La Cumbre de la IA en París 2025 ha marcado un punto de inflexión en la estrategia europea sobre inteligencia artificial (IA). Lo que hasta hace poco era un enfoque cauteloso, centrado en la regulación y los riesgos, ahora se transforma en una apuesta decidida por la adopción industrial, el talento y la soberanía tecnológica.
La UE busca cerrar la brecha con Estados Unidos y China, donde la IA generativa avanza a pasos agigantados. La apuesta es clara: Europa debe convertirse en un actor competitivo en el desarrollo y despliegue de la IA si quiere garantizar su liderazgo industrial y tecnológico.
El informe del European Round Table for Industry (ERT) sobre IA Generativa, publicado en paralelo a la cumbre, pone de relieve los desafíos y oportunidades de esta tecnología para la industria europea. Su mensaje es rotundo: Europa no puede permitirse quedarse en la teoría. Es hora de escalar la adopción, formar a los trabajadores, construir infraestructuras robustas y garantizar que la IA sea segura y sostenible.
De la experimentación a la escalabilidad
Aunque la IA Generativa podría aumentar el PIB europeo en un 8% en la próxima década, la mayoría de las empresas aún están en fase de prueba. Se han identificado múltiples casos de uso en sectores como telecomunicaciones, energía, manufactura y servicios financieros, pero el despliegue masivo sigue siendo un reto.
Un ejemplo destacado es el Ecosistema Digital Kernel de Telefónica, que integra IA para mejorar la toma de decisiones y el servicio al cliente. Al combinar grandes modelos de lenguaje natural (LLMs) con una capa de generación aumentada por recuperación (RAG), Kernel garantiza el uso seguro, privado y ético de la IA.
Las grandes empresas han dado pasos importantes, pero la adopción de la IA en pequeñas y medianas empresas (pymes) sigue siendo un desafío. Sin una estrategia clara para facilitar el acceso a la IA a todo el tejido empresarial, Europa corre el riesgo de que solo unas pocas compañías logren beneficiarse de esta revolución tecnológica.
El talón de Aquiles: la brecha de habilidades
Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de la IA en Europa es la escasez de talento especializado. Según el informe del ERT, el 42% de los europeos carece de competencias digitales básicas, lo que supone un riesgo para la competitividad del continente.
En la cumbre de París se presentó el programa InvestAI, que movilizará 200.000 millones de euros para acelerar el desarrollo y adopción de la IA y para formar a especialistas en IA y fomentar la capacitación de la fuerza laboral en general. La ERT ha desarrollado en el marco de la iniciativa Reskilling for employment la plataforma digital llamada New Career Network, que conecta candidatos, empleadores y proveedores de formación.
Sin embargo, los esfuerzos actuales pueden no ser suficientes. La velocidad con la que avanza la IA generativa requiere un replanteamiento profundo de la educación y la formación profesional en Europa. Si no se implementan estrategias agresivas de reskilling y upskilling, las empresas tendrán dificultades para aprovechar el potencial de la IA, y el talento europeo seguirá emigrando a mercados más dinámicos, como el estadounidense.
Infraestructura y soberanía tecnológica: construyendo la columna vertebral de la IA europea
El desarrollo de IA generativa a gran escala requiere enormes recursos computacionales, algo en lo que Europa sigue dependiendo de proveedores extranjeros. Actualmente, la mayoría de las empresas europeas utilizan infraestructuras de computación en la nube estadounidenses, lo que plantea riesgos en términos de soberanía tecnológica y seguridad de datos.
Para revertir esta tendencia, la cumbre de París anunció inversiones por 109.000 millones de euros en centros de datos y fábricas de IA en Europa. Además, se presentó la iniciativa «Continente de la IA», que busca incrementar la capacidad computacional del continente y fomentar el desarrollo de modelos de IA soberanos.
Aun así, persisten desafíos clave:
- Acceso a GPUs y computación avanzada: la escasez de unidades de procesamiento gráfico (GPUs) está afectando a las empresas que quieren entrenar modelos de IA generativa en Europa.
- Interoperabilidad de datos: sin un marco claro para el intercambio de datos entre industrias y países, el desarrollo de IA en Europa seguirá fragmentado.
- Falta de una nube soberana competitiva: mientras que Estados Unidos y China avanzan con infraestructuras propias, Europa aún no ha consolidado una alternativa viable.
El informe del ERT recomienda acelerar la implementación de la la nube europea y el desarrollo de la IA en los sectores estratégicos, una propuesta liderada por Mario Draghi para fortalecer la capacidad tecnológica del continente.
Regulación inteligente: liderar sin frenar la innovación
Europa ha tomado la delantera en regulación con la Ley de IA de la UE, que establece estándares de seguridad, transparencia y ética para el desarrollo de inteligencia artificial. Durante la cumbre de París, 61 países se sumaron a la Declaración de París sobre IA Responsable, reforzando la necesidad de una gobernanza global en esta materia.
A nivel nacional, algunos gobiernos están yendo un paso más allá:
- España anunció sanciones de hasta 35 millones de euros para empresas que no etiqueten contenido generado por IA.
- El Reino Unido está reformando sus leyes de propiedad intelectual para atraer empresas de IA sin desincentivar a los creadores de contenido.
- Francia busca posicionarse como un hub europeo de IA con una combinación de incentivos fiscales e inversión en investigación.
El desafío para las empresas será equilibrar la innovación con el cumplimiento normativo. La regulación es clave para generar confianza en la IA, pero una aplicación demasiado estricta podría frenar la competitividad de Europa frente a otras regiones con regulaciones más flexibles.
¿Liderar o quedarse atrás?
Europa se encuentra en una encrucijada. La IA generativa tiene el potencial de transformar la industria, impulsar la productividad y revitalizar la economía, pero alcanzar ese futuro depende de las decisiones que se tomen hoy.
El informe del ERT y los compromisos de la cumbre de París trazan una hoja de ruta clara:
- Apoyar a las empresas en la adopción de IA, con financiamiento, incentivos y colaboración público-privada.
- Invertir en formación y transformación laboral, asegurando que los trabajadores vean la IA como una herramienta de crecimiento, no como una amenaza.
- Construir una infraestructura tecnológica robusta, incluyendo centros de datos, modelos soberanos y un ecosistema de datos interoperable.
- Garantizar que la IA sea sostenible y responsable, alineando las innovaciones con los objetivos climáticos de la UE.
- Crear un entorno regulador que equilibre seguridad e innovación, evitando barreras limitantes mientras se refuerza la posición de Europa en la gobernanza de la IA.
El tiempo apremia. Mientras China y Estados Unidos consolidan su liderazgo en IA, Europa tiene una ventana de oportunidad que no puede desaprovechar. Con la estrategia adecuada, la IA generativa puede convertirse en el motor de la reindustrialización europea. Pero si las decisiones tardan demasiado, el continente corre el riesgo de quedarse atrás en la mayor revolución tecnológica de nuestro tiempo.