Cada día más inversores tienen en cuenta los aspectos de RC y sostenibilidad corporativa de las empresas a la hora de destinar fondos –entre 30-40% de los cien mayores gestores de inversión del mundo los contemplan en su día a día para construir sus carteras de renta variable-.
Ahora bien, esto no es suficiente. Las compañías creen que aún falta interés por los temas extra-financieros y no perciben que sus esfuerzos en sostenibilidad tengan suficiente recompensa. El gap entre empresas e inversores lo nota hasta SAM, la agencia del DJSI.
La paradoja es que las organizaciones no pueden bajar la guardia, sino al contrario. Se aconseja a cualquier compañía –grande o pequeña- que necesite acceder a capital, que demuestre su compromiso con la sostenibilidad. Pero ¿qué debe trasladar una empresa a los inversores? ¿Cómo? ¿Tendrán en cuenta los analistas sus avances? De todo ello se ha hablado esta mañana en la Bolsa de Madrid en la jornada “Las estrategias de responsabilidad corporativa que buscan los mercados”.
GESTIÓN DE RIESGOS
Actualmente, los índices de inversión y los analistas de los fondos que siguen criterios de sostenibilidad para hacer una discriminación positiva, como el Fondo Noruego de Pensiones, aún no se han puesto de acuerdo en el modo de valorar la sostenibilidad como palanca de valor a largo plazo. Ni miden los aspectos de sostenibilidad de las empresas con los mismos parámetros ni usan metodologías idénticas. Sin embargo, la gestión de riesgos es un tema que a todos interesa porque implica confianza. Victoria Velásquez Ospina, de Relación con Inversores de Repsol, lo comentaba esta mañana: “Desde el caso BP, los inversores nos preguntan por nuestro mapa de riesgos”.
De hecho, para valorar los asuntos extra-financieros, los analistas de la gestora de fondos de inversión Fidelity usan unos “rating basados en riesgos y la exposición de la empresa a éstos según los sectores”, ha dicho su Director General Sebastián Velasco.
TRANSPARENCIA: INFORME INTEGRADO
Los inversores quieren información sobre temas relevantes en función del contexto, el sector industrial y el país, no «greenwashing». Y esto es lo que deben recoger los Informes de RC, a poder ser integrados, una tendencia indiscutible según expertos como Ernst Ligteringen, Chief Executive de GRI, o Alberto Andreu, Director de Asuntos Públicos de Telefónica, para quien las líneas de avance de futuro son los índices -DJSI y CDP-, el reporte integrado y, sobre todo, una gestión eficaz de los riesgos no financieros.
Además de informar sobre la evolución en aspectos clave –derechos humanos, información ambiental, seguridad y salud de los empleados, prácticas anticorrupción…-, según Ligteringen, las empresas deben mostrar que “estrategia, gobierno y sostenibilidad son cosas inseparables. Hay empresas que lo descubren ‘por las malas’ y otras que saben aprovecharlo”.
ESTO ES IMPARABLE POR LAS “MEGAFUERZAS”
Al hojear la prensa cada día vemos que los recursos escasean, el ecosistema empeora, la alimentación para una población creciente no es segura y el cambio climático complica más si cabe las cosas, ha explicado en el evento Yvo de Boer, Asesor Global de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG. Estas «megafuerzas” impactan en los negocios ya que implican nuevos riesgos (por ejemplo, aumento de costes: los ambientales se duplican cada 14 años en la actividad empresarial) y oportunidades.
En consecuencia, las empresas deben reaccionar. ¿Cómo? KPMG plantea cuatro líneas de acción en su estudio “Expect the Unexpected: Building business value in a changing world”: operaciones eficientes en uso de recursos y energía, gestión sostenible de la cadena de suministro, alianzas estratégicas en el sector e inversión en innovación para desarrollar productos y servicios sostenible.
En resumen, si, como dice SAM, el 60% del valor de una empresa es intangible y los datos puramente financieros no pueden mostrar ni garantizar, por sí mismos, un futuro halagüeño para las empresas, y hay unas “megafuerzas” en el entorno que les obligan a tener en cuenta nuevos riesgos y oportunidades, ¿hay alguna alternativa mejor que la sostenibilidad corporativa para garantizar la competitividad y el valor a largo plazo? Parece que no. ¿Y esto en época de crisis? Pues sí, quizás con más motivo.
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