El año pasado celebramos el lanzamiento de la Década Digital de la UE destacando cómo la conectividad define el norte magnético de la brújula digital. En septiembre de 2023, la Comisión publicó un primer informe que ofrecía una instantánea de la situación, en un momento en que los Estados miembros aún no habían esbozado sus hojas de ruta para alcanzar los objetivos en este (y otros) ámbito(s). Ahora, casi un año después, la Comisión ha publicado en julio un segundo informe, el informe sobre el estado de la Década Digital 2024. En él se presenta un panorama más diferenciado.
Según informa, la UE ha quedado rezagada en las tres dimensiones clave para la competitividad: en innovación, producción y adopción, especialmente en los avances tecnológicos críticos que afectan la digitalización y suscitan preocupación. Además, el retraso de la UE en la carrera de las TIC se ha traducido en una disminución de la cuota global de ingresos del PIB de la UE en el mercado de las TIC en un 10,5 % a lo largo de la década comprendida entre 2013 y 2022, lo que afecta sustancialmente al incremento de productividad.
El Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ha contribuido de forma importante al avance del programa político de la Década Digital, pero el tiempo que queda para alcanzar los objetivos es muchas veces superior al plazo acordado para 2030, y los avances son desiguales entre países y objetivos.
Infraestructuras digitales: aún lejos de los objetivos para 2030
Al hacer un seguimiento de los avances con respecto a los objetivos basándose en datos de 2023, el informe pone de relieve el escaso crecimiento en la cobertura de la conectividad, especialmente en términos de calidad. Solo el 64 % de los hogares tiene acceso a la fibra y el ritmo de avance (13,5 %) es muy inferior al necesario para alcanzar el objetivo del gigabit en 2030. Además, la adopción de conexiones Gigabit es extremadamente baja: solo el 18,5 %. La cobertura del 5G de alta calidad solo llega al 50 % del territorio de la UE (en la principal banda pionera), y la gran mayoría del despliegue de la 5G no es standalone. El despliegue temprano de la arquitectura 5G SA proporciona a la región ventajas para los nuevos servicios. Como señalaba el informe de ETNO sobre el estado de las comunicaciones digitales, la cobertura con capacidad de gigabit y el uso de 5G avanzan más lentamente en Europa que en otras regiones.
Además de las siete jurisdicciones cuyas políticas se han considerado satisfactorias, otras ocho han dejado de recibir recomendaciones relacionadas con la conectividad. En el informe del año pasado, la Comisión Europea pidió a Alemania que intensificara sus esfuerzos en conectividad, que alcanzan un 74,7% de cobertura VHCN y una cobertura global 5G del 98,1%. España obtiene unos resultados excepcionales en conectividad por fibra. La FTTP se sitúa en el 95,2% y la cobertura 5G en el 92,3%, muy por encima de la media de la UE (78,8% and 89,3% respectivamente).
En general, por tanto, sólo parece haber una conclusión bastante firme: sean cuales sean los resultados globales, todos los países deben garantizar una consecución de los objetivos de conectividad de la UE, especialmente en términos de conectividad de alta calidad y cobertura para todos. La inversión necesaria para cumplir los objetivos de conectividad sigue siendo significativa, de 200 000 millones de euros, y las políticas deben permitir a los operadores rentabilizar su inversión, siendo clave la financiación del ecosistema de conectividad y de las zonas de difícil acceso.
Por último, los datos muestran que el despliegue de unos 1186 nodos edge (de los 10.000 objetivo) es en gran medida inadecuado y se utiliza principalmente para pruebas e investigación, en lugar de estar plenamente operativo y disponible para uso general. Aumentar la inversión pública a través de iniciativas ágiles de IPCEI, incentivar la inversión privada, así como la adopción de la cloud por parte del sector público, conduciría a un mayor despliegue.
Transformación digital: brecha de adopción
Con un progreso anual limitado, la adopción de tecnologías digitales por parte de las empresas sigue siendo un reto clave. La adopción de la nube solo ha aumentado un 7 %, por debajo del 9% necesario para alcanzar el objetivo. No se ha producido ninguna mejora notable en la adopción de la IA, y solo el 32 % de las empresas europeas ha adoptado la analítica de datos.
La digitalización de las PYME también avanza con demasiada lentitud y de forma desigual en la UE, con un aumento anual de solo el 2,5 %, la mitad de la tasa de crecimiento necesaria para alcanzar el objetivo. El ecosistema de startups, a pesar de algunos avances -crecimiento del 5,6% en el número de unicornios-, sigue estando subdesarrollado. En la UE sólo hay 263 unicornios (el 13% del total), frente a 387 en China y 1 539 en EE.UU., en parte debido a la falta de capital privado.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta la transformación digital de la UE es la limitada difusión de las tecnologías digitales más allá de las grandes ciudades, lo que está relacionado con el aumento de las brechas digitales y con la lenta digitalización de las empresas, especialmente las PYME. La convergencia sigue retrasada, ya que los grandes núcleos de población suelen concentrar las inversiones. Por tanto, no será posible el éxito de la Década Digital si no se presta mayor atención a la inclusión y a la participación de todos los agentes a todos los niveles, incluidas las regiones y las ciudades.
Unos servicios públicos digitales eficientes, fáciles de usar, accesibles y coherentes son fundamentales para que los ciudadanos y las PYME se conecten. Tanto los indicadores de los servicios públicos digitales para los ciudadanos, como para las empresas, siguen estando por debajo de la puntuación de 2023 necesaria para avanzar hacia el objetivo de 2030 (7,8 puntos por debajo para los ciudadanos y 5,4 puntos por debajo para las empresas). Y todavía más relevante es tener en cuenta los servicios de las administraciones públicas locales, ya que son un factor clave para la confianza y la eficiencia y a menudo faltan de armonización y recursos.
Transformación digital: brecha en confianza y competencias digitales
Aún queda mucho por hacer para alcanzar los objetivos de 2030 en materia de competencias digitales: solo el 55,6 % de la población de la UE tiene al menos competencias digitales básicas y, al ritmo actual, el número de especialistas en TIC alcanzará solo los 12 millones en 2030, muy por debajo del objetivo de 20 millones.
Los riesgos online han sido identificados como uno de los factores más desestabilizadores para las sociedades, lo que requiere una acción global y coordinada a través de fronteras y actores. En concreto, la protección online de los menores es una de las principales preocupaciones para un tercio de los encuestados en el Eurobarómetro (+10 puntos porcentuales desde el año pasado).
El panorama de ciberseguridad en la UE sigue afectando a la confianza y la adopción digital. Los avances en la digitalización solo pueden ir de la mano de una ciberresiliencia adecuada. Aunque hay consenso en que la ciberseguridad es una prioridad para las empresas (71%), actuar sigue siendo el principal reto. Y para hacer un seguimiento de los avances en ciberseguridad y ciberresiliencia, es esencial crear y supervisar indicadores clave de rendimiento para este indicador fundamental (por ejemplo, inversión y conocimientos específicos), que sorprendentemente siguen faltando en los objetivos actuales de la Década Digital.
Políticas públicas y hojas de ruta para alcanzar los objetivos digitales de 2030
Según el informe, los Estados miembros proponen medidas por valor de 251 900 millones de euros de inversión (incluidos 168 000 millones del presupuesto público, lo que equivale al 1% del PIB de la UE) centradas principalmente en semiconductores (24%), conectividad (17%) y competencias digitales básicas (15%). En cuanto a medidas, recomienda:
- En primer lugar, aplicar y hacer cumplir rápidamente los marcos regulatorios, comprometiéndose a una mayor coordinación y cohesión en todos los ámbitos, en particular, la reducción de la carga administrativa, agilizando en última instancia los procesos para las empresas y los ciudadanos.
- En segundo lugar, los Estados miembros deben intensificar sus esfuerzos para reforzar su competitividad, abarcando la productividad, la resiliencia, la transición verde y la soberanía. Ello requiere mayores inversiones, con una movilización significativa de nuevas inversiones públicas y privadas, así como un cambio radical a la hora de abordar los obstáculos al mercado único.
- En tercer lugar, fomentar la difusión de las tecnologías digitales en toda la sociedad y las regiones, en particular mediante el desarrollo de la cooperación y la colaboración.
- En cuarto lugar, partiendo de la creciente percepción por parte de los ciudadanos del potencial de la transformación digital, para fomentar una transición verde inteligente, será clave comprender mejor las sinergias entre las transiciones gemelas.
- En quinto lugar, es necesario un esfuerzo común para garantizar que las personas y sus derechos se sitúen en el centro de la transformación digital, velando por que dispongan de las competencias digitales adecuadas. Y las acciones para abordar las desigualdades, la discriminación, las divisiones y la exclusión social en la vida cotidiana son fundamentales para evitar que la creciente desconexión digital se convierta en descontento digital.
- Por último, Comisión y los Estados miembros han dado prioridad al intercambio de buenas prácticas como motor clave del éxito de la transformación digital.
Para una síntesis de recomendaciones, consulta nuestra visión UE 2024-2029: Impulsando la competitividad, donde se exponen los principales retos a los que se enfrenta la región y se formulan recomendaciones para promover un sólido Pacto por la Competitividad de la Unión Europea (UE).
Por último, la Comisión también empezará a preparar la revisión del programa político de la Década Digital, previsto para junio de 2026.