A la ONCE le gusta recordar que sus afiliados fundadores consiguieron poner la organización en marcha “porque no sabían que era imposible”… Con este espíritu y la máxima de renovarse o morir, ha caminado 75 años, con una labor única refrendada ahora por el Príncipe de Asturias de la Concordia 2013.
Las cifras hablan por sí solas de su evolución: de vender la “lotería de la gente humilde”, a 10 céntimos el cupón, a romper barreras y procurar la integración de un colectivo que se gana la vida, día a día, ya sea a pie de calle o en una empresa; de un grupo de personas ciegas a 71.460 afiliadas; de crear pequeños talleres para fabricar dulces, escobas, alpargatas… a generar en España 4.100 empleos en 2012, lo que supone más de 130.000 personas dependiendo de la ONCE y su Fundación; de impulsar modestas iniciativas de formación a hacer posible la educación de 230.000 niños ciegos en los últimos 15 años.
En definitiva, estamos, como dice el jurado del premio, ante “una extraordinaria labor que, durante más de tres cuartos de siglo, ha realzado la dignidad y calidad de vida promoviendo la integración social de millones de personas con discapacidad en España, sirviendo así de ejemplo a numerosas iniciativas internacionales que han seguido esta valiosa experiencia”.
¡Gracias por todo ello y felicidades! Para Telefónica es un honor colaborar con una organización que representa un modelo mundial de atención, inclusión y solidaridad. Aunque desde hace años, gracias a ATAM, somos conscientes de las dificultades de las personas con discapacidad, los Telefónica Ability Awards nos han acercado aún más a su realidad. Esto nos permite decir a la ONCE que necesitamos que siga muchos más años transmitiéndonos ilusión todos los días para lograr lo que parece quizás no imposible, como a sus fundadores, pero sí complicado: cambiar la percepción sobre el mundo de la discapacidad, con un colectivo que equivale al mercado chino y representa una enorme oportunidad y un gran valor, para la sociedad y los negocios.