Hace un par de meses, en el contexto del Foro Económico Mundial de Davos, saltaba a las cabeceras de los principales medios internacionales el concepto “stakeholder capitalism”, que muchos han traducido como “capitalismo responsable”. Este modelo económico-social se basa en la idea de que el capitalismo, tal y como lo conocemos, no está funcionado y necesitamos avanzar hacia un nuevo paradigma donde las empresas vayan más allá del beneficio y generen valor para el conjunto de la sociedad. Este concepto no es nuevo y constata un cambio de valores iniciado por compañías responsables hace algunos años para impactar significativa y positivamente en la sociedad. Según explicaba Klaus Schwab, Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial:
“Las empresas tienen que abrazar plenamente el capitalismo responsable, lo que implica no solo maximizar los beneficios, sino utilizar sus capacidades y recursos en cooperación con los gobiernos y la sociedad civil para abordar las cuestiones clave de este decenio”.
Desde finales del año pasado, estamos atravesando una de las crisis sanitarias con más repercusión social y económica de las últimas décadas, con la expansión del virus Covid-19 en todo el mundo. Es el momento poner en práctica este capitalismo responsable y de que las empresas aporten su grano de arena para ayudar a controlar la epidemia y a mitigar sus efectos en la población.
Entre las primeras reacciones visibles que se registraron, destacó la cancelación de grandes eventos y congresos internacionales, como Mobile World Congress, la Feria Industrial de Hannover o el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra. A esta medida, le siguieron comunicados oficiales compañías de telecomunicaciones, como Telefónica, Orange o Vodafone, y plataformas de distinta naturaleza como Twitter, Apple o Amazon, que instaban a sus empleados a trabajar de manera remota para evitar la dispersión y contagio del virus.
Diversas organizaciones decidieron ir más allá y buscar un valor diferencial con el que ayudar a la sociedad en estos momentos de riesgo e incertidumbre. Un ejemplo es Telefónica, que ha implementado una serie de medidas destinadas a proteger a empleados, ofrecer mejores servicios a clientes y otros usuarios y cooperar con las Administraciones Públicas para combatir el virus. José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, resumía estas acciones en tres puntos fundamentales:
- Medidas para empleados: limitación de reuniones, eventos y viajes y potenciación del trabajo en remoto en todas las áreas de la compañía en España, asegurando la continuidad y calidad del servicio.
- Medidas para clientes y otros usuarios: incremento de GB sin coste adicional durante dos meses, aumento de la oferta de entretenimiento (especialmente contenidos infantiles y deportivos), Movistar Junior para todos los clientes de Fusión, de forma gratuita.
- Apoyo a las Administraciones y autoridades públicas, gracias a los servicios de Big Data y procesamiento de Datos. Refuerzo de contenidos educativos, a través de la tecnología y de plataformas de aprendizaje online, como Scolartic o Conecta Empleo.
“En tiempos de crisis, las redes y herramientas de comunicación resultan aún más cruciales de lo habitual. La comunicación se convierte ya no solo en esencial, sino en verdaderamente crítica para poder seguir adelante”, José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.
Otro caso significativo es Microsoft, que ha ofrecido seis meses de acceso gratuito a la herramienta de comunicación Microsoft Teams a las empresas que quieran implantar el teletrabajo. En esta línea, ha facilitado a las instituciones educativas el acceso a Office 365 y Teams, de forma totalmente gratuita y sin límite de tiempo, para apoyar el aprendizaje en remoto.
Por último, Cisco ha comenzado a ofrecer su plataforma de videoconferencia y colaboración “Cisco Webex” de forma gratuita y sin restricciones para reuniones de hasta 1000 participantes. Para garantizar la seguridad y la privacidad del trabajo en remoto, también está facilitando soluciones de ciberseguridad gratuitas hasta el 1 de julio.
Estas reacciones demuestran que es posible una contribución responsable y significativa de las empresas a la sociedad, que supera las tradicionales aportaciones al empleo y a los impuestos que sustentan la economía de un Estado. Crisis sanitarias como la actual revelan la importancia de aplicar valores a la actividad empresarial, donde el foco debe orientarse siempre hacia el ser humano en particular y a la sociedad como conjunto.