Como ya hemos comentado anteriormente, los dos días anteriores, hemos hecho día y medio de bajada, lo que supone que hemos ganado un día, pero al tener el vuelo de vuelta con fecha cerrada, propicia que tengamos un día de descanso, que elegimos que fuera en Namche, ya que es el pueblo más grande del treking y con más servicios.
La noche anterior hablando con Chumba, nuestro sherpa, nos comenta que podíamos ir a visitar un monasterio tibetano, y como no, accedemos a ello, porque nos viene bien para quemar glucosa, que para eso hemos venido.
Sin madrugar mucho nos levantemos Bea y yo para desayunar e iniciar la excursión. El resto se levanta desayunar pero prefiere quedarse en el pueblo descansando.
Iniciamos la excursión, como Namche está en una cuesta, y nosotros estamos abajo del todo, pues toca subir de partida. No es mala forma de empezar, eso si nos deja con la lengua fuera.
La excursión transcurre por el camino que une Namche con el Tibet. Chumba nos cuenta que en octubre, la gente del Tibet viene a Namche con ropa de monte para vender a las tiendas. También que los viernes y sábados se celebra en Namche el mercado más importante de la zona.
El camino al principio transcurre, una vez pasado el helipuerto, por un sitio muy místico, lleno de stupas y banderas de oraciones.
Cuando el camino se vuelve llano nos adentramos un bosque precioso. Bea y yo coincidimos que es de lo más bonito que hemos visto en el treking.
Se trata de un bosque húmedo, con variedad vegetal inmensa, y sobre todo con muchísimas setas, de todos los colores y formas.
El paisaje es espectacular, con varias cascadas y con un río que baja con muchísima fuerza, como la mayoría de aquí del Himalaya.
Tras una hora y media andando, llegamos al pueblo, donde se encuentra el monasterio tibetano de Thamo.
No podemos ver mucho en su interior porque están restaurándolo. Pero si que vemos muchas figuras pintadas. Vemos también que hay muchas mujeres monjes, con lo que nos damos cuenta de que estamos en un monasterio de mujeres.
Tras una corta visita, reanudamos la vuelta a Namche, justo cuando comienza a llover. No mucho, como le decimos en mi tierra, un poco de txirimiri.
Sobre las 13:30 horas llegamos a Namche, nos juntamos con Pablo y Elena y nos vamos a ultimar alguna comprilla pendiente y después a comer.
Tras la comida nos mudamos de hotel, de uno pasable que estábamos, a uno de lujo, propiedad de la agencia que nos ha preparado el treking. En este hotel podemos disponer de wifi gratis, habitaciones comodísimas con baño en la habitación y agua caliente.
Como podéis comprobar, auténtico relax para afrontar mañana el último día.
Roberto