A principios de octubre, ARCEP, la Autoridad Reguladora de Francia, lanzó una consulta pública sobre un marco de referencia para las políticas para el ecodiseño de los servicios digitales. La propuesta de ARCEP busca proporcionar un marco de referencia para todas las partes interesadas de la industria digital que deseen comprometerse con un diseño sostenible.
Uno de los cuatro objetivos del marco de referencia es disminuir los recursos de computación requeridos, entre otras cosas, optimizando el tráfico de datos y la carga de las infraestructuras digitales. El marco, que se adoptaría a principios de 2024, servirá de base común de mejores prácticas para reducir la huella medioambiental de los servicios digitales.
La investigación académica proporciona una base sólida al marco de referencia para las políticas propuesto por ARCEP. En el documento “Evaluating Sustainable Interaction Design of Digital Services: The Case of YouTube” realizado por investigadores de la Universidad de Bristol, una simulación de la adopción del Diseño de Interacción Sostenible (DIS) de servicios digitales aplicada a YouTube estima una reducción de las emisiones de CO2 de 300 Kt anuales; es decir, un 3% de las 10 MtCO2 anuales que se calcula que YouTube genera en un año.
El planteamiento de ARCEP da pie a una tercera vía a través de la cual las redes de telecomunicaciones pueden contribuir aún más a hacer posible la transición verde de Europa: fomentar la adopción de un uso eficiente de las redes.
El sector de las telecomunicaciones suma una tercera vía a los esfuerzos en pro de la transición verde de la UE
Primera vía – Tecnologías de red más eficientes
En la última década, las telecos europeas han invertido 500.000 millones de euros en mejorar y desplegar infraestructuras de conectividad. Estas mejoras de la red se han centrado en tecnologías energéticamente eficientes y en la reducción de la huella ambiental. Las nuevas redes 5G consumen hasta un 90% menos de energía que la generación anterior. Del mismo modo, la red óptica es en un 80% más eficiente energéticamente que el cobre. Además, Telefónica ha aprobado el objetivo global de alcanzar emisiones netas cero en 2040 en toda la cadena de valor. En siete años, ya hemos reducido el 51% de nuestras emisiones de GEI -Gases de Efecto Invernadero-. Hemos reforzado aún más nuestros compromisos para ayudar a limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC, formando parte de la Ambición Empresarial por 1,5ºC.
Las telecomunicaciones se están convirtiendo en una industria verde.
Segunda vía – Redes de telecomunicaciones y Taxonomía de la UE
La digitalización nos permite extender el uso de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), el Big Data o la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras redes. Las soluciones inteligentes que ofrecen nos permiten utilizar los recursos de la red de forma más eficiente y avanzar hacia una economía circular. El uso de aplicaciones basadas en Big Data e IA, por ejemplo, ayudan a gestionar el agua de forma más eficiente en la agricultura. Aplicada a la movilidad, esta tecnología puede hacer que el transporte sea más seguro y ecológico gracias a la gestión del tráfico. En resumen, la digitalización, teniendo como base las redes de banda ancha de alta capacidad, permite a otros sectores y a la sociedad reducir su huella medioambiental. Por eso abogamos por incluir las redes de telecomunicaciones en la Taxonomía de la UE.
Las telecomunicaciones permiten que otras industrias se vuelvan más sostenibles y más verdes.
Tercera vía: un uso eficiente de las redes
El tráfico de datos en las redes de telecomunicaciones se ha disparado en la última década. En 2022, el tráfico de datos fue 27 veces superior al de 2012. Se espera que para 2032 sea 24 veces el tráfico de datos de 2022. Y el vídeo, con exigentes requisitos de calidad de servicio, será el principal impulsor de la demanda de tráfico. Mientras que el vídeo representó aproximadamente dos tercios del tráfico en las redes de telecomunicaciones (67% en fijo y 60% en móvil) en 2023, superará el 70% en 2030 (74% en fijo y 72% en móvil). La presión por recursos adicionales para incrementar la capacidad de las redes seguirá siendo alta en los próximos años, lo que limitará la flexibilidad de las telecos para asignar inversiones a la expansión de la cobertura, ampliando las infraestructuras 5G y gigabit, o a la innovación de las redes.
Actualmente, sólo seis plataformas digitales demandan más del 50% de la capacidad de las redes, con un uso ineficiente que parece asumir que los recursos de red son infinitos: precarga y reproducción automática de vídeo, anuncios de vídeo no deseados, estrategias de streaming para ocupar todo el ancho de banda disponible sin otras consideraciones, fijación de velocidades de transmisión de vídeo superiores a las necesarias, no adaptación del vídeo al tamaño de pantalla de los dispositivos, desactivación por defecto el modo de ahorro de datos y uso de códecs obsoletos, son ejemplos de uso irresponsable de las redes. En la actualidad, las plataformas digitales no tienen ningún incentivo para hacer un uso responsable y eficiente de las redes.
La adopción de políticas de uso eficiente de la red mediante la reducción de los volúmenes de tráfico no sólo posibilitará disminuir el consumo de energía y las emisiones de CO2 tanto de los proveedores de contenidos y aplicaciones como de los operadores de red, sino que también permitirá a los proveedores de red una asignación más eficiente de los recursos de red, y la reducción de las inversiones y recursos como el espectro, el número de microceldas y estaciones base a desplegar, obra civil necesarias, etc.
Un uso eficiente de las redes permite reducir el impacto ambiental en toda la cadena de valor digital.
Promover un uso eficiente de las redes puede tener un impacto medioambiental positivo de gran alcance, al tiempo que refuerza la sostenibilidad del sector de las telecomunicaciones. Es responsabilidad de todos los integrantes de la cadena de valor digital adoptar y aplicar tales políticas, y de la Comisión Europea ofrecer incentivos para garantizar que esto sea una realidad.