GSMA, la asociación que representa a los operadores de redes móviles de todo el mundo, acaba de presentar el informe “The Mobile Economy Europe 2022”, en el que analiza el estado de la industria móvil en Europa y su relación con aspectos tecnológicos, socioeconómicos y financieros, incluyendo previsiones hasta 2025.
El documento revela la urgencia de tomar las medidas políticas y regulatorias necesarias para conseguir los objetivos incluidos en la Década Digital de la Comisión Europea. Según explica el informe, las tecnologías y los servicios móviles contribuyeron con 757.000 millones de euros al PIB europeo en 2021 y predice que para 2025 la adopción de 5G en la región será de 44%. Este último dato es especialmente llamativo y relativamente bajo si se compara con el desempeño de otras regiones, como Corea del Sur (73%) y Japón o Estados Unidos (68%).
El futuro de la conectividad de la UE
Pero, ¿por qué Europa está registrando un despliegue más lento de 5G que otros mercados equivalentes? La razón principal que subyace son las duras condiciones de mercado. Actualmente, la brecha de inversión, la falta de incentivos para la innovación y el enfoque regulatorio y de política de competencia en Europa dificultan el retorno de la inversión de las empresas del sector. En concreto, el favorecimiento de un entorno artificial de competencia está lastrando el desarrollo de estas empresas y, con ellas, de la economía y la sociedad europea.
Estas son algunas de las ideas que se debatieron durante la mesa redonda que acompañó a la presentación del estudio. En la sesión «El futuro de la conectividad 5G en la UE«, organizada por Euractiv, participaron Peter Stuckmann (Head of Unit Future Connectivity Systems, DG CNECT, EU Commission), Tsvetelina Penkova MEP (Member ITRE Committee, EU Parliament), Filipe Batista (Counselor Digital-Telecom, Permanent Representation of Portugal to the EU), Matthias Bauer (Director, ECIPE) y Jakob Greiner (Vice President European Affairs, Deutsche Telekom).
Consolidación de mercado y 5G
Durante la conversación, Jakob Greiner identificaba la consolidación de los mercados de telecomunicaciones como el primer paso para avanzar. “Si queremos perseguir la visión de un mercado de telecomunicaciones único a nivel europeo, el primer paso es la consolidación dentro de un mismo país», explicaba el directivo de Deutsche Telekom. En comparación con Estados Unidos, identificaba la gran fragmentación del sector europeo de telecomunicaciones como una situación que calificaba como “insana”. Asimismo, instaba a favorecer la consolidación de mercado dentro de los Estados Miembros (intra-consolidación) pensando en las eficiencias a largo plazo y no simplemente en el debate a corto plazo sobre el precio. De esta forma, se reclamaba un sector europeo con operadores que puedan conseguir la escala que necesitan para competir.
En el lado de la inversión, Filipe Batista argumentaba que es necesario reenfocar los esfuerzos para conseguir una “inversión más inteligente”. “El foco no deberían ser exclusivamente los usuarios tradicionales”, expresaba, sino que el despliegue del 5G debería orientarse también hacia el sector industrial, dado que para este sector las capacidades del 5G sí son diferenciales.
Cuando se le preguntó por los posibles cuellos de botella del modelo, Batista planteó que la inversión debería orientar el foco hacia el caso de negocio de la industria y los usuarios empresariales principalmente. Mientras que el 4G ofrece unas prestaciones suficientes para la gran mayoría de usuarios de móviles, el 5G podría suponer una mejora sustancial para la productividad de las industrias. Por tanto, se deberían dedicar esfuerzos para impulsar esta productividad que, por otro lado, es la mayor contribución del sector al GDP de la economía europea.
Para Peter Stuckman, es necesario “trabajar juntos” para mejorar las condiciones de mercado y favorecer la inversión.
Contribución justa para la sostenibilidad de las redes
La discusión sobre un modelo más justo de contribución a los costes de las redes fue otro de los puntos relevantes de la conversación. Batista señaló que el modelo de negocio ha cambiado y en la actualidad ya no hay un mercado de telecomunicaciones, sino que ha evolucionado sustancialmente en los últimos años hacia un “mercado de datos”. De esta forma, la regulación “tradicional” debería actualizarse para adaptarse a las nuevas condiciones de mercado. Por tanto, se necesita un “nuevo equilibrio” entre reguladores y operadores para hacer realidad los objetivos de conectividad digital.
Daniel Pataki, vicepresidente de política y regulación de GSMA y director de Europa, también explica que “Europa está adoptando 5G más rápido que nunca, pero se necesita un mayor enfoque en la creación de las condiciones de mercado adecuadas para la inversión en infraestructura para seguir el ritmo de otros mercados mundiales. Esto debería incluir la implementación del principio de contribución justa a los costes de la red”.
Espectro y objetivos digitales
Peter Stuckman afirmaba que existe un margen importante para crear un marco más armonizado para las licencias locales, con el fin de crear economías de escala en los equipos y facilitar el desarrollo de servicios transfronterizos. El representante de la Comisión aludía a posibles iniciativas de armonización de la UE en las bandas 3,8-4,2 GHz.
Sin embargo, para Jakob Greiner, el principal escollo está en el precio: “Seguimos teniendo precios muy, muy altos por el espectro en estados miembros y un enfoque muy fragmentado para las subastas de espectro”, argüía. En esta línea, Batista confirmaba que los modelos que extraen dinero del sector (como las costosas subastas de espectro) no son la forma de lograr un reequilibrio, por lo que los modelos alternativos de financiación de la inversión podrían ser una opción interesante.
Por todo lo anterior, GSMA recuerda que “el ritmo de expansión de la cobertura 5G en toda Europa será un factor clave en la transición de 4G a 5G, un paso importante hacia el logro de los objetivos de la Década Digital de Europa”.