Y si hay algo que he aprendido, es que nada, absolutamente nada, tiene un impacto mayor que cuando el comunicador se muestra tal y como es. Sí, estoy hablando de dar nuestra opinión, hablar de nuestra familia, de nuestros gustos, aficiones, o incluso contar algún chascarrillo con un amigo.
La Humanización del Comunicador
¿Por qué sucede esto? Porque cuando nos humanizamos, conectamos mejor con nuestro público. Es como si de repente dejáramos de ser «el experto» y nos convirtiéramos en «una persona como tú». Y todos sabemos que las personas se relacionan mejor con otras personas, no con robots sin rostro ni alma.
Pongamos un ejemplo sencillo. Supongamos que quiero comunicar la importancia de usar protector solar. Puedo dar una lista de razones científicas y médicas muy válidas, o puedo contar la vez que, olvidándome del protector solar en la playa, terminé roja como un cangrejo y aprendí mi lección entre risas y lágrimas (y una buena cantidad de aloe vera).
El Miedo a Mostrarte Tal y Como Eres
Muchos temen posicionarse en ideologías o mostrarse tal y como son por miedo a la crítica. Pero, queridos amigos, ese miedo puede estar reduciendo tu talento comunicativo. Hoy en día, lo que el público reclama es frescura y naturalidad. Si demuestras que eres igual que ellos, no solo conectarás mejor, sino que tu información y opiniones tendrán un impacto mayor.
Mira, sé que no todos quieren compartir todo sobre sí mismos. No estoy diciendo que revelemos nuestros más oscuros secretos, pero compartir un poco de nuestra vida personal o simplemente dejar ver cómo somos de forma relajada, no nos hará daño. Es más, puede ser el ingrediente secreto que haga que tu mensaje sea recordado.
Estoy de acuerdo que en ciertos entornos periodísticos donde la noticia debe ser neutra y sin estar intoxicada por la opinión del periodista esto no aplica del todo, aunque tampoco podemos ir de un extremo al otro. Pongo el ejemplo de Matías Prats que nos seduce con sus chascarrillos, quitando tensión a la frialdad de la cruda noticia. O remontándome un poco más atrás, recuerdo al atrevido y genuino José María Carrascal que no tenía miedo a utilizar el dardo de la palabra con una naturalidad que no era habitual en la época y que rompía esquemas con su particular estilismo. Recuerdo a mi madre, sentándose delante de la televisión y diciendo: “a ver qué corbata se nos ha puesto hoy Carrascal…)
El Poder de las Redes Sociales
Las redes sociales han tenido un crecimiento exponencial precisamente porque no tienen tantos filtros y hay más valentía en opinar. Es el lugar donde se comparte lo cotidiano, lo espontáneo y lo real. Y esto es algo que todos deberíamos aprender a incorporar en nuestra comunicación.
Imagínate un vídeo en el que un CEO de una gran empresa habla de su experiencia personal con un producto, en lugar de solo repetir las características técnicas. O un blog donde un profesional de la salud comparte historias de pacientes (con su permiso, claro) en lugar de solo publicar estadísticas. Ese toque personal puede hacer maravillas.
Hacer un mundo más Humano
Trabajo en Telefónica, y en mi empresa tenemos un eslogan que define nuestra misión: «Hacer un mundo más humano, conectando la vida de las personas». Por eso, a la hora de comunicar, no podemos ser menos. Debemos ser lo más humanos posible para conectar con nuestros clientes, ya sean externos o internos.
Entonces, cuando te enfrentes a la tarea de comunicar algo importante, no tengas miedo de ser tú mismo. Habla de tus experiencias, de tus gustos, de tus aficiones. Cuenta ese chascarrillo con un amigo que siempre te hace reír. Haz que tu audiencia vea que eres una persona real, con emociones y vivencias, igual que ellos.
Y recuerda, no estamos solos en esto. Todos tenemos nuestras inseguridades, pero son precisamente esas inseguridades las que nos hacen humanos y nos permiten conectar de manera auténtica con los demás.
Así que, levanta esa barrera y deja que tu verdadera voz se escuche. Porque la comunicación, en su esencia, es un acto de humanidad. Y no hay nada más poderoso que eso.
