Son las 5 de la mañana, el despertador suena, que mal momento para sonar, sino fuese porque… Comienza el treking!!!
Nos preparamos y la gente de la agencia nos lleva al aeropuerto. Nos hacen las gestiones y a las 6:30 de la mañana sale nuestra avioneta hacia Lukla.
Todos hemos oido hablar de este pintoresco aeropuerto en plenas montañas del Himalaya. Alguna de esas historias no nos agradan porque tiene que ver con avionetas que se caen…
Nos metemos en la avioneta y la situacion empieza a emperorar, estamos solo 16 personas, pero muy apretaditos. El piloto quitando el vaho de la luna delantera con un trapo, la altura de la cabina no debe llegar a 1,75 metros, así que yo con mi 1,90 ando mal. Al final me siento y pienso, bueno, si nos caemos, dentro del avion, no daremos muchas vueltas porque es imposible.
El avion despega, de sobresaliente además, y en poco rato nos encontramos sobrevolando el paisaje nepalí, de lo mas verde que he visto en mi vida, junto con el asturiano y el de mi querida Costa Rica.
El vuelo no es muy largo, justamente 25-30 minutos. Se nota como al final van apareciendo las altas montañas. Con lo que al final la vista desde la ventana cambió de ver tan solo el cielo, a ver grandes paredes justamente a nuestro lado. La avioneta va por un valle encajonado entre montañas. De hecho en alguna ocasión llegamos a casi rozar allgún collado.
Cuando derrepente aparece ante nuestros ojos, Lukla, con su pista de aterrizaje. El piloto no lo puede hacer mejor, aterrizaje perfecto sobre la recien asfaltada pista.
Al bajar se nos presentra nuestros guías, Ngawang y Chumba. Este últimos guía nos ayudará a bajar cuando nos separemos de Jon y Josu en el regreso.
También conocemos a los porteadores Hamal, Minma y Tenjinfee.
Hacemos una breve parada en el lodge de la agencia, para tomar un té, y comenzamos el treking.
Son las 9:45 horas y parece que la meteo nos va a respetar, después de haber estado toda la noche lloviendo. Por delante un hora y media de caminata hasta Phadkihg. Donde pasaremos la primera noche. Por si fuera poco, encima el día es de bajada
En una hora y media aprox llegamos al lodge de la agencia, la verdad que un lujazo de sitio, creo que vamos a estar como reyes. Hemos ido a comer al poblado de Phakindg y de ahí al monasterio budista de Pemachholing, para conocer un poco más de cómo viven los monjes.
Y por último vuelta a nuestro lodge, toda la tarde bebiendo té y para cenar Damba, típico plato nepalí, a base de arroz, espinacas, lentejas, patatas, carne de yak y varias salsas.
Ha sido un maravilloso día como primer contacto con el Himalaya, esto ya no tiene vuelta atrás y mañana seguimos para Nambche Bazar.
Roberto