La inteligencia artificial (IA) y su evolución hacia la IA Generativa (IAGen) están adquiriendo un rol fundamental en la creación de modelos de negocio más eficientes, personalizados y disruptivos.
Basada en modelos fundacionales entrenados con vastas cantidades de datos digitalizados, tiene la capacidad de generar textos, imágenes, música y otros tipos de contenido con una precisión y complejidad sin precedentes. A diferencia de las IA tradicionales, que se limitan a automatizar tareas predefinidas, la IAGen crea respuestas nuevas que pueden entender y adaptarse a las necesidades del usuario en tiempo real.
Telefónica está integrando esta tecnología en sus procesos para optimizar redes, personalizar servicios y mejorar la experiencia del cliente. Y, a través de asociaciones estratégicas con empresas tecnológicas líderes, Telefónica está aprovechando el potencial de la IAGen para estar a la vanguardia de la innovación tecnológica.
Sin embargo, como toda tecnología disruptiva, la IAGen conlleva riesgos que deben abordarse con anticipación y responsabilidad. En este contexto, hemos elaborado un posicionamiento de compañía donde abordamos la necesaria gobernanza de la IA e IAGen así como aspectos fundamentales sobre los que tendrá un impacto muy relevante, como la competencia en los mercados, la propiedad intelectual e industrial y el mercado laboral. En este documento aportamos un análisis del impacto así como recomendaciones para responsables políticos e institucionales.
Compromiso con la ética y gobernanza responsable
La gobernanza de la IA es esencial para mitigar riesgos, requiriendo marcos normativos flexibles que promuevan la innovación y protejan los derechos humanos, la seguridad y la salud. La Unión Europea avanza en este ámbito con la Ley de IA, que clasifica los sistemas según su nivel de riesgo, desde bajo hasta prohibido por peligrosidad.
Adicionalmente a la iniciativa legislativa europea, la coordinación de principios a nivel regional (OCDE) y global (ONU) resulta imprescindible. Además de la regulación, la autorregulación es un complemento necesario, porque la innovación avanza más rápido que los marcos institucionales.
Telefónica, desde 2018, ha desarrollado principios éticos para la IA, actualizados en 2024, para asegurar un impacto positivo en la sociedad. La nueva actualización incluye compromisos sobre trazabilidad y sostenibilidad. Estos principios han llevado a crear procedimientos para una IA responsable.
Estos principios éticos llevaron a Telefónica a la creación de los primeros procedimientos y requisitos de cumplimiento para una IA responsable. Tras los primeros pilotos en 2022, con nuevos roles y métodos, en diciembre de 2023 se aprobó un nuevo modelo de gobernanza aplicable a Telefónica. En su firme compromiso por el desarrollo de una tecnología responsable, Telefónica ha firmado el Pacto de IA de la Unión Europea, un acuerdo que reafirma su posición como líder en innovación responsable. Además, Telefónica ha dado un paso adelante en su compromiso al participar activamente en el desarrollo del código de conducta de la Oficina de IA. La compañía no solo se ha posicionado como un actor clave en la implementación de estas normativas, sino que también está ayudando a definir estándares que guíen el desarrollo y uso de IA generativa.
Impacto en el mercado laboral y formación continua
Uno de los mayores desafíos de la IA, y especialmente de la IAGen, es su impacto en el mercado laboral. La automatización de tareas que antes requerían intervención humana puede generar desplazamientos de empleo, especialmente en sectores medianamente cualificados. No obstante, la IA también tiene el potencial de crear nuevas oportunidades de trabajo, sobre todo en áreas tecnológicas y de innovación. El World Economic Forum estima que el 40% de las nuevas vacantes estarán orientadas a especialistas en IA y aprendizaje automático, lo que se traduce en un aumento significativo en la demanda de talento altamente cualificado.
Para hacer frente a estos desafíos, Telefónica ha implementado programas de formación y reciclaje laboral que buscan dotar a sus empleados de las habilidades necesarias para adaptarse a este nuevo panorama tecnológico. El desarrollo de competencias y “habilidades blandas” como la creatividad, el pensamiento crítico o competencias interpersonales, más difíciles de automatizar, permitirán a los trabajadores mantenerse relevantes en un entorno laboral cada vez más digital y automatizado.
Retos en propiedad intelectual y competencia en los mercados
La irrupción de la IAGen también plantea complejos desafíos en el ámbito de la propiedad intelectual. Los sistemas de IA generativa, al estar entrenados con datos preexistentes, pueden entrar en conflicto con los derechos de autor, ya que pueden basarse en obras de terceros para generar nuevos contenidos. Esto ha generado un intenso debate sobre quién posee los derechos de las creaciones generadas por IA, especialmente cuando estas han sido desarrolladas sin intervención humana directa, o las condiciones de acceso a datos de entrenamiento. De ahí que se esté promoviendo el diálogo entre el sector público y privado, abogando por la creación de marcos normativos flexibles y adaptables que protejan tanto a los autores como a las empresas que utilizan estas tecnologías.
Asimismo, es crítico garantizar una competencia justa en los mercados. Con el acceso a recursos esenciales como los datos y la capacidad de computación concentrados en pocas manos, existe el riesgo de que las grandes empresas tecnológicas dominen el mercado, lo que podría dificultar la entrada de nuevas empresas y limitar la innovación. Para abordar este desafío, son necesarias políticas que fomenten que tanto las pequeñas y medianas empresas como las startups tengan acceso a los recursos necesarios para competir a través de la innovación .En conclusión, la transformación digital liderada por la inteligencia artificial y la IAGen está redefiniendo la forma en que las empresas operan, los empleados trabajan y los consumidores interactúan con los servicios.
Telefónica, al ser signatario del Pacto de IA y participar en la creación de un código de conducta global para la IA expresa su compromiso con un futuro donde la innovación tecnológica vaya de la mano con la responsabilidad social. El desafío de integrar estas tecnologías de manera ética y transparente es inmenso, pero Telefónica ha mostrado que es posible combinar innovación con un fuerte sentido de responsabilidad, marcando el camino hacia una IA que beneficie a toda la sociedad.