En las últimas semanas, la guerra en Ucrania ocupa nuestros pensamientos y corazones. Por el momento, 18 millones de ucranianos se han visto afectados por la guerra, con 6,7 millones de desplazados internos y cerca de 3 millones de personas refugiadas, según datos de la ONU.
Ante situaciones de injusticia, las personas sacan su lado más solidario para ayudar. Por ello, ante la horrible situación que durante estas semanas está desarrollándose en el país ucraniano, Fundación Telefónica ha movilizado a más de 100 voluntarios de Telefónica para aportar su granito de arena. Obteniendo una respuesta enorme con 6 toneladas de productos, recogidos durante ocho días.
Esta iniciativa se ha desarrollado dentro de la campaña #SolidariadUcrania, donde en siete zonas de Distrito Telefónica (Madrid), se han instalado puntos de recogida de productos de primera necesidad dirigidos a las personas afectadas por esta guerra.
Desde alimentos no perecederos, productos de higiene íntima, medicamentos y material de primeros auxilios. “Hemos recogido hasta juguetes y chupetes para bebés. Cuando ves que la gente dona este tipo de artículos… Te quieres morir”, cuenta Ana Belén Macarro, del área de Planificación de Negocio y la voluntaria que se ha encargado de coordinar toda la recogida.
Un boca a boca eficaz en la recogida de productos para Ucrania
Todo este proceso comenzó el pasado viernes 4 de marzo, cuando Ana Belén recibió una llamada por parte de Fundación Telefónica. En ella, sus compañeros le contaron que habían recibido una llamada de la Generalitat Valenciana para movilizar todo Distrito Telefónica con el objetivo de recoger productos para Ucrania, y que querían que fuese ella la persona encargada de organizarlo todo.
“Dije que sí sin pensármelo y con los ojos cerrados”, recuerda. Seguidamente, elaboró un Google Forms para que los voluntarios pudieran inscribirse, recibiendo la colaboración de 115 trabajadores de Telefónica, a los que se irían sumando más con el paso de los días.
Tras organizar a cada uno de ellos, según sus horarios, disponibilidad, etc., el miércoles 9 de marzo comenzaron la recogida. En un primer momento, la difusión de esta acción solidaria fue de boca a boca, apoyada por comunicados internos y boletines entre los empleados, además de difusión por parte de Fundación Telefónica. Así, se sucedieron los días y, finalmente, el viernes, que no esperaban mucho movimiento porque era un día muy lluvioso, “la siembra de las jornadas anteriores comenzó a recibir sus frutos”, recuerda Ana Belén.
Una cadena humana como muestra de solidaridad y empatía
Durante esos días, toda la recogida fue de menos a más, llegando al miércoles 16, último día, con 6 toneladas de productos. Todo ello, ha sido posible gracias a un gran trabajo en equipo. No solo entre las personas voluntarias que han hecho realidad esta iniciativa; también, gracias a todas aquellas que han sacado un momento para acercarse a donar productos a alguno de los puntos establecidos. Ana Belén reconoce que todo es más fácil, cuando se cuenta con el apoyo de un equipo al que le mueve el corazón y la pasión por ayudar.
Así, tras días de mucho trabajo, de clasificar los productos, guardarlos en cajas, pesarlas, etc. El pasado miércoles 16 se reunieron todos los voluntarios para hacer una cadena humana para cargar todas las cajas dentro de dos camiones. Un trabajo arduo en el que participaron decenas de personas durante un par de horas y donde el ambiente reflejaba emoción y gratificación por ayudar a miles de personas.
Ignacio Charfole, gerente de Desarrollo, Gobierno BI y Big Data, y voluntario, cuenta que recuerda especialmente ese momento, cuando, “nuestros compañeros comenzaron a dar aplausos espontáneos cuando finalizamos de sacar todas las cajas del almacén y vimos marchar a el último camión”.
Estos camiones tenían como destino la Comunidad Valenciana. Desde donde, al día siguiente, jueves 16, salió un convoy, con todos los productos recogidos en Madrid, Alicante y Valencia, con dirección a la frontera entre Polonia y Ucrania.
Todo esto ha sido coordinado con la Generalitat Valenciana y los Gobiernos de Ucrania y Polonia. “Existe un acuerdo entre el gobierno polaco y el ucraniano por el que se nos asegura que todos estos productos llegarán a esas personas”, explica Ana Belén.
La solidaridad: un valor en auge
En esta línea, según el estudio, “Radiografía de la Solidaridad en España”, elaborado por Fintonic, informa que, en 2018, uno de cada cuatro españoles colaboró económicamente con algún proyecto solidario.
La solidaridad es uno de los valores más valorados en las personas y que, con el desarrollo de acontecimientos como el que vive Ucrania nos deja ver la empatía y excepcionalidad de las personas. Ya fuimos testigos de ello, durante el inicio de la pandemia por la COVID-19, cuando no podíamos salir de nuestras casas y la gente ayudaba a aquellas personas que padecían un mayor riesgo; o con otras guerras o situaciones de crisis que siguen afectando a diversos países.
“Somos mucho más solidarios de lo que creemos y es emocionante descubrir que nuestros compañeros son gente comprometida y con ganas de ayudar cuando se necesita”, comenta Ignacio. Si hay una lección que nos transmiten estos voluntarios, que han dedicado su tiempo a ayudar a otras personas, es que cualquiera puede hacerlo, simplemente, hay que querer.
En el caso de Ana Belén, ella tenía claro que su estrella polar estaba en la frontera entre Ucrania y Polonia, con todas esas familias que necesitan apoyo y ayuda. Una vez más, se demuestra que cuando nos mueve el amor, las ganas de ayudar a los demás y trabajamos en equipo por un mismo fin, somos capaces de lograr cosas increíbles.
