Gobernanza: definición
La simple definición de gobernanza en la Real Academia Española resulta clara y concisa: “Forma de gobernar, especialmente si es eficaz y adecuada a los fines que se persiguen”.
Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) da más detalle al catalogar la gobernanza como “todos los procesos de gobierno, instituciones, procedimientos y prácticas mediante los que se deciden y regulan los asuntos que atañen al conjunto de la sociedad”.
Desde la Secretaría de Estado de la Función Pública del Gobierno de España explican que “la gobernanza supone un cambio de paradigma en las relaciones administrativas, propiciando la adopción de políticas públicas con la participación de distintos sectores público y privado”.
Esta misma institución añade que “las Administraciones Públicas deben asegurar un marco normativo estable y adaptado a las necesidades de nuestros ciudadanos y empresas, que contribuya a simplificar sus relaciones con las distintas Administraciones Públicas, a mejorar la competitividad de nuestras empresas y fortalecer la confianza en las instituciones y en la calidad de los servicios y decisiones”.
Principales características de la gobernanza
La Comisión Europea, una de las principales instituciones de la UE, en su página web se refiere a la calidad de la gobernanza y la administración pública de un país como “un factor clave de su rendimiento económico y el bienestar de sus ciudadanos”.
Por su parte, la ACNUDH alude como atributos esenciales de la buena gobernanza la transparencia, la responsabilidad, la rendición de cuentas, la participación y la capacidad de respuesta frente a las necesidades de la población.
Esta misma institución añade que “aunque no existe consenso internacional sobre la definición de ‘buena gobernanza’, su sentido podría abarcar las características siguientes: respeto pleno de los derechos humanos, Estado de Derecho, participación efectiva, asociaciones de múltiples interesados, pluralismo político, procesos e instituciones transparentes que rindan cuentas, un sector público eficiente y eficaz, legitimidad, acceso al conocimiento, información y educación, empoderamiento político de la población, equidad, sostenibilidad, y actitudes y valores que fomenten la responsabilidad, la solidaridad y la tolerancia”.
Diferencias entre gobernanza y gobernabilidad
Si bien nos encontramos ante términos similares, no son lo mismo. Veamos las diferencias.
La gobernabilidad se refiere a las cuestiones que dictaminan la capacidad con la que cuenta un Estado de ejercer el poder de forma efectiva respondiendo a las demandas sociales planteadas por la sociedad.
Aspectos como la estabilidad, la legitimidad, la confianza o la oferta de servicios públicos con garantías de satisfacer lo que la ciudadanía demanda o necesita son términos vinculados con la gobernabilidad.
A estas cuestiones habría que sumar otras como la promoción de la participación ciudadana o el establecimiento de mecanismos diversos que sirvan para que la sociedad esté en disposición de supervisar la acción de gobierno.
De acuerdo con las definiciones de ambos conceptos que hemos explicado a lo largo del artículo, podríamos observar que son dos ideas diferentes de la política y la gestión pública.
La gobernabilidad está enfocada en el resultado y la efectividad del gobierno, mientras que la gobernanza lo hace en el proceso y la colaboración entre actores diferentes.
Por lo tanto, la gobernanza cuenta con una perspectiva más amplia que incluye como uno de sus elementos a la gobernabilidad.
Así pues, podríamos considerar que la principal diferencia entre gobernabilidad y gobernanza es que la primera se refiere a cómo se complementan diferentes actores tanto del ámbito privado como público junto con la capacidad gubernativa mientras la segunda se trata precisamente de esto: las posibilidades o capacidades de un gobierno para procesar las demandas diversas y poder dar respuestas adecuadas.
