Los residuos electrónicos, un problema con implicaciones geopolíticas, económicas y ecológicas, constituyen un tema recurrente en los programas medioambientales de los países y la industria de las TIC, así como un elemento de capital importancia para las organizaciones internacionales. Es un tema que suscita preocupaciones tan importantes como la explotación de los países en desarrollo y la contaminación. Al mismo tiempo, supone la oportunidad de crear nuevos recursos por medio de la reutilización y el reciclaje, estrategias que dependen de una correcta gestión ambiental de los residuos electrónicos a nivel global.
En Telefónica nos tomamos muy en serio este tema: aparte de participar en los esfuerzos internacionales para atajar el problema con nuestra presencia en distintos foros, nosotros también hacemos los deberes mediante un programa integrado de gestión de residuos.
Telefónica tendrá el honor de organizar la próxima Green Standards Week de la UIT (con un foro sobre residuos electrónicos), que se celebrará en Madrid entre el 16 y el 20 de septiembre, donde impulsaremos la idea de que el problema de los residuos electrónicos podría convertirse en una oportunidad para fomentar la actividad económica sostenible y el crecimiento ecológico. Al mismo tiempo, subrayaremos que su correcta gestión ambiental requiere esfuerzos concertados entre los sectores público y privado, las ONG, el mundo académico y la ciudadanía.
Si tenemos en cuenta que, según los cálculos de la Universidad de Naciones Unidas (UNU), solo en lo que llevamos de 2013 se han generado 53 millones de toneladas de residuos electrónicos, es evidente que se trata de un tema que debemos abordar con urgencia. Por aportar un poco de perspectiva, podemos citar el informe Where are WEee in Africa, que afirma que en 2009 se enviaron 220 000 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos desde la Unión Europea a África Occidental, formadas en su mayor parte por residuos inútiles.
No obstante, los gobiernos y las empresas no están de brazos cruzados. En 2012, la nueva Directiva de la Unión Europea sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) se marcó un ambicioso objetivo: en 2019, el 85 % de los residuos eléctricos y electrónicos deberán recogerse separadamente de otros residuos. Esto equivale a unos 20 kg per cápita, frente a los 4 kg actuales. Además, la nueva directiva pondrá en manos de los Estados miembros de la UE las herramientas necesarias para combatir con mayor eficacia las exportaciones ilegales de residuos.
Parte del problema reside en que con la normativa actual, al menos en Europa, la exportación de aparatos electrónicos usados resulta más barata que su eliminación en el país de origen. También hay pruebas claras de que algunos productos que se envían como donaciones, teóricamente para ser reutilizados, son poco más que residuos inútiles. Según los cálculos del PNUMA, el 30 % de los dispositivos de segunda mano que llegan a Ghana son en realidad inservibles.
Telefónica se enorgullece de haber participado en los esfuerzos internacionales para mitigar los efectos perjudiciales de los residuos electrónicos y controlar su proliferación. Además de contribuir en los trabajos de la UIT sobre el tema y organizar la Green Standards Week de este año, hace poco patrocinó un taller organizado por la UIT en Ecuador titulado “La gestión ambientalmente correcta de los residuos electrónicos en América Latina”. La reunión se cerró con un llamamiento a los gobiernos de América Latina para que establezcan políticas y promuevan normativa basadas en estándares internacionales, a fin de facilitar la correcta gestión medioambiental de este tipo de residuos.
Este llamamiento venía a sumarse al programa de 20 puntos firmado por representantes de empresas privadas, universidades, organizaciones no gubernamentales y gobiernos de América Central, con el objeto de impulsar la eliminación de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en la región. Una de las claves, según el documento final, será la identificación y aplicación de modelos de negocio que aprovechen las oportunidades que ofrece el reciclaje y generen puestos de trabajo.
Además, Telefónica predica con el ejemplo, como demuestra la aplicación de la regla de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) en su política de gestión de residuos. Por poner un ejemplo, el grupo ha puesto en práctica programas de incentivos económicos para aquellos clientes que reciclen sus móviles viejos. En 2012 logró recoger 147 toneladas de teléfonos para su reutilización y otras 69 toneladas para su reciclaje. En este sentido siempre trabajamos con empresas certificadas y, por si fuera poco, nos sometemos a auditorias especiales para garantizar la correcta gestión ambiental de nuestros residuos eléctricos y electrónicos.
La gestión de los residuos electrónicos siempre supondrá un reto; sin embargo, estamos convencidos de que, con el compromiso de fabricantes, importadores y distribuidores, podemos marcar importantes diferencias en el ciclo de vida de los aparatos eléctricos y electrónicos.
Tenemos buenas razones para estar satisfechos con los progresos realizados hasta ahora. Las iniciativas antes mencionadas y los esfuerzos en materia de normalización internacional (como los sistemas universales de carga de la UIT) nos permiten avanzar en la buena dirección. Seguiremos trabajando con la UIT, el PNUMA, la UNU y otros socios para transformar la cuestión de la eliminación de residuos electrónicos en una oportunidad.