La evolución no para, y la transformación digital es una realidad indiscutible. Esto nos obliga a adaptarnos, una propiedad innata en el ADN de los seres humanos.
Pero la adopción de nuevas herramientas digitales necesita ir acompañada de un buen uso de la tecnología, un aspecto que cobra cada vez más importancia.
Todas las profesiones pasan por la transformación digital. Los datos que maneja la Unión Europea plantean que en España la mitad de las ofertas de empleo ya son digitales.
Sin embargo, según señala Fundación Telefónica, solo el 31% de los españoles tiene las competencias digitales necesarias para responder a las necesidades laborales.
Desde el comienzo de la cuarta Revolución Industrial, la de la tecnología, el mundo ha entrado en una espiral cambiante imparable. Una evolución que ha dado un salto cualitativo (y cuantitativo) impulsada por la situación vivida durante la pandemia del coronavirus, y que ha puesto de relieve las fortalezas de tener una economía conectada.
Aunque al mismo tiempo ha sacado a relucir las carencias, es decir, lo que queda por hacer en materia de digitalización. Una de ellas es la baja capacitación digital de una parte de la población, con particular incidencia en aquellos sectores que están viviendo un proceso acelerado de cambio, en el ámbito de la educación y en las pymes, tal y como destaca el Plan Nacional de Competencias Digitales.
Según este plan estas habilidades se han convertido en herramientas básicas para poder aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología desde el punto de vista económico, social y ambiental, debido a la rápida transformación digital de la sociedad.
Esto se traduce en nuevas formas de comunicación y de prestación de servicios más accesibles, nuevos perfiles profesionales, así como nuevas oportunidades de negocio para las empresas que den respuesta a los retos globales.
Orientación para las nuevas necesidades de las empresas
Esta transformación tecnológica es capaz de crear nuevas posibilidades de acceso a la información, a los servicios públicos y a la actividad económica en todo el territorio nacional. Las necesidades de las empresas cambian y por tanto los perfiles deben adaptarse a esas nuevas necesidades.
Para ello los perfiles de las personas deben orientarse, en gran medida a esa transición digital. Algo que recoge el Mapa del empleo, elaborado por Fundación Telefónica, donde se puede confirmar que las habilidades digitales más demandas en España son (por este orden): Java, JavaScript, Cloud computing, HTML,Git, Angular, CSS, Spring Framework, SAP Business Suite y Microsoft Azure.
Esta orientación tecnológica debe basarse en la adopción de conocimientos y habilidades llamadas “hard skills” (habilidades duras), que incluyen aquellos conocimientos de carácter técnico que se adquieren a través de la formación (puede ser reglada o no) y a través de la experiencia previa. Este tipo de conocimientos necesitan además un reciclado constante, ya que la tecnología es cambiante, así como nuestro entorno.
En busca de competencias emocionales
Sin embargo, parafraseando a Franklin D. Roosvelt, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y para que la tecnología tenga un buen uso, es importante también desarrollar otro tipo de habilidades: las llamadas “soft skills” o habilidades blandas.
Estas destrezas se refieren a aquellas competencias emocionales y sociales que permiten a las personas integrarse en los equipos de trabajo y a ser más flexibles. El trabajo en equipo, la creatividad, la resiliencia, la escucha activa o la capacidad de adaptación y de aprendizaje, ya que el futuro laboral pasa por el llamado “longlife learning” o formación constante, forman parte de este tipo de competencias, cada vez más demandadas por las empresas.
Pero, ¿por qué son importantes estas habilidades? Se trata de características que nos hacen humanos y nos diferencian de aquellas herramientas que se desarrollan para realizar tareas automatizadas u otras que puedan tener relación con otras tecnologías como la Inteligencia Artificial.
Reciclaje profesional
Telefónica Educación Digital (TED) especializada en soluciones integrales de aprendizaje online, afronta las megatendencias laborales de globalización y cambios tecnológicos, a través de la reinvención de los perfiles profesionales.
Este cambio se basa en dos fórmulas. La primera es reskilling o la adquisición de nuevas habilidades para un trabajo completamente diferente al que se ha realizado hasta el momento. Esto supone un reciclaje profesional completo de capacitación para un puesto de nueva definición y viene impulsado, principalmente por el cambio tecnológico en las empresas.
La otra forma es el upskilling. Así, aprendiendo nuevas habilidades que se adapten mejor al puesto actual, se mejoran las competencias personales en el puesto de trabajo actual.
Ambas formas de actualización y adaptación del perfil profesional son altamente recomendables para autónomos freelances y aquellas personas que quieran volver a posicionar su curriculum con vistas a encontrar nuevos empleos y evitar la brecha digital.
El futuro del empleo está conectado a la adaptación a los cambios en un mundo cada vez más conectado.