Laura Cabo Díez
1.000 millones de personas en el mundo tienen alguna discapacidad. 2.000 millones son las personas que tendrán más de 60 años en 2050. Se habla de cifras, pero hay que hacer hincapié en las personas que se encuentran tras los números y padecen limitaciones para tener una vida plena. ¿Es la discapacidad un mercado sugerente para muchas empresas? La respuesta es que sí. Chris Lewis en su informe “Accessibility for the Disabled in the Increasingly Mobile World: The Untapped Billion”, señala que la accesibilidad, desde el punto de vista de las nuevas tecnologías, es una oportunidad que representa un nicho de mercado que supone 5,8 billones de euros.
Este potencial se hizo aún más patente durante la jornada celebrada por el diario ABC: Movilidad, accesibilidad y discapacidad. Pero, además, la pregunta que debemos hacer hoy día es si realmente las ciudades son accesibles para estos colectivos. Mar Cogollos, presidenta de Aesleme señaló al comienzo de la ponencia que “cuando hablamos de accesibilidad universal, nos referimos a crear una ciudad donde puedan vivir todos en igualdad de condiciones” y explicó que la Europa de hace 28 años no tiene nada que ver con la de ahora, “antes USA nos llevaba ventaja por los veteranos de las guerras, para ellos la accesibilidad era una ley federal”.
Productos accesibles desde sus inicios
Los ponentes señalaron que la clave, a la hora de hablar de accesibilidad, es preguntarnos si lo que se está haciendo realmente va a ser de utilidad para las personas con discapacidad. Graciela de la Morena, directora de la Fundación Konecta, recalcó que “hay una falta de sensibilización” y explicó que, en la actualidad, hay muchos emprendedores con discapacidad que enfocan sus productos y servicios hacia este colectivo. “Cualquier producto o servicio puede ser accesible – señaló de la Morena- pero tiene que concebirse así desde el principio”.
“Hay que ver la discapacidad como un mercado de consumidores, se trata de verlo como un negocio, no como un extra” afirmó Eduardo Puig de la Bellacasa, director de gestión de stakeholders y reporte corporativo de Telefónica. Además, explicó que, por ejemplo, las personas con discapacidad quieren móviles iguales que el resto, por lo que solamente hay que adaptados y señaló que “en casos como estos, necesitas trabajar con los proveedores”. Un ejemplo de accesibilidad es Movistar +, que junto a Whatscine, ha lanzado un piloto para hacer accesible la plataforma a las personas con discapacidad. Y es que, las TIC son un facilitador para todos los sectores, también en temas de la discapacidad.
¿La administración es una piedra en el camino?
Según los ponentes, España se alza como uno de los líderes en accesibilidad en Europa, solamente superado por Alemania. Mar Cogollos señaló, en este sentido, que es importante tener en cuenta que hay 3 niveles de accesibilidad: la externa (calles), dentro de los propios edificios y los desplazamientos, recalcó además que, por parte de las administraciones “la discapacidad es un tema transversal y, por tanto, debería ser una ley nacional y no deberían cambiar las cosas según la comunidad autónoma en la que te encuentres”.
Derivado, en parte, por esta diferencia normativa, hay aún incluso edificios públicos sin un adaptar. Alfonso Raez Liria, director corporativo de Obras, Instalaciones y Mantenimiento del Grupo Santander, señaló que “en ocasiones materialmente es imposible hacer las oficinas accesibles”, no obstante, explicó que los edificios del futuro se deben basar en el Diseño para todos.
Aún hay mucho camino para conseguir la accesibilidad universal. En ocasiones hay, aún, que cambiar la cultura. Pese a esto, los ponentes si concluyeron que las empresas van adoptado conciencia: queda mucho para normalizar, pero paso a paso es posible conseguirlo.
