Durante los últimos años, la sociedad se está concienciando sobre la importancia que tiene hacer un consumo energético sostenible. Y lo que antes era solo un interés económico, ahora también es una preocupación ecológica y estratégica. Sin embargo, herramientas tan innovadoras como el Internet de las Cosas, IoT o Internet of the Things en inglés, forman ya parte del cambio necesario.
Ahorrar energía con las nuevas tecnologías: el IoT
La transformación digital y la hiperconectividad requieren de mayores esfuerzos energéticos ya que las infraestructuras deben adaptarse a una demanda que no para de crecer. Pero para que esto no suponga un problema, se han desarrollado tecnologías como el 5G que es hasta un 90% más eficiente que la 4G, junto a otras herramientas que permiten reducir las necesidades de consumo. Por ejemplo, las redes de energía inteligentes, utilizan sensores y dispositivos IoT que pueden identificar y prevenir las pérdidas de energía y optimizar su distribución para minimizar el desperdicio.
El IoT conecta digitalmente entre sí todo tipo de máquinas y dispositivos, a través de Internet o a través de una red privada. De esta forma, todas estas “cosas conectadas” pueden interactuar entre sí, sin la intervención del ser humano, algo que anteriormente no sucedía. Lo que se busca con esto es crear un entorno controlable generando espacios como la Smart Factory, en la que se puede regular el consumo de energía con fines de sostenibilidad.
Otro ámbito de aplicación del IoT en el ahorro de energía es el de las Smart Cities o ciudades conectadas. En la actualidad hay un buen número de ciudades españolas que han comenzado a implantar esta digitalización. Localidades como Alcoy ya han instalado sensores en el alumbrado público para que sus farolas urbanas se encienden al detectar el paso de una persona. Aunque desde hace tiempo, estos sistemas se han instalado en centros de trabajo, escuelas u hospitales, por donde pasan cada día gran cantidad de ciudadanos.
En los espacios domésticos, los electrodomésticos con IoT pueden recabar información acerca de su consumo energético. Su conectividad permite hacer un uso eficiente y adaptado siempre a las necesidades, ya que ofrecen a los usuarios la información de consumo en cada momento y su uso se puede programar. Estos sensores aportan datos en tiempo real, que además se pueden utilizar para obtener tendencias de consumo a través de la analítica predictiva, es decir, como una fuente de información para el futuro próximo.
Aplicaciones del IoT en el ahorro de energía
Gracias a la transformación digital que se está viviendo en todos los sectores la conectividad puede alcanzar a todo tipo de objetos: desde ropa y calzado hasta robots industriales. Por tanto, las aplicaciones del IoT no paran de crecer, también para mejorar la eficiencia energética.
Uno de los sectores más conocidos es el de la domótica. Las viviendas se conectan para transformarse en hogares inteligentes. En el ámbito doméstico, la digitalización se emplea para controlar y optimizar el uso de la energía en casa, por ejemplo, ajustando la temperatura automáticamente en función de variables como las condiciones climáticas del exterior, controlar la iluminación según la hora, o el uso de los electrodomésticos, que pueden dar aviso si hay un consumo irregular.
Si las casas se conectan, los edificios también. Además de los sistemas basados en IoT que gestionan el uso de energía en los edificios como la iluminación, el aire acondicionado y la calefacción con sensores que son capaces también de detectar la presencia de personas en un espacio y ajustar la gestión de los distintos consumos energéticos de otros espacios comunes como escaleras mecánicas y ascensores.
Ahorro de energía en la Industria 4.0
Los entornos industriales utilizan la conectividad de manera cada vez más intensiva, y el Internet de las Cosas ayuda a controlar y optimizar el uso que se realiza en estos espacios de trabajo tan intenso. Con los datos de consumo que recogen los distintos sensores se puede elaborar planes para el control de gasto energético a través de las llamadas plataformas de gestión que facilitan información en tiempo real para realizar ajustes de consumo en el momento necesario, tanto de equipos y máquinas como del resto de las instalaciones, ajustando el funcionamiento según las necesidades de producción.
En el ámbito industrial, no solo reduce las facturas y ayuda a controlar los gastos, también permite tener información exhaustiva sobre los costes en esta partida, de forma acotada y predecible y ayuda a reducir costes del mantenimiento predictivo.
Además de la Industria 4.0, ya es muy común el uso de herramientas de IoT en el ahorro de energía del transporte, un sector que unifica una gran cantidad de actividades, y es, según datos de IDEA, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, el sector que más energía consume en España, alcanzando un 40% del total nacional. Ahora, los vehículos conectados permiten planificar las rutas más eficientes y reducir el consumo de combustible. Además, los sensores de los vehículos pueden detectar cualquier problema de eficiencia energética al monitorizar el rendimiento del motor.
Cada vez hay más aplicaciones de IoT en el ahorro de energía, y cada vez el papel de esta tecnología tiene mayor peso no solo en cuanto a la optimización del uso de los recursos naturales, también en el control del gasto y en el diseño de políticas medioambientales que ayudan a luchar contra el cambio climático.