medioambiente, respetuosa. Con nuestro ritmo actual, requeriríamos los recursos equivalentes a 1,6 planetas y no podríamos frenar el cambio climático.
¿Cómo pueden las empresas avanzar para ser más eficientes y bajas en carbono? ¿Hay alguna hoja de ruta para ello? En opinión de Marta Iglesias, senior consultant de la organización Carbon Trust, hay un círculo virtuoso compuesto de 4 pasos: planificación de riesgos y oportunidades, objetivos a largo plazo, aplicación de innovación y tecnología, y extensión de la sostenibilidad a la cadena de valor.
Planificación de riesgos y oportunidades
Cada día son más las empresas que usan el marco The Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) para identificar sus riesgos y oportunidades. Por ejemplo, eventuales interrupciones de suministros si estos proceden de zonas vulnerables desde el punto de vista climático; capitalizar el interés de los consumidores por los productos verdes… Saber esto en detalle es ya una exigencia de entidades de inversión como Aviva y BlackRock.
En opinión de Geert Paemen, directora de Sostenibilidad e Indicadores No-Financieros de Telefónica, las oportunidades hay que verlas desde dos puntos de vista: mejorar la productividad y eficiencia y procurar el crecimiento de la compañía. “Esto permite hacer el business case de la sostenibilidad, un enfoque de trabajo obligatoriamente de medio-largo plazo, algo a lo que las empresas no suelen estar habituadas”.
Objetivos a largo plazo
Porque lo que no se puede medir no se puede mejorar. ¿Cómo garantizar que nuestros objetivos son rigurosos y suficientemente ambiciosos? En el terreno de las emisiones y la energía, compañías como Telefónica optan por avalar sus metas con la Science Based Targets Initiative.
Los esfuerzos son hoy por hoy muy notables: firmas como Danone, Carlsberg o Selfridgest se han propuesto ser “zero carbon emissions” o “carbono neutral”. Otras entidades como Telefónica están trabajando para ser 100% renovables.
Aplicación de innovación y tecnología
La innovación tecnológica es la mejor herramienta posible para avanzar hacia una economía baja en carbono. Las empresas están encontrando en la digitalización y los nuevos materiales un modo de sustituir los actuales esquemas lineales -producir, usar y tirar- por modelos de economía circular. La plataforma digital de Telefónica para gestionar sus residuos, sus estaciones base con autogeneración de energía renovable o la botella 100% reciclada y reciclable de Lanjarón son algunos ejemplos.
Extensión de la sostenibilidad a la cadena de valor
¿Sabías que entre el 60% y el 90% de los impactos ambientales de una empresa normalmente ocurren en su cadena de valor? Es decir, en los múltiples procesos que van desde la extracción de materiales, a la labor de nuestros proveedores, al transporte de los productos para llegar al consumidor, al empaquetado… y finalmente, a cómo se desechan tras su vida útil.
Este paso es, quizás, el más complicado de abordar. Iglesias aporta varias ideas: Danone ha creado una plataforma para los proveedores con formación, retos periódicos con reconocimientos a mejoras en sostenibilidad, etc. La cadena de supermercados Tesco ha lanzado un club de compras para que sus proveedores mejoren en eficiencia energética, por ejemplo, con luces led a buen precio, incluso con cofinanciación de Tesco. Telefónica Reino Unido (O2) pide a sus suministradores reducción de emisiones en los contratos.
El camino de la sostenibilidad es difícil, pero, sin duda, merece la pena. ¿El premio? Nada más y nada menos que enamorar al mercado y al planeta.