Se habla mucho del futuro de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en tiempos de crisis. En mi opinión, la RSC goza de buena salud porque está en las expectativas de los públicos estratégicos de una empresa y ha entrado de lleno en la agenda política europea. Lo que sí hay que revisar es la comunicación corporativa sobre la RSC, para dar una respuesta adecuada a dichas expectativas.
La principal herramienta de comunicación de la RSC hacia los mercados es la Memoria de sostenibilidad. Las mayores exigencias de transparencia y regulatorias (Ley de Economía Sostenible, entre otras) impulsarán el reporting en una triple dirección: una mayor aplicación de estándares internacionales; integración de la información financiera y no financiera en un único informe; y la emisión trimestral y semestral de información de RSC.
En relación con los consumidores y usuarios, el uso de los medios sociales está ya jugando un papel relevante. Uno de los casos más elocuentes fue el uso del canal Twitter por parte de Iberia durante la pasada huelga de los controladores para informar permanentemente a sus clientes. Responsabilidad, al fin y al cabo, es la habilidad de responder por los actos que uno realiza. En esa capacidad para responder el 2.0 es fundamental.
Con respecto a los accionistas, la RSC está desarrollándose como una herramienta de control del riesgo corporativo. De las empresas norteamericanas presentes en el índice Dow Jones de Sostenibilidad (DJSI), 17 ya tratan las RSC de forma específica en las comisiones consultivas de sus Consejos. De ellas, 5 denominan a la Comisión estrictamente como «Comisión de RSC» o similares; 5 incorporan sus funciones en las Comisiones de Asuntos Públicos o similares; 2 con este enfoque hablan de reputación; 4 incorporan sus funciones en las Comisiones de Salud, Seguridad y Medio Ambiente; y 3 incorporan sus funciones en las Comisiones de Gobierno Corporativo. Es decir, que la información sobre RSC va a incorporarse de lleno en el reporting mensual al Consejo de Administración y en del cuadro de mando de la compañía.
La conclusión de todo ello es clara: en la información sobre RSC el futuro tiene más que ver con la calidad de la información que con la cantidad. Y la calidad implica el manejo de los números con mayor rigor. Con este objetivo, veremos el desarrollo de sistemas de información no financiera que permitan capturar información existente desde el origen, consolidarla siguiendo reglas establecidas y manteniendo su trazabilidad, así como combinarla con los sistemas financieros. Pero el reto más importante para las empresas será su capacidad de trabajar en equipo involucrando a las áreas de comunicación, finanzas, riesgos y sistemas de información. Y no sería de extrañar que viéramos a medio plazo a los economistas y auditores incorporarse a los equipos de RSC.
