La importancia de la gestión de riesgos
Según el Instituto de Auditores Internos de España, las organizaciones requieren de resiliencia y crecimiento para navegar por las crisis que acontecen globalmente. Bajo este mismo contexto nace la gestión de riesgos, con el objeto de proporcionar una herramienta que recupere la información necesaria de los eventos de riesgo principales dentro de las empresas.
La Gestión de Riesgos es un frente muy importante dentro de la organización, definido por la ISO 31000:2018 como todas aquellas actividades implementadas para dirigir y controlar la organización al riesgo. En términos amplios, se trata de identificar, evaluar y reportar los riesgos que se encuentran en el negocio o en la operación. No obstante, la gestión de riesgos no es sólo un proceso técnico dentro de la compañía, tiene un significado mucho más profundo.
La Gestión de Riesgos se trata de contar con juicio profesional dentro de las actividades del día a día, para detectar oportunamente aquellas áreas en las que deben establecerse medidas para decrementar la severidad del tal evento, no obstante ¿cómo saber que existe una herramienta como esta o qué relevancia tiene?
En esa actividad deben entrar los expertos en riesgos, la labor no es sólo ser un acompañamiento en la identificación y evaluación de los posibles riesgos dentro de cada una de las disciplinas que conforman la compañía, si no también, debe ser, instruirlos y sensibilizarlos ante una cultura de riesgos.
El papel que juegan los propietarios de riesgo
La cultura de riesgos se trata, de manera resumida, en aquellos lineamientos o directrices dentro de la cultura corporativa que estén destinados a regular el proceso de gestión de riesgos ¿Qué papel juegan los propietarios de riesgo?
Son una pieza clave dentro del proceso, pues ellos son quienes cuentan con la cotidianidad de la operación y que, por ende, podrían observar algún elemento relevante para ser tratado dentro del proceso de gestión de riesgos, ahora, comenzamos a hilar un poco más, porque la cultura de riesgos es necesaria dentro de toda la empresa.
Teniendo en cuenta lo anterior, tenemos mucho más presente que los propietarios de riesgo son quienes participan activamente en cada una de las áreas multidisciplinarias de la compañía, trabajando rubros como contabilidad, tecnología, comunicación, etc.
Deben estar alineados con la cultura de riesgos corporativa, así como, contar con la formación y las herramientas suficientes para identificar aquellas amenazas u oportunidades que se presenten.
Pilares para una Cultura de Riesgos
La cultura de riesgos tiene distintos pilares, el primero y de donde parte todo, son las directrices que supervisan el proceso, tanto en forma como en fondo, además, serán la base sólida que propicien las actividades posteriores. Para impulsar esto, debe contarse con liderazgo para permear todas las instrucciones dentro de los elementos clave en las áreas, también una visión enfocada a la mejora continua y un compromiso importante con la capacitación constante ahora surge una gran duda ¿cómo se implementa todo esto?
Hay una lista bastante extensa de actividades que pueden realizarse, sin embargo, hay cuatro esferas que pueden ser de gran ayuda:
La Mejora continua, como uno de los objetivos iniciales de la gestión de riesgos, es que todas las partes e información involucradas cuenten con la mayor calidad, ya que, debe ser información oportuna que promueva ser un referente para la toma de decisiones, no obstante, no se debe esperar la excelencia de la noche a la mañana, desde el experto y coordinador del proceso, deben establecerse estándares y socializarlos con todos los involucrados, a través de la capacitación y comunicación constante, guiando las expectativas esperadas.
El acompañamiento periódico, los propietarios de riesgo tienen un gran cometido dentro de éste proceso, puesto que ellos son los que deben replicar las mejores prácticas e identificar amenazas u oportunidades dentro del negocio, por ello el coordinador de riesgos, deberá tener en mente que los gestores no deben quedarse solos en el proceso, al contrario, deben implementarse iniciativas que sensibilicen a los gestores cada vez más, desde pláticas, mesas de trabajo, capacitación, llevar referentes externos del sector, etc.
La Comunicación y posicionamiento, este elemento no debe limitarse a la comunicación directa con los propietarios de riesgo, pueden encontrarse muchísimas herramientas para implementar la comunicación sobre la cultura de riesgos, buscar o establecer foros donde se posicione la función de coordinación de riesgos y explicar el cómo agrega valor dentro de la compañía, que no parezca una función aislada, si no que, se vea como lo que es, una función asociada a la estrategia y con la meta de implementar medidas que anticipen eventos desafortunados, así como, mapear oportunidades del negocio.
El seguimiento a las expectativas, una vez que se sembraron las semillas de la culturización, hay que vigilar que los sembradíos crezcan conforme a lo esperado, haciendo los ajustes necesarios para propiciar la calidad proyectada.
Debe tomarse en cuenta que todas estas iniciativas siempre deben ir acompañadas de una actitud ética, proactiva y profesional, puesto que, como coordinadores de riesgo, la tarea principal es guiar un proceso de riesgos alineado a las directrices corporativas.
Conclusiones
Gestión de riesgos, no es sólo implementar una gestión de identificación y evaluación de riesgos, debe también involucrar a los colaboradores para que adquieran una perspectiva de riesgos lo suficientemente fuerte para obtener un modelo de gestión de riesgos sólido. Los propietarios de riesgos son pieza clave dentro de este proceso y por ello, deben contar con el acompañamiento necesario para sensibilizarse ante la normativa, así como, también tienen una gran responsabilidad en identificar y discernir los eventos que deberían formar parte del proceso.