A raíz del ataque de Charlie Hebdo, las llamadas pidiendo mayor seguridad han aumentado. El ex-relator especial de las naciones unidas para la libertad de opinión y expresión, Frank La Rue, comentó durante el evento “Human rights and technologies: The impact of digital surveillance and intrusion systems on human rights in third countries” que los estados tienen la obligación de proteger a los ciudadanos y reforzar la seguridad. Explicó además que la vigilancia se puede utilizar de acuerdo a reglas, pero que el problema reside en que hay una pérdida de la capacidad en el seguimiento de los procedimientos. Sin embargo señaló que una vigilancia masiva lleva consigo inherentemente un abuso de la privacidad. Las tecnologías son en esencia, una buena herramienta; el problema reside en el mal uso de las mismas. Las tecnologías han ayudado al avance de los Derechos Humanos y el empoderamiento de los ciudadanos y, por medio de un mejor acceso a los conocimientos, también han tenido un impacto positivo en la educación y en los medios de comunicación.
La Dirección General de Comercio comentó que compartía las preocupaciones del Parlamento Europeo sobre la exportación de herramientas de vigilancia a terceros países. Expresaron la necesidad de un enfoque flexible y especificar. Por su parte, Magnus Nordeus (Digital Europe) mostró su preocupación por las restricciones impuestas por los controles de exportación y destacó que el nuevo control por parte de la Unión Europea debe ser proporcional. La tecnología digital tiene mucho poder en los Derechos Humanos y el mejor ejemplo fue la primavera árabe.
Desde el punto de vista académico la profesora Marianne Kneuer comentó que los regímenes autocráticos se sienten bajo presión debido a Internet, pero también ofrece posibilidades atractivas para estos regímenes no democráticos. Sarah McKune (Citizen Lab) afirmó que la colaboración y la transparencia son clave cuando hablamos de privacidad y que las medidas comerciales, como el control de las exportaciones tiene que ir de la mano de otras medidas políticas.
Wenzel Michalski (Human Rights Watch) recordó, por su parte, lo importante que es tener en cuenta los Derechos Humanos al hacer negocios y M. Romero (European External Action Service) subrayó lo que es evidente ante nuestros ojos que “la vigilancia debe estar basada en el imperio de la ley» y está claro que tenemos que respetar las reglas.
Para concluir, la eurodiputada Marietje Schaake intervino para recordar que la seguridad, la tecnología, los intereses comerciales y los Derechos Humanos deben ir de la mano e hizo hincapié en la importancia de la creación de una legislación europea inteligente, teniendo en cuenta los acuerdos multilaterales. Además, terminó su intervención recalcando que las empresas deben ser responsables en esas cuestiones para evitar perder la reputación y señaló que la autorregulación no es suficiente.