La Compra Social, entendida como la que incorpora criterios sociales como factor de decisión, tiene aún por delante un tremendo campo de desarrollo en España. Hay aspectos como la prevención de riesgos laborales cuya incorporación en la cadena de suministro lleva ya un cierto recorrido, pero hay otros que aún distan de estar maduros. Entre estos podemos destacar aspectos relativos a las relaciones laborales en las empresas proveedoras o a sus políticas de inversión social. En concreto, la compra a empresas sociales que fomentan la integración de la discapacidad, como los Centros Especiales de Empleo, está aún muy condicionada por el cumplimiento de la ley (medidas alternativas de la LISMI), y aún no se ha abordado realmente en España como un factor de competitividad.
Desde AERCE proponemos dos líneas de actuación confluyentes para dinamizar la Compra Social:
- Promover la sensibilización, formación y capacitación de los directivos de las empresas y, en particular, de sus gestores de Compras para incorporar criterios sociales de forma efectiva en el proceso de compra.
- Promover la mejora de la excelencia y la competitividad en los proveedores sociales para aumentar su interés en ellos por parte de las empresas cliente.
En cuanto a la primera línea, la que actúa sobre la parte compradora, AERCE viene incorporando en los últimos años aspectos de sostenibilidad y responsabilidad social (RSE) en sus actividades, tanto en su Escuela de Compras como en jornadas de sensibilización, estudios y publicaciones. La Comisión de Trabajo de Compras Sostenibles de AERCE ha publicado ya dos ediciones de su Guía Técnica para la Compra Sostenible. La última, que vio la luz en 2013, ha sido reconocida por los expertos como un valioso compendio de modelos y herramientas para incorporar la RSE a la gestión de Compras, lo que incluye conceptos fundamentales como la Compra Ética, la Compra Verde y la Compra Social.
Desde la posición del comprador se constata que el mercado no está promoviendo aún un cambio hacia una gestión más social de las empresas y, en particular, hacia la Compra Social. Por el contrario, los drivers del cambio empresarial se encuentran más bien en otras direcciones: reputación, gestión de riesgos, acceso al capital, clima laboral,… Todos estos campos tienen un motivador común, que es la gestión de la reputación empresarial frente a los grandes grupos de interés: grandes clientes, empleados cualificados e inversores. Y esto no es malo en sí mismo y así se debería entender al abordar un acercamiento a estas empresas como clientes desde la posición del proveedor social.
En el contexto internacional, son los países anglosajones los que van marcando el camino en la evolución hacia la integración de la RSE en las compras. No son pocas las empresas españolas (pymes y grandes) que se ven obligadas a incorporar la RSE en su gestión simplemente para poder exportar hacia mercados anglosajones, especialmente Reino Unido. La compra sostenible ya es un hecho en esos países; en España, sin embargo, aún vamos haciendo camino al andar.
Para fomentar el trabajo conjunto entre empresas clientes y proveedores sociales que facilite el desarrollo de estos basado en una oferta competitiva, el primer paso a dar es potenciar el conocimiento mutuo. Los compradores deben conocer mejor qué aportan las empresas sociales a su gestión; en todos los sentidos, es decir, empezando por la calidad de su oferta y añadiendo a ésta el plus de incluir unos beneficios sociales adicionales, como el cumplimiento de la legislación en materia de integración de la discapacidad. Por otra parte, los proveedores sociales deben entender mejor las necesidades y expectativas de las empresas clientes y adaptar su oferta en consonancia con ello.
Las empresas que ya incorporan entre sus proveedores a empresas sociales, como los miembros del Club Ability, destacan la importancia de la compra a estos proveedores como solución de empleo a personas con discapacidad dentro del marco de las medidas alternativas de aplicación de la LISMI cuando la contratación directa no es posible. Este es aún el principal factor motivador de la Compra Social en España. Sin embargo, existe un amplio consenso en que, para avanzar en la integración efectiva de la discapacidad en el mercado laboral, hay que evolucionar hacia un equilibrio entre la contratación directa en las empresas de personas con discapacidad y la Compra Social como parte de una estrategia integral de compra sostenible, debidamente planificada en consonancia con un compromiso real de las empresas con su responsabilidad social.
Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de abordar con rigor la gestión responsable de la cadena de suministro, pero aún queda mucho camino por recorrer para que la RSE se incorpore de manera efectiva en la función de Compras. Hay que cambiar muchos procesos y formas de hacer, hay que cambiar mentalidades,… Los cambios de esta envergadura son difíciles y en un área tan compleja como la de Compras requiere recorrer un camino que no es trivial. Lo importante es que la progresiva sensibilización de los directivos hacia estos aspectos es evidente y las áreas de Compras ya avanzan imparables en ese camino tan esperanzador.
De todo ello se tratará en el Club Ability “Compra Responsable y Competitividad”, que organizan Telefónica y BBVA en Madrid el 1 de octubre. Puedes seguirlo en Twitter a través de la cuenta @ability_awards y la etiqueta #ClubAbility