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José Luis Blasco (KPMG): «la guía G4 es un bufé, el G3 era un menú único «

[caption id="attachment_12687" align="alignleft" width="300"] José Luis Blasco, partner at KPMG in Spain.[/caption]   This week the new version of the GRI guidelines for reporting...

Tiempo de lectura: 6 min

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Lourdes Tejedor / @madrid2day

Editora. Telefónica S.A

Esta semana se ha presentado en Madrid la nueva versión de la guía de GRI para elaborar informes de sostenibilidad corporativa, la G4. Para saber qué implica, si añade o disminuye el esfuerzo de reportar información y cómo convive con otros estándares, hemos hablado con José Luis Blasco, socio de KPMG en España responsable de los servicios de Cambio Climático y Sostenibilidad en Europa, Oriente Medio y África.

¿Qué supone la nueva guía para las Memorias?

– Representa un gran cambio, GRI pasa de un enfoque más contable, de recapitulación de indicadores, a un enfoque más de gestión, al centrarse en lo relevante para la estrategia de la compañía. Hasta ahora se había puesto el esfuerzo en incluir en las memorias datos para comparar empresas pero este enfoque se ha visto muy complejo: generaba lo que yo llamo “la fatiga del informe” y no mejoraba la calidad de los informes porque las grandes cifras y la montaña de información tapaban lo importante. Se demostró que los informes tenían que ser más concisos y que lo importante tenía que encontrarse de modo fácil. Por ello la G4 hace hincapié en tener mejores contenidos, no más y mejores indicadores. ¿Cómo? Con el ejercicio dematerialidad. La empresa debe ver qué quiere comunicar y a quién, para qué audiencias es su memoria y qué es relevante para ellas.

En última instancia no se trata de cumplir el estándar, sino de hacer un buen informe. ¿Cómo es una buena memoria? Precisamente la que se recuerda, la que responde las preguntas de las audiencias, la que recuerdan. Cuenta una historia, muestra los cambios en el año, y tiene un formato accesible, con usabilidad. Si nuestro enfoque es cumplir un estándar, haremos una memoria para el mundillo del reporting y caeremos en lo que ya teníamos con G3, Informes que parecían Frankenstein, llenos de costuras.

¿Entonces G4 no amplía de modo significativo el número de indicadores?

– Realmente G4 no amplía el número de indicadores. Esta versión tiene aproximadamente los mismos que G 3.1. Pero lo que es más relevante es que las empresas tendrán que seleccionar de entre estos aquellos que sus audiencias consideran más relevantes. Es lo que llamamos selección por materialidad.

Esto cambia radicalmente la visión que teníamos de los niveles de aplicación. Si una compañía necesita usar los principios y los indicadores que considere adecuados de GRI puede usarlo y obtener un nivel de seguimiento “principal o core”. Si por el contrario considera el seguimiento de GRI como el eje del diseño de su informe, utilizará por tanto todos los principios de la guía, los indicadores que ilustren sus temas materiales y obtendrá el reconocimiento de GRI como “completo  o comprehensive”. Este enfoque basado en la materialidad reduce drásticamente el trabajo de reporting para las compañías disminuyendo el esfuerzo de recogida de información.

– ¿En qué sentido?

G4 es como un bufé con tres categorías –la económica, la social y la ambiental-, en el que la empresa escoge los indicadores que más le interesan a ella y a sus audiencias, en función de si son vegetarianos, veganos, etc.  Los suplementos sectoriales serán nuevos muebles en este bufé. Mientras que antes, teníamos un menú único bastante pesado, con primer plato, segundo, tercero…

– Hay grupos de interés que ven las memorias de sostenibilidad demasiado extensas, incluso aburridas y poco útiles. ¿Ayudará la guía a mejorarlas?

– Es lo que pretende y así debería ser porque las empresas habrán preguntado antes a sus audiencias lo que quieren saber. Por ejemplo, si soy una empresa que fabrica y vende lavadoras, dónde están mis emisiones de GEI ¿en la producción o en la utilización en los hogares? En lo que gasta la gente. Esto es lo material, lo que interesa a la gente y lo que deberé contar en el Informe. Otro caso: cuando se informa de derechos humanos no tiene sentido reportar sobre el tema en general, en el mundo, sino sobre las actuaciones de la empresa en los países donde se vulneran. Hay que ver qué es material en mi cadena de valor y en los diferentes territorios en los que opero. ¿Qué es hoy lo material para cualquier español? La contribución a la riqueza del país y al empleo, y la corrupción. Esto es lo que dice el CIS.

En cualquier caso reportar no es fácil. Si lo fuera no nos harían falta estas guías, que no son otra cosa que muletas.

– Parece que con la aparición del SASB le ha salido un duro competidor a GRI. SASB es más simple que GRI, incluye también materialidad y ha generado un set muy concreto de indicadores que incluir en los informes de gestión ( y, por tanto, de obligada auditoría por los auditores). Esto, unido al reporte integrado… ¿No puede suponer la dilución de GRI como “el estándar” por excelencia?

– No creo que sean competidores porque cada uno tiene un público diferente. Es como decir que el 20F compite con la guía de la CNMV. SASB tiene como objetivo aportar a la SEC un set de indicadores no financieros para evaluar los riesgos de las empresas cotizadas en Nueva York. ¿Es suficiente reportar según SASB? Si eres una compañía norteamericana, seguramente, pero ¿cuántas firmas de la SEC tiene como único informe hoy el 20F? Ninguna. Todas tienen uno o dos más.

Yo lo veo como una pirámide. Si la empresa quiere dialogar con inversores y empleados,  necesitará un informe corporativo e integrado, que cuente tu historia como un todo en 30 páginas y que incluya SASB. Esto estará arriba. Abajo estaría el país e incluso la fábrica. A los vecinos, las ONGs, los reguladores… les interesa cómo estás actuando en la práctica. Para le va a ser más útil usar GRI. En el medio estarían los clientes, que también quieren saber si eres responsable y aquí es donde está la gran duda, el gap.

– ¿En qué consiste este hueco?

– No tenemos todavía una herramienta suficientemente interesante para enganchar a los consumidores, aquellos que compran en el lineal del supermercado. Hay que ver cómo incorporar la información de sostenibilidad a los productos. Los sellos y las etiquetas no han funcionado. Mientras no consigamos atraer a los consumidores, la sostenibilidad no despegará.

– ¿Hay alguna iniciativa seria al respecto? ¿Quién puede plantearla, en su opinión?

– Deben intervenir tres actores: el retailer, que es quien pone los productos en el mercado con trazabilidad y responsabilidad; una empresa de tecnología como Telefónica, que facilitaría un interface –el teléfono móvil leyendo un código de barras o un QR sería un interface muy potente- entre elretailer y el usuario, algo amigable, sencillo, a coste cero e incluso divertido; y la firma de auditoría y/o normativa, para dar credibilidad a la información porque hoy en día las etiquetas no son creíbles. ¿Qué información? Yo me centraría en ayudar al cliente a usar ese producto para aumentar su bienestar: cómo puedes reciclar la caja, cómo puedes abrirla si tienes una discapacidad, etc.


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