El informe «Financing Broadband Networks of the Future» de la OCDE examina las tendencias actuales en la financiación de redes de banda ancha y sus implicaciones para la conectividad futura. En un mundo cada vez más interconectado, la inversión continua en infraestructura de banda ancha es crucial para garantizar un acceso inclusivo a una conectividad de alta calidad. Esta conectividad es esencial para la transformación digital, el crecimiento económico y la prosperidad.
De la conectividad al ecosistema de la conectividad
La innovación digital y la creciente demanda de datos ha transformado la conectividad en un ecosistema de conectividad. El término “ecosistema” refleja la complejidad y la interdependencia de los múltiples agentes que contribuyen a la conectividad global de hoy.
Este ecosistema comprende una gama de actores y de elementos interconectados e interoperables que facilitan la comunicación y la transmisión de datos entre dispositivos, redes fijas y móviles, satélites, centros de datos, cables submarinos, y plataformas y aplicaciones.
A los operadores de telecomunicaciones tradicionales, se suman nuevos actores como las grandes tecnológicas, las compañías de torres o los fondos de inversión privada. La interdependencia y la cooperación entre los distintos actores es clave para impulsar la inversión y el desarrollo tecnológico.
El informe «Financing Broadband Networks of the Future» de la OCDE analiza cómo los distintos agentes que integran el ecosistema de la conectividad contribuyen con sus inversiones a su correcto funcionamiento.
La financiación de las redes de banda ancha
En este contexto, el informe de la OCDE identifica a cinco agentes que participan en diverso grado en las inversiones en las infraestructuras de banda ancha: los operadores de telecomunicaciones, las empresas de torres, las grandes tecnológicas, los fondos de inversión en infraestructuras, y el sector público.
Los operadores de telecomunicaciones son y seguirán siendo los principales actores y responsables de la inversión para la expansión y la actualización de las redes de banda ancha fija y móvil. Estas empresas son el corazón del ecosistema de conectividad, asegurando que las redes de banda ancha funcionen de manera eficiente y continua y habilitando el desarrollo de servicios digitales.
Las empresas de torres emergen como nuevos actores, por su papel en la gestión de infraestructura que soporta las redes móviles. Su rol ha evolucionado desde la mera posesión de infraestructura pasiva hacia la oferta de servicios a través de acuerdos con centros de datos.
El informe también incluye a las grandes empresas tecnológicas, cuya intervención en el ecosistema está evolucionando. Estas compañías están invirtiendo en ciertos segmentos de la infraestructura de comunicaciones, como son los cables submarinos, los servicios de nube y los centros de datos.
Por su parte, las entidades que gestionan los activos financieros, incluidos los fondos de capital privado y de pensiones, están invirtiendo en redes de acceso de fibra mayorista.
Y, por último, el sector público, continúa siendo relevante en la financiación de redes de banda ancha, a través de subvenciones y otras iniciativas.
Principales conclusiones del informe de la OCDE
En cuando al análisis del desempeño financiero de los actores mencionados, el informe destaca que los operadores de telecomunicaciones a nivel global han obtenido un incremento promedio de ingresos del 2,1% entre 2008 y 2022, con márgenes de beneficio estables. Sin embargo, el informe constata que el rendimiento del capital invertido (ROIC) de los operadores ha disminuido gradualmente. Además, el análisis revela una trayectoria ascendente en los niveles de endeudamiento, como demuestran los ratios de deuda neta sobre EBITDA. Esto es un desafío que, de acuerdo con el informe, podría requerir un enfoque renovado para mantener la estabilidad financiera y la inversión constante.
En el ámbito de las empresas de torres, el informe señala que los operadores de redes móviles han desinvertido en activos de torres para liberar capital, dando lugar a empresas especializadas en este campo. Estos cambios reflejan una evolución en los modelos de negocio y una adaptación a las nuevas demandas y evolución de los mercados.
A través de casos de éxito de las cinco mayores empresas tecnológicas por capitalización bursátil, el informe examina su inversión. Este destaca el aumento de sus inversiones en infraestructuras como cables submarinos y centros de datos.
En cuanto a los gestores de activos financieros, incluidas las empresas de capital riesgo, los fondos de cobertura y los fondos de pensiones, los bajos tipos de interés han impulsado inversiones significativas en infraestructuras de comunicaciones. Sin embargo, el aumento de los costes de financiación podría presentar desafíos para futuros proyectos de inversión.
Finalmente, en cuanto al papel del sector público el informe señala que su aportación financiera está promoviendo la conectividad y la sostenibilidad en áreas remotas y de difícil acceso. Además, el sector público debe desarrollar políticas que incentiven la inversión, manteniendo al mismo tiempo otros objetivos como promover mercados competitivos o ecosistemas favorables a la innovación.
Independientemente del tipo de inversor, el informe de la OCDE enfatiza la necesidad de promover una inversión sostenida en la infraestructura de banda ancha para garantizar la prosperidad.
Reforzar la capacidad de inversión del sector de telecomunicaciones
El informe de la OCDE ofrece un enfoque innovador al analizar la inversión de diversos actores en el ecosistema de la conectividad. La inclusión de empresas de telecomunicaciones, de torres, grandes tecnológicas, gestores de activos financieros y el sector público evidencia el complejo ecosistema de la conectividad y la necesidad de la colaboración para el desarrollo tecnológico y de una sociedad interconectada.
En este entramado, los operadores de telecomunicaciones son fundamentales en la financiación de redes de banda ancha, no solo por su capacidad de gestionar infraestructuras clave para las comunicaciones y servicios digitales, sino también por la importancia estratégica de sus inversiones en redes nacionales, de agregación y de acceso, eje central del ecosistema de conectividad.
Sin embargo, el panorama actual de los operadores está marcado por un delicado equilibrio entre oportunidades y desafíos. Es esencial que las políticas públicas promuevan la inversión para la expansión de las redes de ultra banda ancha, creando un marco que genere los incentivos a la inversión, la innovación y reduzca las barreras al despliegue de las infraestructuras de conectividad en el sector de las telecomunicaciones. Del mismo modo, es crucial permitir a las empresas competir en igualdad de condiciones en el ecosistema de la conectividad.
