La digitalización afecta a todos los aspectos de la vida e impulsa la transformación en todos los sectores. Por ello, la Reunión Ministerial de Economía Digital de la OCDE reunió en Gran Canaria a ministros, responsables políticos, representantes empresariales, técnicos y de la sociedad civil de casi 40 países para debatir cómo construir un futuro digital fiable, sostenible e integrador.
Dado que estos objetivos son parte integrante del ADN de Telefónica, ha sido un honor haber sido invitados a participar en el debate y aportar nuestra perspectiva. En Telefónica, forma parte de nuestra estrategia global garantizar que los beneficios de la digitalización lleguen a todos los ciudadanos y contribuyan a crear una sociedad más inclusiva que no deje a nadie atrás.
La protección de los derechos humanos en el mundo digital
La sesión a la que asistí trató sobre la protección de los derechos humanos en el mundo digital. En ella, se identificaron las amenazas que ponen en peligro los derechos humanos y se intentó encontrar la manera de hacerlas frente. Desde mi punto de vista, las amenazas identificadas más relevantes fueron las siguientes:
- Acceso digital: condiciones de vida equivalentes en todas las zonas del país
- Nuevo trabajo: mejora de la cualificación de las personas en función de la digitalización
- Amenazas en el mundo digital: desinformación, ciberacoso, incitación al odio
Hacer frente a estas amenazas y, por tanto, proteger los derechos humanos, es una tarea que compete a toda la sociedad y no debe dejarse en ningún caso en manos de los gobiernos.
Una cooperación público-privada equilibrada para afrontar los retos
Si tuviéramos que abordar todos los problemas mediante la regulación, correríamos el riesgo de pasarnos de la raya, fomentar la burocracia y obstaculizar la inversión y la innovación. De hecho, necesitaremos un enfoque regulador menos prescriptivo, que deje a los mercados cierta libertad para experimentar y encontrar las mejores soluciones. Sin embargo, esto significa que gran parte de la responsabilidad recae en las empresas.
Debemos corresponder al gran poder que hemos adquirido, con una mayor responsabilidad hacia nuestro impacto en las sociedades en las que operamos
Aunque pueda parecer que se trata principalmente de una cuestión social, es evidente que también es económica. Muchos de nuestros modelos de negocio dependen en gran medida de la naturaleza global y abierta de Internet, que está en peligro si no se pueden proteger los derechos humanos básicos en el mundo digital.
Por tanto, un nuevo paradigma político y regulador debe basarse en la responsabilidad y la transparencia, combinando la autorregulación empresarial, la orientación política y la supervisión reguladora
Estoy totalmente convencida de que la responsabilidad digital de las empresas fomentará la competencia y se convertirá, o quizá ya sea, una ventaja competitiva.
Predicar con el ejemplo basándose en 5 principios
Sin embargo, no son sólo palabras vacías: en Telefónica cumplimos lo que decimos. En Alemania, hemos introducido cinco principios por los que nos regimos y con arreglo a los cuales gestionamos nuestro negocio:
- Responsabilidad: Las empresas deben estar orientadas al valor y contribuir adecuadamente a las sociedades para que la digitalización sea sostenible.
- Rendición de cuentas: El uso de la Inteligencia Artificial y los Algoritmos debe ser ético y las plataformas digitales deben rendir cuentas.
- Equidad y no discriminación: Los ciudadanos deben poder disfrutar de servicios digitales justos y no discriminatorios.
- Transparencia y elección: Las personas deben tener acceso a sus datos y a toda la información generada por ellos, al tiempo que disponen de opciones significativas para poder disfrutar del valor de sus datos.
- Inclusión: No podemos dejar a nadie atrás en la digitalización. La transformación digital debe ir acompañada de políticas sociales.
Empresas y reguladores trabajan codo con codo por un futuro sostenible para todos
Para alcanzar este objetivo y crear un futuro digital sostenible para todos, las empresas y los reguladores deben trabajar codo con codo. Las empresas deben asumir su responsabilidad y los reguladores deben ofrecer a cambio un cierto grado de confianza, para que juntos, podamos beneficiarnos de los grandes logros de la digitalización, para las economías y las sociedades de todo el mundo.