En nuestro último post, argumentamos que es fundamental reconstruir el caso de negocio empresarial en Europa, revisando la interacción entre la política de competencia, el enfoque regulatorio, la competitividad, la innovación y el bienestar de los consumidores para encontrar un nuevo acuerdo que sirva mejor a las personas, a las empresas y a la economía en su conjunto.
Durante el MWC24 de Barcelona, Telefónica y otros operadores europeos compartieron sus perspectivas sobre competencia, competitividad y regulación, fundamentadas en su sólida experiencia en la región. El sector de las telecomunicaciones es un sector clave que presta servicios más allá de la conectividad básica, pero el estado de las comunicaciones digitales es frágil y el mercado sigue estando singularmente fragmentado en Europa, lo que socava la competitividad y la sostenibilidad del sector y redunda en peores resultados para el bienestar de los ciudadanos.
La brecha tecnológica transatlántica es innegable. A continuación presentamos algunas cifras, basadas en el informe State of Digital communications 2024 de ETNO, en forma de preguntas y respuestas sobre la brecha de conectividad entre Estados Unidos y Europa, que responden a algunas afirmaciones incorrectas realizadas sobre el tema.
¿Invierte Estados Unidos más por suscriptor que Europa?
Estados Unidos supera a Europa en inversión por abonado (per cápita): mientras que Europa invierte 109 euros al año, Estados Unidos destina 240 euros al año. El descenso de los ingresos está ejerciendo presión sobre las inversiones en el sector de las telecomunicaciones en Europa. Los operadores europeos destinan una proporción significativamente mayor de sus ingresos a la inversión (más del 20% en Europa), lo que se está volviendo insostenible debido a la tendencia a la baja de los ingresos y el bajo rendimiento de las inversiones, junto con las crecientes necesidades de inversión para alcanzar los objetivos de conectividad.
Esta situación impacta negativamente tanto en el bienestar de los consumidores como en el de los operadores. En consecuencia, la capacidad de inversión de los operadores europeos, medida en inversión per cápita, está viéndose afectada, y esta disparidad no muestra signos de reducirse.
¿Son la conectividad en Estados Unidos o las prestaciones del servicio mejor que en Europa?
Las prestaciones de la conectividad son mejores en EE.UU. que en Europa. Las redes de acceso con capacidad Gigabit cubren al 79,4% de los europeos. Y mientras el objetivo es alcanzar la cobertura total en 2030, Europa sigue por detrás de sus pares regionales (por ejemplo, EE.UU. cubre al 89,6% de su población).
La cobertura 5G de Europa (80%) está aún lejos de su objetivo digital para 2030 (100% de cobertura) y es inferior a la de todos sus pares, en particular Estados Unidos (98%).
Como resultado, las velocidades medias de bajada en Europa (64 Mbps en móviles y 121 Mbps en redes fijas), aunque superiores a la media mundial, son significativamente inferiores a las de otras regiones, como Estados Unidos (97 Mbps en móviles; 214 Mbps en redes fijas).
Por último, la cuota de conexiones móviles 5G ha crecido significativamente en Europa en los últimos tiempos, pero es drásticamente inferior a la de otras regiones (17% en Europa frente al 49% en EE.UU. en junio de 2023).
¿Son mejores los precios para los consumidores en Europa que en Estados Unidos?
Los operadores de telecomunicaciones europeos han estado absorbiendo la inflación en nombre de sus clientes, con un descenso constante de los ingresos reales de telecomunicaciones desde 2016 y con una fuerte caída en 2022 (-7,1 % por debajo de la evolución del índice de precios al consumo). Según ETNO, en general, Europa sigue registrando un menor gasto mensual per cápita en telecomunicaciones (36,7 €) en comparación con Japón (54,9 €), Corea del Sur (42,4 €) y Estados Unidos (90,3 €), y a diferencia de estas regiones, la tendencia ha sido a la baja desde 2008.
Esto repercute drásticamente en su capacidad de inversión, en la rentabilidad de la misma, en la sostenibilidad a largo plazo del sector en Europa y, en definitiva, en el bienestar de los ciudadanos, como se ha demostrado anteriormente.
¿Es mejor la capitalización bursátil en Estados Unidos? ¿Debería potenciarse en Europa?
La rentabilidad total para el accionista (TSR), de la que los dividendos son sólo una parte, permite a las industrias atraer capital para nuevas inversiones. Los inversores toman decisiones basándose en el TSR y los riesgos. Entre las industrias, el rendimiento medio de la TSR a 25 años parece bastante diverso, con el sector de las telecomunicaciones arrojando un rendimiento anualizado de aproximadamente el 8%, muy por debajo de otros sectores. Y entre los mercados desarrollados, EE.UU. parece estar entre los que mejores resultados obtienen, con un TSR medio anualizado del 7,6%, mientras Europa se queda atrás (por ejemplo, Reino Unido o Alemania, 5%).
Esto, a su vez, tiene un impacto dramático en la capacidad de los operadores europeos para invertir y es el resultado de las malas perspectivas y la falta de retorno de las inversiones por encima del WACC, poniendo en peligro la sostenibilidad a largo plazo del sector en Europa y, como se ha demostrado anteriormente, a las personas, las empresas y la prosperidad económica.
La disminución de la tasa de retorno del capital invertido de la industria de telecomunicaciones en Europa (del 9,1% en 2017 al 5,8% en 2022), como consecuencia, entre otras razones, del panorama regulatorio y competitivo es incompatible con la visión de autonomía estratégica abierta y la sostenibilidad a largo plazo de los esfuerzos de inversión que benefician a los ciudadanos, las empresas y la sociedad europea. Como ejemplo, DT se desprendió de su unidad holandesa en favor de su unidad estadounidense T-Mobile, reforzando el enfoque transatlántico del grupo alemán, mientras que otros operadores europeos infravalorados reciben ofertas de adquisición de terceros países.
¿Son las fusiones transfronterizas en Europa la respuesta para lograr una estructura de mercado similar a la de EEUU?
Tal y como argumentamos en nuestro anterior post, antes de entrar en otros países europeos, los operadores deben ser económicamente sostenibles localmente y tener un caso de negocio sólido para invertir en otros mercados europeos.
Los operadores tienen unos costes fijos elevados y, por tanto, las estructuras de mercado de cada zona influyen más en las decisiones de expansión geográfica que las posibles economías de escala transfronterizas. Por último, además de la falta de armonización normativa en algunos campos, las diferencias culturales y las preferencias de los consumidores exigen estrategias comerciales adaptadas a cada país o localidad.
Los recientes casos de consolidación del mercado en el sector sin remedios estructurales (por ejemplo, Brasil o EE.UU.) no han reducido el nivel de competencia y, por el contrario, han beneficiado al bienestar de los consumidores, las personas, las empresas y la economía en su conjunto.