Eduardo Salido,
Europa está en una encrucijada. O como reflejó el Presidente de la Comisión Juncker en su discurso anual del Estado de la Unión Europea: ”Europa está en una crisis existencial”. Desigualdades sociales, problemas económicos y una falta de cohesión social fueron solo algunos de los términos que el Presidente Juncker utilizó para referirse al estado actual de la Unión Europea en Estrasburgo.
En marzo del 2017 la Unión Europea celebrará la creación del “mercado común” firmado hace 60 años en Roma. El aniversario tendrá lugar en un momento de dudas sobre el futuro del proyecto europeo. El creciente nacionalismo entre los miembros de la Unión Europea, el Brexit (curiosamente las negociaciones entre el Gobierno de Theresa May y la UE darán coincidirán con la celebración de esta efeméride) y un débil crecimiento económico son algunas de las cuestiones a las que la Comisión de Juncker tendrá que hacer frente en los próximos meses. Parece que Europa no es capaz de afrontar sus propios problemas y no puede dar una respuesta acerca de su propio futuro al resto del mundo.
Europa necesita establecer una visión clara que se lleve a cabo eficientemente. Ésta es la visión que Juncker quiere para Europa: preservar el estilo de vida europeo, empoderar Europa, proteger Europa y asumir responsabilidades.
Preservar el estilo de vida europeo
Las directrices de Juncker en este aspecto son ambiguas: la unificación de Chipre, continuar con la eterna paz en la región, la defensa de los valores europeos o la firma de acuerdos comerciales con los vecinos europeos (con especial énfasis a la ratificación del acuerdo de comercio entre la Unión Europea y Canadá) son algunas de sus prioridades. Al mismo tiempo defiende el establecimiento de unas reglas del juego homogéneas para las empresas (level playing field) y para los ciudadanos, es decir, que los trabajadores reciban el mismo salario con independencia de su nacionalidad, y que cada compañía pague sus impuestos, sin tratos especiales (aludiendo al caso de Apple en Irlanda). También subrayó la importancia de proteger a los trabajadores y a las industrias europeas, especialmente la industria del acero y el sector agrícola); y preservar el Euro para potenciar el crecimiento económico y el empleo en las economías de la Unión Europea.
Empoderar Europa
En este sentido, la Comisión tiene claro que la inversión va a ser clave para la evolución económica del continente en los próximos meses. Juncker anunció la inversión en el Mercado Único Digital, con metas ambiciosas, como 5G para 2025, acceso inalámbrico a Internet gratuito en cada pueblo y ciudad europeas para 2020 y leyes de propiedad intelectual que protejan a los creadores digitales.
Juncker quiere duplicar los fondos y la duración del Plan de Inversión en Europa, el conocido como “Plan Juncker”, puesto en marcha el año pasado con enorme éxito. Siendo todavía más generosa, la Comisión Europea extenderá el alcance del plan de inversión a África y a otros países vecinos.
Finalmente, la Comisión continuará invirtiendo en los jóvenes, a través de los sistemas de Garantía Juvenil de la Unión Europea, lanzada hace tres años. Además, está planeando crear un Cuerpo de Solidaridad Europea, constituido por jóvenes voluntarios que quieran ayudar en situaciones de crisis.
Proteger Europa
Los recientes ataques terroristas en varias ciudades europeas han colocado la defensa y la seguridad en el centro de la estrategia europea. Por esta razón, la Comisión Europea está dispuesta a crear un nuevo cuerpo de fronteras y guardacostas así como sistema de información de viaje europeo. Además, reforzar la Europol y crear una estrategia europea para ayudar a resolver el conflicto en Siria son algunos de los asuntos principales de la agenda Junker.
Asumir responsabilidades
Juncker quiere corregir los “errores burocráticos”. Así anuncia el final de los cargos móviles de roaming, como una forma de agradar a aquellos que viajan por negocio o por vacaciones, pero sobre todo a trabajadores transfronterizos y a estudiantes Erasmus. Además, la Comisión sugiere flexibilizar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento intentando entender cuáles son las razones que llevan a los países a sobrepasar los límites de deuda y déficit.
Las propuestas de Juncker son desafiantes, pero comprometidas con la construcción europea. Cabe destacar los cambios en política económica que se sucederán en los próximos meses. Se espera ver la apuesta en inversión en la Unión Europea, duplicando el compromiso existente y extendiendo el plan a África. Además, un Pacto de Estabilidad más flexible es bienvenido por la mayoría de las economías de la Unión Europea.
Hay otras propuestas de políticas controvertidas. Un “Navega-Como-En-Casa” [Roam-Like-At-Home] sin una política de uso justo en términos de tiempo o volumen distorsionarían potencialmente los mercados nacionales. Un roaming “Navega-Como-En-Casa” [Roam-Like-At-Home] ilimitado sería como permitir que todos los tickets de metro europeos pudieran ser utilizados en todos los metros europeos. Aunque suene atractivo, no sería sostenible dada la diferencia de los respectivos precios de los billetes para cada país.
Las tecnologías digitales están en el núcleo del discurso de Juncker, como señaló: “las tecnologías digitales y las comunicaciones digitales están permeando cada ámbito de nuestras vidas”. En pocas palabras, la vida es digital. La digitalización tiene el poder de influir todo lo que hacemos. Cambia la forma en las que los individuos y las empresas interactúan, se comunican y aprenden; cómo trabajan y hacen negocios; y cómo emplean su tiempo de ocio. Pero para poder ganarnos los corazones y las mentes de los ciudadanos europeos necesitamos hacer más.
“Empoderar la economía [europea] significa invertir no solamente en conectividad, pero también en la creación de empleo”. Por lo tanto, Europa debe invertir en su juventud, incentivar inversiones a largo plazo en tecnologías digitales, lo que implica aumentar los niveles de inversión en startups, scaleups y nuevas tecnologías.
Este post fue escrito en colaboración con Irene Redondo.