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El Covid-19 está significando una gran fractura en las estructuras y paradigmas sociales y económicos. Nadie estaba preparado para afrontar esta gigantesca crisis sanitaria y socioeconómica mundial con más de 188 países afectados, más de 8 millones de personas contagiadas y con la prescripción de medidas de confinamiento y paralización de todas las actividades a nivel mundial.
Incluso el Banco Mundial explica que estamos viviendo una drástica contracción de la economía mundial, la cual se reducirá un 5,2% este año, confirmando así la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, existe una gran diferencia respecto a la coyuntura social y económica de posguerra de mediados del siglo pasado que podrá ayudarnos a conseguir una recuperación más rápida y eficiente: la digitalización.
A este respecto, Manuel Muñiz (secretario de Estado de la España Global), Carlos Santiso (director de Innovación Digital del Estado de CAF-banco de desarrollo de América Latina) y Trinidad Jiménez (directora de Estrategia Global de Asuntos Públicos, Telefónica) han compartido su visión sobre la digitalización como palanca del crecimiento social y económico, en el entorno digital de Casa de América.
Esta pandemia es la primera crisis sanitaria global que vamos a superar con el apoyo de la tecnología y el sector de las telecomunicaciones es vital en este proceso. La transformación digital es un factor de resiliencia y el ejemplo más evidente ha sido la rápida digitalización de nuestras vidas. Estamos observando que nuestras economías y sociedades se han digitalizado más en los últimos tres meses que en los últimos cinco años.
“Esta crisis ha acelerado procesos de digitalización que ya estaban ahí, vamos a pasar a una esfera digital en todos los ámbitos. La nueva normalidad está aquí para quedarse», Manuel Muñiz.
Indudablemente, la digitalización es uno de los ejes estratégicos para ayudar a la recuperación económica. Y esta apuesta ha sido el caballo ganador de Telefónica durante los últimos años, invirtiendo en redes y en soluciones tecnológicas innovadoras. En palabras de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, “hemos hecho que las telecomunicaciones no fueran parte del problema, sino de la solución. La inversión que hemos realizado en los últimos años ha funcionado. Hemos invertido 90.000 millones en transformar redes, en un momento en el que no teníamos esta urgencia porque no la veíamos venir”.
Se trata de una crisis sin precedentes que entre todos tenemos que solventar y superar. Primero, necesitamos ser humildes para reconocer nuestras vulnerabilidades y segundo, tenemos que ser resilientes para sobrellevarla.
Trinidad Jiménez, Rosa Jiménez Cano, Manuel Muñiz y Carlos Santiso.
“Si queremos asegurar la recuperación económica y evitar desigualdades sociales, tenemos que asegurar la conectividad”, Trinidad Jiménez.
Se ha puesto de manifiesto que, sin medios y herramientas digitales, el confinamiento habría sido inviable. Antes de la pandemia, se estimaba que solo el 8% de empleados practicaba el teletrabajo en España y esta cifra se ha incrementado hasta llegar al 61,6% en el periodo de confinamiento. Las redes de telecomunicaciones han soportado con robustez este notable aumento del tráfico.
La educación es otro de los ámbitos que enfrenta ahora mismo grandes desafíos: la reacción y adaptación de los centros educativos, la capacitación de los docentes porque muchos no tienen las competencias digitales adecuadas, y el afianzamiento de que el alumnado va a estar en el centro del aprendizaje, interactuando directamente con los dispositivos digitales.
«La confianza en las instituciones es clave para que la ciudadanía pueda responder a las demandas y las medidas que se están tomando para enfrentar la crisis”, Carlos Santiso.
Asimismo, necesitamos fortalecer la cooperación entre los actores públicos y privados. Debemos romper los paradigmas de gobernanza que conocemos actualmente y aprovechar el fuerte compromiso social que guían la actividad y las decisiones de empresas como Telefónica. Para ello, es fundamental el diálogo público-privado, no solo en el ámbito de la reconstrucción operativa, sino también para favorecer el diseño de una nueva política industrial de la economía digital y para la redefinición de un nuevo gran Pacto Digital que sitúe a las personas en el centro de los cambios.