El Consejo Europeo se reúne esta semana para debatir, entre otras cosas, la autonomía estratégica abierta, la doble transición digital y ecológica y cómo hacer frente a la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense. El objetivo será apoyar la creación de una Unión Europea más fuerte y resiliente que pueda garantizar la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos en el nuevo orden mundial. Paralelamente, nos encontramos en el momento de confiar más en las empresas europeas.
Fijar las prioridades económicas de Europa para 2023, una tarea especialmente estratégica en estos momentos
Las recientes turbulencias enfrentan al mundo a grandes retos en una nueva era. La crisis energética, las rupturas de las cadenas de suministro o la fragmentación mundial están frenando el crecimiento y extendiendo la elevada inflación por todo el mundo. Las subidas de los tipos de interés, necesarias para frenar la inflación, están aumentando la vulnerabilidad financiera de los Estados. Las tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica están dando lugar a nuevos planteamientos políticos con modelos económicos más centrados en las regiones. Crece la preocupación por posibles guerras comerciales o por la reorientación de la capacidad industrial europea hacia otras regiones.
La sostenibilidad fiscal, la autonomía estratégica y la competitividad de los Estados europeos están amenazadas. Configurar y construir un futuro más resiliente y próspero para Europa se ha convertido en una tarea de especial responsabilidad en el momento actual. Establecer las prioridades económicas clave para 2023 e impulsar la cooperación para hacer frente a un mundo fragmentado, el cambio climático y la revolución digital adquieren una dimensión estratégica.
La relevancia del momento de la Presidencia española del Consejo de la UE
En un periodo en el que Europa se enfrenta a retos sin precedentes, España asumirá la próxima Presidencia del Consejo de la UE entre julio y diciembre de 2023, cargo que ocupará por quinta vez en su historia.
El momento de la Presidencia española es especialmente relevante. Tendrá lugar en la recta final del ciclo institucional europeo, antes de las elecciones al Parlamento Europeo previstas para mayo de 2024, y del posterior nombramiento de una nueva Comisión. Esto significa que España tendrá el reto de completar las negociaciones sobre los expedientes abiertos relacionados con los pilares estratégicos europeos para impulsar la competitividad y el bienestar de los ciudadanos, como la transición digital y verde, y la agenda social. La Presidencia del Consejo de la UE también dará a España la capacidad de identificar áreas económicas prioritarias clave sobre las que actuar y, en consecuencia, promover nuevas iniciativas. España no sólo tiene la oportunidad de influir y dar forma a la agenda del próximo ciclo europeo, sino también de dar visibilidad a la relevancia de la Península Ibérica como puente natural entre la Unión Europea y América Latina y África.
España pide un enfoque holístico para abordar las prioridades económicas en Europa en 2023
Para profundizar en las prioridades económicas de la Presidencia española en Europa para el 2023, el Real Instituto Elcano, con la colaboración del Ministerio de Economía y Transformación Digital y el Ministerio de Finanzas de Portugal, organizó el 6 de febrero una conversación bajo el lema «Prioridades económicas para Europa en 2023» entre Nadia Calviño, Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de Economía y Transformación Digital de España, y su homólogo portugués, Fernando Medina.
La sesión se abrió con una nota de optimismo. A pesar del entorno adverso, la resiliencia mostrada por la Unión Europea, cuyo crecimiento económico ha superado las previsiones y no ha manifestado signos de fragmentación financiera en la Eurozona, pone de relieve la eficacia de las medidas de política económica y energética aplicadas por la Unión Europea y los Estados miembros. Pero también abre la cuestión pertinente de cómo rediseñar las normas a medio plazo.
Desde esta perspectiva, Nadia Calviño subrayó el desafiante contexto en el que España asume la Presidencia del Consejo de la UE. Como afirmó, «los expedientes más importantes que darán forma a la arquitectura de la Unión Europea en los próximos años madurarán bajo la Presidencia española«. «No podemos demorarnos ni volver automáticamente a las viejas reglas».
Ante este reto, España aboga por un enfoque coherente y holístico a nivel europeo y nacional que garantice que el presupuesto europeo, las normas fiscales nacionales, las ayudas estatales y los marcos regulatorios se ajusten a los fines y garanticen la igualdad de condiciones entre los Estados miembros. Un enfoque holístico es clave para garantizar una financiación pública y privada suficiente y sostenible para que las empresas de la UE realicen las inversiones públicas y privadas masivas con el objetivo de impulsar las transiciones digital y verde.
Fernando Medina, Ministro de Finanzas de Portugal, expresó que España y Europa son «socios, amigos y aliados que comparten el trabajo conjunto«. Confirmó su apoyo a un enfoque holístico que afronte los retos actuales y futuros con ambición, valentía y determinación.
En la dimensión económica y financiera, reivindicó la necesidad de trabajar estrechamente en tres aspectos: asegurar unas finanzas públicas sostenibles; con políticas industriales que promuevan activamente la competitividad y la innovación de Europa; y reforzar y profundizar nuestro entramado institucional para una Unión más fuerte basada en la confianza y en compromisos creíbles. Y añadió que «sobre la base de las lecciones aprendidas, deberíamos aspirar a crear una capacidad presupuestaria permanente de la Unión Europea para inversiones estratégicas que puedan salvaguardar la soberanía económica de Europa, así como un instrumento permanente de estabilización macroeconómica para hacer frente a los choques«.
En busca de la confianza y de un marco común para la competitividad
Las decisiones que se tomen en 2023 repercutirán en la competitividad de Europa, en la integración del Mercado Único y en la igualdad de condiciones entre los Estados miembros y las empresas. Como mensaje final, Nadia Calviño hizo especial hincapié en la necesidad de impulsar la confianza entre los Estados miembros, en los marcos europeos y en su capacidad para prosperar.
En cuanto a las ayudas estatales, los líderes del Consejo acordaron unas normas «más sencillas, rápidas y predecibles», subrayando que cualquier relajación de las mismas sería «temporal, selectiva y muy centrada en la innovación». También ha llegado el momento de confiar en las empresas europeas, introduciendo una mayor flexibilidad en los marcos regulatorios y de competencia para permitirles competir. Una mayor confianza en la iniciativa privada permitirá a las empresas hacer frente a los retos futuros y contribuirá a la consecución de los objetivos digitales y verdes de Europa.
