Manuel Ganaza
En los últimos años, en la medida en que el mundo digital cobra cada vez más importancia en nuestra vida, las interrupciones y restricciones del acceso a la red se han convertido en un método utilizado por ciertos gobiernos para ejercer un control sobre los ciudadanos. Estas prácticas por parte de los gobiernos no solo socaban los derechos humanos sino también tienen un impacto sobre el desarrollo económico del país.
Por esta razón, la Global Network Iniciative (GNI) lanzó la semana pasada una recomendación para los políticos y reguladores en la que enumeraba en una página las consecuencias y efectos para los ciudadanos de las interrupciones y las restricciones en los servicios de acceso a la red. El GNI es el grupo internacional multistakeholder de defensa de la privacidad y los derechos humanos en el que participa Telefónica desde el pasado mes de marzo junto con otras empresas de telecomunicaciones como Vodafone u Orange y de Internet como Facebook, Google y LinkedIn, entre otras.
Esta recomendación de una página tiene como objetivo ayudar a las empresas, la sociedad civil y otras partes interesadas a tener más información acerca de cómo afecta a la sociedad la imposición de estas interrupciones.
En este sentido, Judith Lichtenberg, Directora ejecutiva del GNI, invitó a los gobiernos a consultar la recomendación de una página del GNI sobre el impacto de las interrupciones del acceso a la red. Este informe permitirá “ponderar cuidadosamente el daño sobre los derechos humanos, la economía y la reputación que puede traer consigo la decisión de interrumpir el acceso público a servicios y plataformas de comunicación vitales”, añadió Judith Lichtenberg.
Entre las consecuencias de las interrupciones del acceso a la red, que se pueden consultar en la recomendación publicada por el GNI aquí, las que tocan más de cerca a los ciudadanos y que socaban los derechos humanos son los relacionados con la limitación de la libertad de expresión y el derecho a la información. En lo referente al derecho a la información, los cortes en el acceso de las redes impiden también a los medios de comunicación realizar de forma correcta su trabajo.
“Las interrupciones en el acceso dañan gravemente la libertad de expresión, impide el desarrollo económico y el crecimiento de los gobierno locales, amenazando la seguridad pública e incrementando el escrutinio global”, afirma Mark Stephens, Presidente del Consejo Independiente del GNI.
Además, las restricciones de servicios como el acceso a Internet inciden negativamente a la sociedad y la economía en su conjunto. Internet es la base de muchos negocios en la actualidad y una herramienta básica para cualquier industria por lo que las interrupciones de acceso dañan a los negocios locales de todos los tamaños. Suponen una pérdida del 1,9% del PIB cada día de bloqueo de la red, según la publicación del GNI “El impacto económico de las interrupciones del acceso a Internet”.
De cara al exterior, las interrupciones en la red por parte de los gobiernos son un indicador de inestabilidad y además es un aspecto estudiado por los índices de anticorrupción, en los que el acceso a Internet es un aspecto clave a tener en cuenta. Además, en un mundo tan interconectado como el actual, las restricciones de acceso a la red suponen un freno al comercio y la imposición de fronteras tan importantes como las físicas.
Por todas estas razones el GNI quiere concienciar a los gobiernos de que estas prácticas además de ser contrarias a los derechos humanos suponen un retroceso y un freno al desarrollo de sus países. “Los beneficios inmediatos para los gobiernos son a menudo desproporcionadas para los riesgos y los costes inherentes de ordenar interrupciones en el acceso a la red”, recalca Mark Stephens.