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¿Estará DGCOMP lista para afrontar los nuevos retos de la nueva Comisión?

Bajo la temática Libro Blanco de la CE, presentamos el segundo post de la serie en el que se destacan las prioridades de la nueva Comisaria de Competencia para hacer de la política de competencia un instrumento que fomente la competitividad europea. Un aspecto clave es la revisión de las Directrices de Control de Concentraciones Horizontales. ¿Será esta reforma suficiente para alcanzar el cambio radical de enfoque que se pide a la Dirección General de Competencia (DG COMP)?

¿Estará DGCOMP lista para afrontar los nuevos retos de la nueva Comisión

Mónica Sánchez Soliva

Tiempo de lectura: 12 min

En el mes de julio, iniciamos la serie titulado Libro Blanco de la CE, donde presentamos la contribución de Telefónica a la consulta pública del Libro Blanco. Como resultado de esta consulta, la Comisión presentará una propuesta legislativa, la Ley de Redes Digitales, que determinará el futuro de la Unión Europea y del sector de telecomunicaciones en la próxima década a través de un nuevo marco regulatorio.

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Hace dos semanas, Teresa Ribera fue designada por la Presidenta Von der Leyen como Vicepresidenta Ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, y Comisaria de Competencia. Si Ribera es finalmente nombrada tras las audiencias públicas, se encargará de liderar un nuevo enfoque de la política de competencia, dirigido a apoyar a las empresas europeas para que ganen escala en los mercados mundiales y a garantizar que tengan incentivos para invertir, innovar y crecer. Además, se asegurará de que las decisiones de la DG COMP se basen en evidencias claras, tengan en cuenta las políticas sectoriales y respondan a la necesidad de crear una Unión Europea resiliente frente al actual entorno geopolítico y otras amenazas en las cadenas de suministro y a la competencia desleal a través de subvenciones.

Impulsar la competitividad europea y asegurar una Unión Europea fuerte, resiliente y soberana de su propio destino, han sido principios fuertemente defendidos no solo por la industria de las telecomunicaciones de la UE, sino también por otros sectores críticos que han visto mermada su capacidad para competir y ser sostenibles, poniendo en jaque la supervivencia de su modelo de negocio.

La Comisión hace suyos ahora estos objetivos, no solo con la carta de objetivos de Ribera, sino también en el informe  de Mario Draghi  “The Future of European Competitiveness” en el que el antiguo Presidente del Banco Central Europeo subraya la necesidad de aumentar el crecimiento de la productividad, que es el motor más importante del crecimiento y de la mejora del bienestar a largo plazo. Sin crecimiento de la productividad, Draghi considera que será inviable que Europa alcance sus ambiciones.

Draghi hace un llamamiento al sector de las telecomunicaciones como pieza para impulsar la productividad y el crecimiento económico. Sin embargo, su informe destaca que existen grandes desequilibrios en el número de operadores en Europa en comparación con Estados Unidos y China. En concreto, señala que la actual regulación del sector y la política de competencia han desincentivado la consolidación, favoreciendo una multiplicidad de pequeños operadores en cada mercado. El informe señala que la disminución de la rentabilidad del sector de las telecomunicaciones, debido a esta fragmentación, no solo ha frenado la inversión en innovación tecnológica, sino que también supone un riesgo para las empresas industriales en Europa, en una fase en la que se necesitan infraestructuras de última generación para digitalizar la fabricación, el suministro y la distribución, y para desarrollar tecnologías clave como IoT o IA.  Asimismo, sugiere medidas para «un nuevo enfoque de la política de competencia que apoye un nuevo Acuerdo Industrial«.

En efecto, EE.UU. invierte más que Europa por suscriptor (per cápita): Europa (109 euros/año) está claramente por detrás de EE.UU. (240 euros/año). Los operadores de telecomunicaciones de la UE destinan una mayor proporción de sus ingresos a la inversión, lo que se está volviendo insostenible dada la tendencia a la baja de los ingresos, el rendimiento de las inversiones y las crecientes necesidades de inversión para cumplir los objetivos de conectividad. Esto perjudica tanto al bienestar de los consumidores como al de los productores. Esta situación está afectando a la capacidad de inversión de los operadores de telecomunicaciones de la UE, en términos de inversión per cápita, y esta diferencia no muestra signos de reducirse.

Para invertir esta tendencia, Draghi recomienda facilitar la consolidación en el sector de las telecomunicaciones. La principal iniciativa es cambiar la postura de la UE sobre la escala y la consolidación de los operadores para lograr un verdadero mercado único, sin comprometer el bienestar de los consumidores ni la calidad del servicio.

Las recomendaciones de Draghi se hacen eco de lo que Letta afirma en su informe, donde subraya que «The European Union needs to let network operators expand by buying national rivals to help build a real single market”. Y prosigue: “The scale of investments necessary in new technologies (for example edge/cloud, 6G, AI) implies that due consideration should be given to the necessity of some level of consolidation within national markets”.

Pero ¿por qué es necesaria la consolidación en el mercado para ganar escala y subsanar el déficit de inversión en redes?

La Comisión cree firmemente que la manera en que los operadores de telecomunicaciones de la UE pueden ganar escala y superar el déficit de inversión en el despliegue de redes es mediante la creación de un nuevo modelo de operadores paneuropeos capaces de prestar servicios en todos los mercados europeos. No obstante, la Comisión echa en falta que la escala que necesitan los operadores de telecomunicaciones se produzca a nivel local, donde se requiere la mayor inversión para la red de acceso y se maximizan las economías de escala y las sinergias.

Los operadores de telecomunicaciones de la UE solo pueden hacer frente a estas elevadas necesidades de inversión si hay suficiente rentabilidad de las inversiones, lo que solo puede lograrse si hay suficiente escala en forma de clientes adicionales en las redes individuales.

Por lo tanto, la escala es urgente y fundamental para fomentar la inversión en los mercados de telecomunicaciones de la UE. Facilitar la consolidación dentro del mercado es clave para que los operadores de telecomunicaciones de la UE alcancen la escala que necesitan para garantizar su viabilidad. Además, la escala dentro del mercado nacional permitiría lograr eficiencias locales a través de sinergias (por ejemplo, inversiones eficientes no duplicadas, uso optimizado de activos, espectro y eficiencias de emplazamientos; despliegue más rápido de redes y otras eficiencias fuera del mercado como la huella ecológica).  Además, la racionalización, simplificación y armonización de la regulación hacia un mercado único más integrado también ahorraría costes en términos de cargas administrativas, cadena de suministro o costes regulatorios y aumentaría la eficiencia y la velocidad del despliegue de infraestructuras.

La escala en el mercado nacional  aportará grandes beneficios para el bienestar de los consumidores, al igual que fomentará la existencia de actores de red sostenibles capaces de invertir en redes más avanzadas, seguras y resistentes. Como resultado, las redes de alta calidad ofrecerán experiencias y servicios digitales mejor adaptados a las preferencias de los consumidores y las empresas de la UE, lo que aumentará el valor, las posibilidades de elección y la innovación sin que necesariamente suban los precios.

¿Será suficiente la reforma de las Directrices sobre el Control de Concentraciones Horizontales para garantizar que las decisiones de la DG COMP cumplan los objetivos más amplios de la UE?

Europe needs a new approach to competition policy – one that is more supportive of companies scaling up in global markets, allows European businesses and consumers to reap the benefits of effective competition (…)

En la Carta de Misión enviada por Úrsula Von der Leyen a Teresa Ribera, la Presidenta de la Comisión Europea subraya la necesidad de revisar el enfoque de la política europea de competencia para aumentar la competitividad y el bienestar.

Una de las principales prioridades de la nueva Comisaria de Competencia Ribera será la revisión de las Directrices sobre el Control de las Concentraciones Horizontales (las Directrices) como uno de los elementos clave de la reforma propuesta de la política de competencia, con el objetivo de garantizar que las decisiones de la DG COMP sobre operaciones de concentración fomenten la inversión en determinados sectores estratégicos, en unos plazos de tiempo adecuados.

Acogemos con satisfacción este cambio de enfoque de la Comisión y su voluntad de reformar las normas que rigen las decisiones de la UE en materia de control de concentraciones, con la esperanza de que esta revisión cumpla la misión de la nueva Comisaria de garantizar que las empresas tengan suficientes incentivos para invertir, innovar y crecer. Sin embargo, también nos preguntamos si la revisión de las Directrices será suficiente para realizar este cambio tan profundo que pretende la Comisión.

No debemos olvidar que las Directrices son “soft law”, una guía de auto orientación para la Comisión basada, generalmente, en la jurisprudencia y en decisiones previas tomadas por la Autoridad para dar cierta perspectiva y certidumbre a las empresas sobre cómo se espera que la Comisión revise las operaciones de concentración en la UE. Teniendo en cuenta que el mandato de Von der Leyen, que anima a la DG COMP a considerar nuevos parámetros y objetivos políticos más amplios que nunca se habían tenido en cuenta en el pasado a la hora de tomar sus decisiones, la revisión de las Directrices deberá ser prospectiva, o será insuficiente para dar respuesta a los cambios que se pretenden abarcar.

El Reglamento de Control de Concentraciones de la UE como base del control de concentraciones de la UE

Por esta razón, creemos sinceramente que la revisión del Reglamento de Control de Concentraciones de la UE (EUMR por sus siglas en inglés) garantizaría este cambio fundamental de enfoque en el que la política de competencia se convierta en una herramienta para garantizar la competitividad, la resistencia y la autonomía estratégica de Europa, así como otros parámetros del bienestar de los consumidores en el complejo entorno geopolítico actual. La revisión del EUMR, que no se ha revisado en los últimos 20 años, es clave para dar respuesta a estas nuevas realidades y retos del mercado.

Además, con la reciente sentencia del TJUE en el asunto Illumina/Grail, la Comisión debe dejar de solicitar a las Autoridades Nacionales de Competencia la remisión de expediente que no alcanzan ni los umbrales nacionales ni los de la UE con arreglo al Art. 22 del EUMR. Por lo tanto, si la Comisión quiere cubrir el vacío de aplicación identificado con respecto a las llamadas “killer acquisitions”, los umbrales del EUMR deben ser revisados para garantizar la jurisdicción de la Comisión sobre este tipo de fusiones.

La revisión del EUMR debe abarcar la necesidad de que la Comisión adopte un enfoque prospectivo y a largo plazo en la evaluación de las operaciones de concentración de la UE, centrándose en las estrategias de inversión a largo plazo que fomentan la competitividad y la seguridad económica de la UE y dando menos importancia a los efectos de los precios a corto plazo como único indicador de la competitividad del mercado y del bienestar de los consumidores. Esto es algo que también recomienda el informe de Draghi. Ahora es clave que la DG COMP deje de trabajar en silos y adopte una visión más amplia para garantizar que sus decisiones se ajustan a las políticas más amplias de la UE para lograr un verdadero Mercado Único Digital y Competitivo.

Otros factores como la innovación, la soberanía, la resiliencia, la seguridad, la sostenibilidad y la capacidad de elección de los consumidores deberían considerarse ampliamente como eficiencias fuera del mercado que van más allá del mero marco económico y contribuyen a beneficios más amplios para los ciudadanos y las empresas.

Por último, como se afirma en la carta de misión de la Comisaria, creemos firmemente en la colaboración estrecha con otros Comisarios y servicios, de modo que otras DG y Gabinetes participen de forma más activa en el proceso de toma de decisiones de la DG COMP sobre fusiones, como también se apunta en el mandato de la Presidenta Von Der Leyen a Ribera. Esto es primordial con respecto a otras DG de la Comisión que tienen experiencia en el sector en el que operan las partes de la concentración o que tienen objetivos específicos más amplios de la UE.


En el próximo post profundizaremos en cómo promover una contribución justa.


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