Descubriendo al pintor de la sede de Telefónica

Loreto Espí, nieta del pintor (y empleada de Telyco en Valencia, filial del Grupo Telefónica), nos cuenta la historia de su abuelo, uno de los pintores de la sede originaria de Telefónica en Madrid.

Marta Villar

Marta Villar Álvarez de Mon Seguir

Tiempo de lectura: 2 min

El Centenario de Telefónica nos ha dejado este año momentos muy especiales y grandes hitos. Uno de ellos fue la remodelación de la tienda de Gran Vía 28, un magnífico trabajo de encuentro entre el pasado y el futuro de la compañía. Recuperamos el legado arquitectónico e histórico de 100 años para convivir con lo último en innovación y entretenimiento, en una completa y vanguardista propuesta.

La sede de Telefónica original es uno de los edificios más icónicos de Madrid. Inaugurado en 1929, con 90 metros de altura y 13 plantas, fue todo un acontecimiento: el primer rascacielos de Madrid y, durante algún tiempo, el edificio más alto de Europa.

Nació con el objetivo de desplegar las mejores infraestructuras de telecomunicaciones del momento para ponerlas al servicio de nuestros clientes. Una nueva central automática sustituía la central manual de la calle Mayor, y se convertía en las oficinas centrales y sede de la presidencia de Telefónica. Aquí puedes conocer la historia de Gran Vía 28, de lo más interesante, que recoge momentos clave, como la primera llamada transoceánica que se realiza en España.

Hoy en día sigue siendo una joya en plena Gran Vía, con ese estilo tan especial de inspiración neoyorkina y neobarroco español. Elegante y funcional, imponente y sencillo.

La reforma, una firma y un retrato

En el interior se ha llevado a cabo la reforma más ambiciosa hasta la fecha de este tipo de construcción, con una remodelación total en las dos primeras plantas. Esta gran trabajo de colaboración ha dejado muchas experiencias y alguna anécdota como el hallazgo de la firma del autor de los frescos de los techos: Agustín Espí Carbonell, un relevante pintor de la época, que participó en otras obras significativas de lo más diversas, como el Banco de España, el palacio de Liria y hasta en los decorados de los nuevos cines que nacían en Gran Vía, entre otras.

Las pinturas de los techos de Gran Vía, de 6.000 metros cuadrado, aportan grandeza al edificio, distinción y belleza, con pinturas al fresco utilizando pigmentos y láminas de oro.

Conoce la obra de Espí Carbonell, a través de su nieta telefónica, y las vivencias y anécdotas que rodean a este fascinante pintor decorativo y su magnífica y diversa obra mural, en trampantojo, oleo…

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