Las compañías que cuentan con un 30% de mujeres en altos cargos obtienen hasta 6 puntos más de margen neto, que aquellas que no tienen presencia femenina.
Estos resultados extraídos del estudio “Is Gender Diversity Profitable?”, publicado por Peterson Institute y Ernst & Young, reavivan el debate sobre mejorar las oportunidades de las mujeres y empoderarlas para llegar a puestos de poder.
Actualmente en los consejos de administración la palabra la tienen los hombres. Sin embargo, el papel de la mujer en el mismo, provoca un efecto positivo en los resultados de una empresa. Y es que, según el informe, un mayor número de mujeres en cargos de alta dirección aumenta notablemente la rentabilidad.
El estudio ha analizado 21.980 firmas cotizadas en 91 países y muestra que sólo el 5% son dirigidas por una consejera delegada. El país que lidera este ranking es Islandia con un 51% de mujeres en sus consejos de administración, seguido por Noruega con un 40%. Sólo el 13% cuenta con ejecutivas en puestos de alto mando y apenas un 3% está dirigida por una fémina.
Diversidad de género: ¿una batalla perdida?
Las cifras revelan que el efecto positivo que se produce en las economías de aquellas empresas que apuestan por la diversidad, no es aprovechado por las grandes cotizadas: 3 de cada 10 firmas de todo el mundo no cuenta con mujeres en puestos de liderazgo ni en el consejo administrativo. Un error, ya que si tenemos en cuenta el informe de 2014 «Diversity, Social Goods Provision, and Performance in the Firm”, aquellas que apuestan por la diversidad podrían incrementar sus beneficios un 41%.
«No importa tener o no una fémina como CEO, sino contar con muchas candidatas cualificadas para serlo», afirma el Peterson Institute.
La diversidad de género es rentable, y mucho. Por eso, debemos romper esa tendencia que muestra que dentro de las organizaciones la presencia femenina decrece a medida que aumenta el nivel del cargo.