La importancia de seguir trabajando desde diferentes estamentos sociales por la erradicación de la violencia contra la mujer la podemos observar en diferentes datos que resultan demoledores, como que más de cinco mujeres o niñas son asesinadas por alguien de su familia en todo el mundo, en solo una hora de tiempo.
Pensar que una de cada tres mujeres ha sufrido violencia sexual o física al menos una vez en su vida o que el 86% de mujeres y niñas habitan en estados que no cuentan con protección legal contra la violencia de género son motivos para continuar apoyando la lucha contra esta lacra.
Cómo se manifiesta la violencia contra las mujeres
En líneas generales, la violencia contra la mujer se manifiesta de forma psicológica, física o sexual e incluye diferentes actos o comportamientos, que según la definición de la ONU son:
- Violencia por la pareja sentimental. Desde la violencia física al maltrato psicológico pasando por la violación conyugal pudiendo llegar hasta el feminicidio.
- Violencia sexual y acoso. Abarca numerosos supuestos, desde los más evidentes como la violación, los actos sexuales forzados o el abuso sexual infantil a otros como las insinuaciones sexuales no deseadas, el acecho y los acosos callejeros o cibernéticos.
- Trata de seres humanos, como la esclavitud o la explotación sexual.
- Mutilación genital.
- Matrimonio infantil.
Origen de la conmemoración del 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
En el año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas designa el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a instituciones gubernamentales y no gubernamentales a tomar medidas en el asunto.
Sin embargo, los antecedentes extraoficiales se remontan 19 años atrás, concretamente en 1981, cuando un grupo de activistas en favor de los derechos de la mujer lanzaban sus protestas ante la violencia de género para honrar la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por el régimen de Rafael Leónidas Trujillo.
En 1979, la ONU aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, a la que posteriormente, en 1993, se sumó la resolución de la «Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer», que sentaba las bases para un futuro libre de violencia de género.
Pese a lo que se ha avanzado, a día de hoy todavía hay 37 países en los que no se juzga a los violadores si están casados (o lo hacen posteriormente) con la víctima. Otra prueba más de que todavía falta camino por avanzar es que hay 49 estados que carecen de legislación que proteja a las mujeres de la violencia de género.
Tecnología y la violencia de género
Al igual que en otras numerosas facetas del día a día, la revolución tecnológica puede jugar un papel relevante en la lucha contra la violencia de género, aunque es cierto que un mal uso de la tecnología también puede agravar determinadas conductas nocivas.
Concienciación sobre tecnología y violencia de género
Si bien es cierto que las campañas de prevención y concienciación sobre el uso de la tecnología en general y de las redes sociales en particular suelen estar más dirigidas a gente joven, se trata de consejos que aplican a personas de cualquier edad.
Evitar determinadas conductas (como interferir en las relaciones de la pareja en internet con otras personas, exigir ver conversaciones con otras personas, espiar su dispositivo, controlar su actividad en redes sociales, censurar sus publicaciones, exigir las contraseñas de sus perfiles u obligarla a que te envíe fotografías de carácter íntimo) es un avance para tratar de acabar con el control.
Tecnología contra la violencia de género
De igual manera, la tecnología también puede convertirse en una ayuda en la lucha contra la violencia contra la mujer y algunas soluciones innovadoras ser aliadas:
- Inteligencia artificial para detectar malos tratos mediante la voz en llamadas sanitarias relacionadas con otros asuntos.
- Machine learning para identificar posibilidades de reincidencia en los malos tratos tras el análisis de denuncias por violencia de género y poder reforzar de este modo la protección de la víctima.
- Numerosas apps de muy diversa índole, desde la geolocalización a los botones de alerta en situaciones de riesgo pasando por las más evidentes de sensibilización, concienciación o prevención, pueden ser herramientas de ayuda.
- En los casos en los que ya existe una orden de alejamiento, los dispositivos de control telemático sirven (mediante GPS y radiofrecuencia) tanto para hacer efectivo el derecho a la seguridad de la víctima como para documentar un posible un incumplimiento e incluso pudiendo llegar a ser un elemento disuasorio para el inculpado.
Así pues, podemos constatar que el uso que se le dé a la tecnología puede convertirla en una aliada para tratar de acabar con la violencia contra la mujer, aunque determinados usos pueden servir para lo contrario: facilitar a los maltratadores herramientas de control sobre sus parejas.