Si la innovación en el sector privado ha sido la clave para el desarrollo económico de cualquier país, ¿por qué no aplicar los mismos principios al sector social para solucionar los desafíos sociales que afrontamos hoy en día?
Los Gobiernos gastan billones de euros al año en programas sociales en torno a la educación, empleo, salud pública y un largo etcétera. Sin embargo, el destino de esos fondos rara vez está relacionado con la identificación de los instrumentos más innovadores que permitan un mayor impacto social. En muchos casos, los resultados de los programas financiados no son evaluados, permitiendo que iniciativas poco exitosas persistan en el tiempo.
En un entorno con cifras record de desempleo, miles de pérdidas de puestos de trabajo todos los meses y una altísima tasa de abandono escolar, no nos queda otra que innovar en lo social y conseguir más rentabilidad de nuestras inversiones sociales ¿Cuáles son estos mecanismos innovadores que podrían mejorar el impacto de los programas sociales?
- Bonos sociales: combinando servicios sociales ligados al cumplimiento de determinados indicadores y disciplina de mercado, estos bonos poseen el potencial de fomentar la inversión en programas sociales enfocados a reducción de costes operativos. Un ejemplo es el piloto desarrollado en una cárcel de Peterborough por el Ministerio de Justicia Británico, donde el sector privado ha sido contratado para proveer servicios sociales condicionando su pago a una reducción del 7.5% de presos reincidentes.
- Oficina de Innovación Social: Lanzada por la “Casa Blanca” en Estados Unidos persigue el incremento de la inversión en soluciones sociales innovadoras y con impacto social demostrables, así como el desarrollo de nuevos modelos de acuerdos público-privados.
La innovación social transformará cómo afrontamos los nuevos retos sociales como el envejecimiento de la población; priorizará aquellos programas con mayor impacto porque los indicadores lo dirán así; y permitirá al gobierno, ciudadanos y diversos agentes sociales a gastar menos en cosas que no funcionan y más en aquellas que impactan de verdad.
