Equipo de Políticas Públicas, Telefónica.
Esta semana se realizó el XII Encuentro Empresarial Iberoamericano en el marco de la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, en Antigua, Guatemala. Bajo el lema “Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”, Telefónica participó en el panel sobre “El ecosistema digital – pilar estratégico para el crecimiento económico” donde se debatió que los países de América Latina necesitan repensar y redefinir sus agendas digitales.
La nueva era de disrupción digital sitúa la conectividad y los datos en el eje de la transformación tecnológica, económica y social. De los casi 8.000 millones de personas que habitan en el planeta, más de 5.000 millones disponen de teléfono móvil y alrededor de la mitad de la población tiene acceso a Internet. En el corazón de esta revolución tecnológica, la conectividad y los datos se han consagrado como los ejes vertebradores de la transformación económica y social que afecta a todos los rincones del mundo. Sin embargo, no todas las regiones están sacando el máximo rendimiento de las oportunidades generadas por la digitalización. Un ejemplo claro es América Latina.
América Latina no puede quedarse atrás en este momento de oportunidades derivadas de la transformación digital y la forma de revertir esta situación pasa entre otras cosas por la redefinición de Agendas Digitales, lo que podría asegurar esa anhelada sociedad digital próspera, inclusiva y sostenible.
Trinidad Jiménez, Directora Global de Estrategia de Asuntos Públicos de @Telefonica dice que «la disrupción digital ha cambiado nuestra vida. América Latina tiene el enorme desafío de integrar la digitalización a los procesos productivos». #CumbreIberoamericana pic.twitter.com/nJRc1ClT17
— Telefónica GT (@Telefonicagt) November 15, 2018
Desde Telefónica, consideramos y defendemos que este el rediseño de las Agendas Digitales debe tener en cuenta varios elementos esenciales, determinados en tres niveles estructurales:
1. Definición de las bases necesarias para la economía digital
Las bases de la economía digital han de erigirse sobre tres pilares fundamentales: la adecuación del modelo de gobernanza de la economía digital, es decir su institucionalidad; la conectividad digital enfocada en el desarrollo de infraestructuras de red y expansión de la conectividad a todas las zonas geográficas y la formación de capital humano.
La adecuación de la institucionalidad implica dar preferencia al proceso de digitalización de la economía y establecer un diseño institucional acorde a la nueva realidad digital por los organismos y agencias responsables. Este sistema ha de reflejar la necesaria prioridad política de los asuntos digitales al más alto nivel de estructura de gobiernos, en aras de favorecer la coherencia y la coordinación de las iniciativas entre las distintas entidades administrativas.
De igual forma, el despliegue de infraestructura para llevar Internet a las zonas rurales es el camino que debemos recorrer para promover la inclusión digital. El negocio de Telefónica, como operador global de telecomunicaciones, impacta positivamente en el cumplimiento del noveno Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, dedicado a la industria, la innovación y las infraestructuras. Así lo ha puesto de manifiesto con programas como “Internet para Todos”, una iniciativa nacida de la innovación y de la cooperación público-privada, con el que queremos conectar a más de 100 millones de personas en América Latina.
Tenemos claro que la solución para cerrar la brecha digital sin dejar a nadie atrás se encuentra en la combinación de la innovación y la cooperación público-privada, sobre todo para proyectos de infraestructuras, que representan grandes necesidades financieras a medio y largo plazo.
2. Acelerar la digitalización de la economía
Una de las claves para agilizar el proceso de digitalización de la economía es el establecimiento de medidas y programas destinados a digitalizar y simplificar la administración y los servicios públicos, a través de, por ejemplo, herramientas de Big Data en y para servicios públicos. Con un nuevo modelo de “data driven public services” el sector público debe impulsar y hacer fuerza tractora para la transformación digital de las economías. Un ejemplo concreto sería el establecimiento de programas de gobierno para la aplicación de tecnologías y herramientas digitales para mejora de eficiencia de la economía digital como un todo. Estas iniciativas y programas permitirían mejorar la productividad de las empresas e industrias, a la vez que fomentarán el surgimiento de nuevos modelos de negocio.
Otro objetivo de la aceleración de la digitalización es generar un entorno adecuado para el nacimiento, formalización, crecimiento e internacionalización de proyectos emprendedores en e-commerce y servicios digitales, en definitiva la innovación digital. Telefónica ha sido la primera multinacional en la región en apoyar el emprendimiento, a través de su línea de negocio Telefónica Open Future y las academias de Wayra que aseguran el desarrollo de ecosistemas de emprendimiento tecnológico. Queremos seguir contribuyendo a este fenómeno, pero necesitamos contar con políticas públicas, en especial fiscales, adecuadas para el buen desarrollo de la innovación abierta y la expansión de las empresas emprendedoras.
3. Asegurar la sostenibilidad de la economía digital
El tercer nivel de elementos clave de una agenda digital debería tratar de establecer nuevas medidas que aseguren la sostenibilidad de la economía digital. Entre otras cuestiones nos parece imprescindible tratar de definir una nueva política fiscal para los servicios digitales. El diseño de una política tributaria adaptada a la nueva realidad y aplicable al contexto digital actual es importante para incentivar la innovación y promover el crecimiento del ecosistema digital.
Para el rediseño de una política fiscal de los servicios digitales defendemos en el Encuentro Empresarial de Guatemala, que es oportuno que la SEGIB convoque y conforme un grupo de trabajo de la Red Iberoamericana de Política Fiscal para evaluar los desafíos tributarios derivados de la economía digital y para tratar de empezar a redefinir una política fiscal aplicable a estos nuevos servicios y agentes digitales.
La adopción de estas Agendas Digitales debe abordarse desde la perspectiva de protección de los intereses de los estados y de los propios ciudadanos como usuarios de servicios digitales y debe asegurarse su continuidad más allá de los respectivos gobiernos y que sea el reflejo de la visión de un país.
En definitiva, debido a la larga trayectoria de Telefónica en la región, como gran inversor y operador establecido, apostamos por la redefinición de políticas públicas orientadas a desarrollar, acelerar y asegurar la sostenibilidad de la economía digital porque servirán para crear nuevas oportunidades de generación de riqueza, basadas en el impulso de la revolución de los servicios digitales.