Dos de los términos más en boga en los últimos tiempos en el mundo de la tecnología son el metaverso y la web3. Pero, ¿en qué consisten exactamente estos conceptos? ¿Cuáles son sus diferencias?
Antes de analizar las coincidencias y las diferencias, vamos a definirlos.
Qué es la web 3
Por web3 se entiende el paso siguiente en la evolución a la web 2.0 y se caracteriza principalmente por ser inteligente; es decir, por hacer uso de los datos.
Personalizar la experiencia de servicios y aplicaciones y adaptarla a cada usuario y sus necesidades supone una mejoría, puesto que permite un manejo más optimizado de la información, lo que lleva a una experiencia de usuario más eficiente.
La tecnología blockchain favorece la descentralización de la red para modificar la relación entre los usuarios y las grandes empresas, potenciada por la seguridad que esta tecnología de bloques presenta.
Uno de los rasgos principales de la web3 es que las aplicaciones web se conectarán entre sí personalizando la navegación, con una tecnología que aportará fiabilidad para que los propios usuarios y creadores de contenidos controlen sus aportaciones o preferencias al navegar, en vez de estar en manos de grandes empresas tecnológicas.
Por ello, se podría resumir en que la web3 es más fiable y autónoma al depender los datos de cada persona y sus principales características son su inteligencia, la facilidad de la navegación, la tridimensionalidad y que es abierta.
Qué es el metaverso
Definir el metaverso no es sencillo y no cuenta con una explicación homogénea, aunque existe cierto consenso en considerarla la siguiente evolución de internet que va a generar un impacto parecido al que ya provocó el nacimiento y la eclosión de la propia de red de redes en su momento.
Pero lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta cuál será la relevancia que tendrá el metaverso dentro de 30 años.
Una definición podría ser la de Analysis Group, que considera al metaverso como “una red expansiva de espacios digitales, incluidas las experiencias inmersivas en 3D en realidad aumentada, virtual y mixta, que están interconectados y son interoperables para que puedas moverte fácilmente entre ellos, y en los que puedes crear y explorar con otras personas que no están en el mismo espacio físico que tú”.
Diferencias entre web3 y metaverso
Una vez definidos ambos términos, vamos a las diferencias entre ellos. Un posible foco de confusión puede radicar en el hecho de que se trata de proyectos en fase de desarrollo y están vinculados con el blockchain.
Mientras el metaverso hace referencia a la creación de un ‘mundo nuevo’, la web3 está enfocada en la infraestructura descentralizada con la que los usuarios podrán crear y gestionar sus activos digitales, incluso en el propio metaverso.
Otra diferencia es que mientras la web3 elimina los intermediarios, el metaverso no lo hace.
En la web3 los usuarios son los propios dueños de sus creaciones e identidad, algo que no sucede en el metaverso.
Además, en la web3 los usuarios crean contenidos (que pueden incluso monetizarse) mientras que el metaverso es un mundo 3D donde interactuar igualmente en tres dimensiones.
Coincidencias entre metaverso y web3
Por otro lado, en cuanto a sus coincidencias, para que el metaverso pueda llegar a ser lo que promete necesita que la web3 entre en acción haciendo posibles y seguras las transacciones como las de los NFTs u otro intercambio de valores entre diferentes usuarios.
Ambos conceptos se basan en la promesa de una mayor seguridad para los usuarios con el punto en común, pese a sus diferencias, de suponer una reinvención de la experiencia con internet, aún recordando que ambos están en fase de desarrollo.
Telefónica: web3 y metaverso
En un mundo permanentemente cambiante, las conexiones humanas no son una excepción. Por ello, para Telefónica la web3 y el metaverso son una oportunidad con la que conectar la vida de las personas.
Tecnologías como la web3 traen nuevas maneras de construir modelos de negocio o servicios en las que las que se podrá vivir experiencias increíbles en el metaverso.
No hay que perder de vista que los nuevos servicios digitales asociados al metaverso presentan un desafío para los elementos de la cadena de valor implicados en su prestación, un reto al que las redes de telecomunicaciones no son ajenas.
Esta disrupción en las redes de telecomunicaciones y el metaverso son un interesante objeto de debate para esta nueva era de internet.