“La Responsabilidad Social Corporativa tiene tirón en España pero no la ISR”, afirmó Juan Diego Paredes, el miembro de la Cátedra que presentó el informe “Motores y frenos para el uso de información ASG en la toma de decisiones de inversión: el caso español”. España está a la cola de las inversiones socialmente responsables siendo los inversores institucionales, especialmente los fondos de pensiones, prácticamente los únicas que la demandan. La ISR en nuestro país suma unos 33.000 millones de euros frente a los 300.000 de Suecia o el billón del Reino Unido.
Se tiene constancia de que con estos criterios ASG se minimiza el riesgo de la empresa, pues analiza aspectos que no se tienen en cuenta desde las perspectivas
Algunos de los enemigos de la ISR son la complejidad de los criterios ASG (tienen un periodo de maduración en su implantación, a medio o largo plazo), los problemas de comunicación y transparencia y el cortoplacismo reinante en el mundo de las inversiones.
Formar profesionales especializados, cambiar el modelo de gestión, sensibilizar a los ciudadanos, aumentar la transparencia, innovar y controlar este tipo de inversiones pueden ser algunas de las principales claves para popularizarlas. ¿Puede ser esta época de crisis un buen momento para ello? ¿Qué opináis?
Para más información sobre la ISR podéis visitar el informe: Avances en la Inversión Socialmente Responsable en España: primeros pasos del diálogo activo accionarial