¿Quién inventó el teléfono?
Aunque estemos ante una pregunta sencilla, durante décadas la respuesta no lo ha sido tanto. De hecho, hasta que en el año 2002 el Congreso de los Estados Unidos de América no reconoció a Antonio Meucci, se había considerado como el inventor de este aparato a Alexander Graham Bell.
¿Y cuál fue la razón? Pues porque como diría Quevedo (el escritor, aunque a Góngora le habría gustado más que habláramos del cantante): poderoso caballero es don dinero.
Graham Bell patenta el teléfono en 1876
El inventor y científico escocés Alexander Graham Bell patentó el 7 de marzo de 1876 el teléfono, realizando tres días más tarde la famosa (y elemental, ya que hablábamos de literatura en el párrafo anterior) llamada a su ayudante: “Mr Watson, venga aquí, quiero verle”.
El enorme éxito y la popularización de esta patente dispararon el nivel de conocimiento de Graham Bell, quien, polémicas aparte, convirtió este aparato en un medio de comunicación de masas con la fundación en 1977 de la Bell Telephone Company. Una compañía que tras fusiones y modificaciones es el germen de la actual AT&T, una de las mayores empresas de telecomunicaciones del mundo.
Antonio Meucci, creador e inventor legítimo del teléfono (150 años después)
Sin embargo, y como quedó acreditado siglo y medio después, el inventor legítimo del teléfono fue el italiano Antonio Meucci, quien en el año 1854 construyó un aparato -al que llamó ‘teletrófono’- con el que conectaba su oficina con su dormitorio, en una planta superior de su hogar, para así poder comunicarse con su mujer, quien se encontraba inmovilizada aquejada de reumatismo.
La falta de presupuesto para patentarlo unido a una serie de infortunios y calamidades (como la desaparición del prototipo o la necesidad de su esposa por un accidente de Meucci de vender sus trabajos a un prestamista sin poder recuperarlos posteriormente) llevaron al inventor de origen florentino a décadas de litigios tras haber presentado públicamente el invento en 1860.
Pero el poderío económico de Bell, con sobornos incluidos, provocó que todos los intentos de Meucci por alcanzar el reconocimiento oficial de la autoría del invento quedaran en papel mojado. Su muerte en 1889 parecía ser el punto final a esta disputa.
Sin embargo, no fue así. Un siglo después, concretamente el 11 de junio del año 2002, en su resolución 269, el Boletín Oficial de la Congreso de Estados Unidos reconocía que “si Meucci hubiera podido pagar la tasa de 10 dólares para mantener la salvedad después de 1874, ninguna patente podría haber sido expedida a Bell”, añadiendo que “es el sentido de la Cámara de Representantes que la vida y logros de Antonio Meucci deben ser reconocidos,” así como “su trabajo en la invención del teléfono”.
¿Qué tiene que ver una funeraria con la automatización de las llamadas?
La telefonía fue avanzando desde estos orígenes y ya a finales del siglo XIX nos dejó una curiosidad sobre el paso de las llamadas a través de telefonistas a las automáticas.
En el año 1886, Almon Brown Strowger empezó a dirigir una empresa de pompas fúnebres en Kansas City (Misuri), donde se había trasladado poco antes. Él achacaba la falta de clientela a no ser conocido en la ciudad, pero descubrió que la razón era otra.
En un momento en el que la telefonía era totalmente manual, resultó que una telefonista de la ciudad desviaba las llamadas a su principal competidor en el negocio funerario, quien casualmente resultó ser su esposo…
Por este motivo, Strowger concibió un sistema telefónico donde no fuesen necesarias las tareas de telefonista: con la ayuda de un amigo consiguió construir en 1892 la primera central con capacidad para 99 abonados y totalmente automática con su sistema «paso a paso», que en el futuro aplicarían otro tipo de centrales como las Rotary.
En 1898 Strowger vendió la patente de su invento por 1.800 dólares y su participación en su empresa (Strowger Automatic Telephone Exchange) por 10.000 dólares. Años después, en 1916, la compañía Bell (AT&T) compró por 2,5 millones de dólares el invento, conocido como conmutador Strowger, aunque no lo utilizó hasta 1920, cuando apostó definitivamente por la automatización en el ámbito urbano después de una huelga del personal.
Historia del teléfono móvil
Aunque estrictamente estamos ante una disrupción frente a la telefonía fija de la que venimos hablando a lo largo del artículo, la telefonía móvil es una innovación tecnológica que forma parte también de la evolución de la historia de la telefonía.
Hace ya más de medio siglo, concretamente en 1973, un ingeniero de Motorola llamado Martin Cooper realizó la primera llamada de telefonía móvil. Diez años después, en 1983, comenzaría la comercialización por parte de esta compañía de un dispositivo móvil, si bien se trataba de un aparato muy diferente al de nuestros estándares actuales.
Como más de un kilo de peso y unas considerables dimensiones (33cm x 4,5cm x 8,9 cm) contaba además con una autonomía limitada: para treinta minutos de conversación requería unas diez horas de carga.
Unas prestaciones que, sumadas al precio de mercado (de casi 4.000 dólares estadounidenses), hicieron que en un primer momento no se popularizara su uso y se quedara como algo circunscrito a gente con elevado poder adquisitivo. Con todo y con eso, un año después del lanzamiento ya había 300.000 personas que disponían de un teléfono móvil.
El primer smartphone de la historia
Ya en 1994 llegaba el considerado como primer teléfono inteligente de la historia, el Simon de la compañía IBM. Un tipo de dispositivo, el smartphone, que ha cambiado por completa no solo la telefonía sino prácticamente cualquier aspecto de nuestro día a día.
La evolución de este tipo de dispositivos desde hace tres décadas ha ido variando enormemente hasta alcanzar una popularización y democratización sin precedentes. De hecho, en la actualidad hay 8.650 millones de conexiones móviles en 2024 en el conjunto del planeta, más que habitantes.
De ese total de conexiones, un 82% procede precisamente de smartphones frente aun 15% de teléfonos móviles convencionales, quedando un 3% restante de otro tipo de dispositivos móviles como tablets.
El nivel de relevancia del teléfono móvil en nuestras vidas es tal que, de media, cada habitante del planeta invierte cinco horas al día en su uso.
Telefonía en España: origen, historia y evolución
La historia de la telefonía en España está íntimamente ligada a Telefónica, como no podía ser de otra manera.
Historia la telefonía en España hasta 1924
Las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX estuvieron marcadas por una reglamentación cambiante, líneas aisladas, materiales de construcción no homogéneos o amplias zonas de la geografía sin acceso.
Como curiosidad, la primera comunicación telefónica en España se dio en Cuba en 1877, un territorio que entonces era una provincia española. En diciembre de ese mismo año se dio también la primera llamada dentro de la península, concretamente en Barcelona entre el castillo de Montjuïc y la Ciutadella a través de una línea telegráfica del ejército.
El éxito llevó un año después, 1878, a los promotores, Francesc Dalmau y su hijo Tomás, a desarrollar la primera llamada interurbana, entre la capital catalana y Girona.
El nacimiento de Telefónica justo hace un siglo supuso un antes y un después. De hecho, José Tafur, director general de Comunicaciones en 1923 del estado se refería en estos contundentes términos al servicio telefónico en el país entonces: “No hay nada, porque lo poquísimo con que contamos es tan malo que es peor, mil veces peor que no tener nada absolutamente”.
Historia de la telefonía en España desde 1924
A partir del citado año 24, la evolución histórica del servicio telefónico en España va de la mano de Telefónica.
En 1926 el país ya contaba con 100.000 aparatos en servicio. Una década, la de los años 20, que vio otro hito de la telefonía: en 1928 se produjo la primera llamada transoceánica desde el Edificio de Telefónica en la Gran Vía de Madrid, entre Alfonso XIII y el presidente de EE.UU. Calvin Coolidge.
Tras superarse las 20 millones de llamadas anuales en los años 30, otra curiosidad llegó con los años 40: en 1943 se regularizó la guía telefónica, que aunque comenzó a denominarse así en la década anterior, contó igualmente con un cambio de formato: del tamaño de una cuartilla al de un folio.
1955 trajo uno de los grandes hitos de la telefonía en España con la instalación del teléfono un millón, siendo el undécimo país del mundo en alcanzar esta cifra.
Peses a que su popularización se daría a partir de 1966, en 1963 se instalaron las primeras cabinas en España, en Madrid y Barcelona, aunque el primer teléfono público de España había sido instalado en 1928 en el parque del Retiro de la capital. Las cabinas fueron parte del paisaje urbano hasta que en 2022 dejaran de contar con la consideración de “servicio universal”.
De la mano de Telefónica, a España también llegó la telefonía móvil en los años 70 del siglo pasado. En concreto, en 1976 con el servicio TAV (Teléfono Automático en Vehículos) que, como su propio nombre indica, estaba destinado a los coches, apenas tres años después de su primer uso, como hemos comentado anteriormente. Dos años más tarde, se alcanzó otra cifra significativa: 10 millones de teléfonos instalados.
Un siglo después de comenzarse la automatización, tal y como hemos explicado previamente, llegó en 1988 la última llamada cursada por una operadora en España, concretamente en la localidad andaluza de Polopos (provincia de Granada).
Otra curiosidad es que, en 1999, España se convirtió en el primer país europeo en contar con tecnología ADSL.
