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De los wereables más cotidianos al Internet del Cuerpo

Internet evoluciona y cada día cambia nuestras vidas un poco más. Las nuevas tecnologías hacen que cada vez estemos más conectados, tanto que el Internet de las Cosas ha pasado de colonizar nuestros hogares, coches y trabajos, a meterse en nuestro propio cuerpo.

Tiempo de lectura: 5 min

¿Un pijama que controla la calidad de sueño? ¿Una pulsera que monitoriza las pulsaciones y registra la actividad física y consigue motivar a llevar un estilo de vida saludable? ¿Un sistema GPS que indica dónde está una mascota en caso de que se pierda, y cómo se encuentra? El Internet de las Cosas, IoT, se ha ido colando en nuestras rutinas más básicas. Ha pasado de ser noticia en los medios de comunicación como una innovación a ser ya una herramienta habitual y cotidiana que muchas personas han incluido en sus vidas en forma de wereables.

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Los dispositivos inteligentes que podemos “llevar puestos” como un reloj, unas gafas, un llavero, unas zapatillas de deporte o incluso collares para localizar a nuestras mascotas, son aplicaciones que han tenido un gran éxito, y su industria ha crecido de manera destacada en la última década.

Unión con el mundo del bienestar y la salud

Todos ellos se conectan entre sí para compartir la información que recogen. El ejemplo más reconocible es el smartwatch o reloj inteligente. Un aparato tan versátil que nos permite desde recibir mensajes y leer los titulares de las últimas noticias, hasta controlar parte de nuestro estado de salud, como tomarnos el pulso o comprobar el nivel de oxígeno en sangre. Mientras, el móvil puede sincronizarse con una báscula y llevar un registro semanal de nuestro peso.

En este sentido la industria del fitness se ha visto enormemente beneficiada con la alianza con la tecnología (y viceversa): zapatillas que indican los kilómetros recorridos o chalecos que controlan la temperatura corporal o las pulsaciones durante el ejercicio. Y unidas a aplicaciones cada vez más inteligentes pueden ayudarnos a prevenir futuras lesiones, algo de lo que ya se benefician los deportistas de élite. Estos wereables incluso salvan vidas, ya que en caso de necesidad se conectan con los servicios de emergencias ofreciendo la posición exacta de quien los lleva.

Internet en el interior del cuerpo humano

La unión entre estos dispositivos y el campo de la salud es muy estrecha. Con el desarrollo de otras tecnologías como Big Data, Inteligencia Artificial, y el despliegue de la red 5G, esta relación no ha hecho más que crecer, y el cuerpo humano será el próximo destino de las mayores innovaciones en este campo. El objetivo es conectarlo a la red, ya no solo a través de los dispositivos que ya conocemos, sino ir un paso más allá, y conectarse desde el interior. En este caso, el Internet del Cuerpo, (IoB del inglés Internet of the Body), es una tecnología que comienza a despuntar por sus asombrosas capacidades.

La salud es uno de los principales objetivos del Internet del Cuerpo, ya que las posibilidades son muchas y cada vez serán más. Así, controlar los signos vitales de una persona en tiempo real y desde el interior ayudará a prevenir la aparición de enfermedades y mejorar la calidad de vida de las personas. Además, aplicando otras tecnologías como el Machine Learning, es posible predecir la probabilidad de la aparición de patologías concretas.

Un buen ejemplo lo representan los marcapasos inteligentes. Son capaces de recopilar datos sobre el estado del corazón de un paciente y enviarlos a un dispositivo externo para su análisis. Este hecho permite controlar mejor la salud de estas personas y anticiparse a un futuro problema. La información se transmite en tiempo real, algo clave para actuar de manera rápida. Al disponer de una gran cantidad de datos, una computadora puede procesarlos y encontrar patrones, que serán de gran utilidad para los médicos, quienes pueden analizarlos y tomar las decisiones adecuadas. Anticiparse a una parada cardíaca sería posible, lo que salvaría incontables vidas.

Otro ejemplo es el de la empresa etectRx que ha desarrollado una píldora que cuenta con un sensor inalámbrico. Su función es detectar la toma de medicamentos y monitorizar el estado del paciente. La información puede revisarse a través de un teléfono móvil, lo que simplifica el control de los tratamientos que, de este modo, se volverán más eficaces, ya que uno de los problemas para los médicos es, precisamente, que los pacientes no tomen la medicación en las dosis adecuadas.

El futuro para la medicina de precisión

Sin duda será la medicina de precisión la que mayor desarrollo encuentre en el IoB y estos dispositivos internos. Su base reside en la disponibilidad de información de millones de pacientes, que permita diseñar terapias ajustadas a las necesidades de cada persona. Asistiríamos al final de diagnósticos y tratamientos más genéricos y a una mejor recuperación de una amplia variedad de enfermedades.

Si bien los riesgos y amenazas informáticas estarán presentes, los beneficios los superan con creces. Siempre será posible desarrollar las medidas adecuadas en torno a la ciberseguridad, incluso en la gestión de los datos para garantizar la privacidad del paciente. De este modo, la medicina, entre otros sectores, cambiará radicalmente al tener acceso al interior del cuerpo humano de manera no invasiva.

En definitiva, internet está a punto de sumergirse por completo en el cuerpo humano a través de diferentes dispositivos, desarrollando una tecnología centrada en las necesidades de las propias personas.

Y, aunque debemos ser conscientes del riesgo que existe de exponer nuestros datos de salud a ciberdelincuentes o de generar oportunidades de acceso a nuestros dispositivos, son muchos y muy variados los beneficios que nos aporta toda esta innovación


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