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Compañeros tóxicos: ¿solidaridad o distancia? Un dilema en el día a día laboral

En el frenético ritmo de nuestra vida diaria, tanto en lo personal como en lo profesional, todos hemos pasado por situaciones que nos han dejado insatisfechos, desmotivados, y con ganas de quejarnos.

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Gaspar González Jurado-Gutiérrez

Aunque es normal desahogarse y expresar nuestras preocupaciones para buscar soluciones, ¡ojito con esto! En el dinámico universo del trabajo, existe un perfil de profesional tóxico que parece indestructible y cuya actitud negativa puede contaminarnos a todos. ¡Te presento a los temidos profesionales zombi! Y doy respuesta a una duda que siempre me he planteado y que ya tengo clara: ¿Ayudar o salir corriendo?

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El poder de pedir zyuda: humildad y valentía en el mundo laboral

Es fundamental entender que todos tenemos el derecho de expresar nuestras preocupaciones y descontentos en el trabajo. Somos seres humanos con emociones, y a veces las quejas son una forma de liberar tensiones y buscar soluciones a los problemas que enfrentamos en nuestro día a día laboral.

En este contexto, existe lo que podríamos llamar el “profesional quejoso con sentido”. Es aquel que, ocasionalmente, expresa sus inquietudes con el propósito de mejorar la situación. Sus quejas no son constantes ni destructivas; son expresiones puntuales y temporales que buscan soluciones constructivas. Este tipo de profesional valora la comunicación abierta y honesta y utiliza sus preocupaciones como una herramienta para el crecimiento personal y profesional.

Es aquí donde cobra importancia aprender a pedir ayuda. No debemos dudar en buscar apoyo cuando lo necesitemos. Pedir ayuda no significa ser débil, depender de otros, ni mucho menos fracasar. Reconocer nuestras limitaciones y buscar apoyo es un acto de humildad y valentía, y nunca debe verse como algo humillante o degradante.

Para algunos, pedir ayuda puede ser complicado debido a malas experiencias previas, falta de apoyo en momentos críticos, o porque no encontraron el tipo de ayuda que esperaban, llevándolos a la frustración. Pero al pedir ayuda, estamos admitiendo que nadie es superior a nadie, y cuando brindamos nuestro apoyo, tampoco nos coloca por encima de los demás.

El efecto zombi: la queja sin fin que destruye el ambiente de trabajo

Regresemos al intrigante mundo de los zombis laborales. A diferencia del profesional quejoso que usa sus críticas de manera constructiva, el verdadero zombi en el trabajo es un personaje tóxico y negativo que vive atrapado en un ciclo interminable de quejas sin intención de cambio. Este tipo de profesional se convierte en un auténtico lastre para su entorno, creando un clima de trabajo pesado, desmotivador y pesimista que afecta a todo el equipo.

A diferencia del profesional que se queja con la esperanza de mejorar las cosas, el zombi no busca soluciones ni oportunidades de crecimiento. En lugar de eso, se regodea en la negatividad y la insatisfacción, contaminando el ambiente con su actitud destructiva. Imagina a un compañero que, en lugar de aportar, se dedica a sembrar el malestar, arrastrando a sus colegas a un estado de frustración constante.

Este engendro profesional se alimenta de la energía de los demás, convirtiéndose en un maestro del engaño y la queja continua. Su estrategia es presentarse siempre como la víctima de una supuesta conspiración contra él, desviando responsabilidades y culpando a todo y a todos a su alrededor por sus problemas. Incapaz de asumir sus propios errores, el zombi proyecta su malestar sobre los demás, creando un ambiente en el que la responsabilidad y la cooperación se ven reemplazadas por la desconfianza y la apatía.

Antes de decidir si debemos alejarnos de ellos de inmediato o brindarles nuestra ayuda, aprendamos primero a identificar a estos zombis.

Los signos del zombi laboral: 8 características que debes conocer

Es fundamental saber cómo identificar a los profesionales zombi para evitar que su toxicidad nos afecte. Reconocer a estas personas es el primer paso para cuidarnos y crear un ambiente laboral positivo y productivo. Aquí hay algunas pistas que te ayudarán a detectarlos:

1. Quejas Perpetuas: Los zombis son maestros de la queja constante, repitiendo sus lamentos sin proponer soluciones ni buscar cambios positivos.

2. Rebeldes Sin Causa: En conversaciones informales, estos profesionales se quejan de las injusticias de la empresa, presumiendo de desafiar a los jefes sin ofrecer alternativas constructivas.

3. Excusas Creativas: Siempre encuentran una razón para evitar cumplir con sus responsabilidades. Desde excusas familiares hasta situaciones increíbles, todo vale para eludir sus tareas.

4. Culpabilidad Ajena: Evitan asumir la responsabilidad de sus errores, culpando siempre a los demás por sus fracasos y descontentos.

5. Energía Drenante: Emiten una negatividad que contagia y agota a quienes los rodean, transformando el ambiente laboral en un espacio desmotivador.

6. Críticos Implacables: No pierden la oportunidad de criticarlo todo, desde los productos y servicios de la empresa hasta las decisiones de los demás, nada es suficiente para ellos.

7. Sin Iniciativa: Ven obstáculos insuperables en todo y rechazan cualquier idea nueva, paralizados por el miedo al fracaso.

8. Falta de Empatía: Les cuesta mostrar angustia o culpa y carecen de empatía genuina. Su aparente interés es solo una fachada, ya que en realidad actúan de forma manipuladora y sarcástica.

Tender la mano en tiempos oscuros: la empatía en el trabajo

Una vez que hemos aprendido a reconocer a este tipo de profesionales, lo más común sería decir “mejor escapar rápidamente”. Sin embargo, yo no lo veo de esa manera. Si realmente valoramos la empatía y el auténtico compañerismo, deberíamos plantearnos un dilema importante: ¿debemos intentar ayudar a un colega zombi o es mejor alejarnos para protegernos de su negatividad?

La empatía y la solidaridad son esenciales en nuestras interacciones laborales y personales. Si nos encontramos con un compañero que parece atrapado en una espiral destructiva, sentimos casi la responsabilidad de ofrecerle nuestra ayuda. Tomarse un momento para conversar con él y comprender las razones detrás de su actitud puede ser un paso crucial para ofrecerle apoyo.

Personalmente, antes de decidir huir, siempre busco una manera de ayudar de manera desinteresada. Y os animo a que hagas lo mismo. Sé que puede ser complicado, pero al final, independientemente de si logramos cambiar su perspectiva o no, saldréis de la experiencia sintiéndoos más completos, mejores personas, compañeros y profesionales.

Escuchando detrás de la negatividad: cómo entender al compañero zombi

Detrás de esas actitudes de negatividad, hay historias y contextos que a menudo no vemos. Comprender el origen de su comportamiento y ofrecerles apoyo puede ser fundamental no solo para su bienestar, sino también para el clima general del equipo. A continuación, exploraremos la importancia de entender su contexto, brindar ayuda y fomentar un ambiente de confianza que permita el crecimiento y la mejora mutua.

  • Entender su Contexto: El comportamiento de un zombi a menudo puede estar ligado a desafíos personales o laborales que impactan su bienestar. Tomarse el tiempo para escuchar sus inquietudes y comprender su situación nos permite mirar más allá de su actitud negativa y buscar formas de colaborar en su mejora.
  • Brindar Ayuda: Demostrar un interés genuino por el bienestar de esta persona puede ofrecerle la confianza que necesita para abrirse y aceptar apoyo. A veces, el simple hecho de que alguien se preocupe puede hacer una gran diferencia en su estado emocional.
  • Fomentar un Clima de Confianza: Al abordar la situación con sensibilidad y empatía, podemos establecer un entorno de confianza en el que el profesional zombi se sienta seguro para compartir sus sentimientos y preocupaciones sin temor al juicio.

Navegando entre zombis: claves para mantenerte a salvo

Sin embargo, no siempre es posible ayudar a aquellos compañeros que exhiben un comportamiento tóxico. A pesar de nuestras mejores intenciones y esfuerzos por brindar apoyo, hay ocasiones en que estos individuos pueden rechazar cualquier ayuda. En tales situaciones, es vital recordar que nuestra prioridad debe ser cuidar de nuestro propio bienestar emocional y mental. A continuación, exploraremos estrategias prácticas para protegernos del contagio zombi, desde fomentar la resiliencia hasta cultivar una comunicación constructiva, asegurando así que podamos mantener un ambiente de trabajo positivo y saludable.

  • Fomentar la Resiliencia:  Desarrollar la resiliencia es una herramienta invaluable para enfrentar los desafíos laborales con una mentalidad positiva y soluciones creativas. La resiliencia nos permite adaptarnos a las dificultades y aprender de ellas, sin que nos afecten de manera duradera. Al fortalecer nuestra resiliencia, nos convertimos en un escudo ante la toxicidad de los zombis, listos para superar cualquier obstáculo.
  • Comunicación Constructiva: Promover una cultura de comunicación abierta y constructiva es esencial para mantener un ambiente de trabajo saludable. Cuando surgen quejas, es vital enfocarlas en buscar soluciones y mejoras. La comunicación constructiva nos permite abordar problemas de manera asertiva y colaborativa, evitando caer en la negatividad típica de los zombis.
  • Limitar la Interacción:  Reducir el tiempo y la interacción con personas altamente tóxicas es una estrategia efectiva de autoprotección. Minimizar el contacto constante con zombis ayuda a preservar nuestra salud mental y emocional. Aunque puede ser difícil evitar completamente su presencia en algunos entornos laborales, es importante limitar su influencia y centrarse en relaciones más positivas y constructivas.
  • Distanciarse: Cuando nos encontramos con un profesional zombi, no debemos dudar en alejarnos. Nuestra salud mental y bienestar son lo más importante, y no debemos permitir que la negatividad de estos individuos nos afecte. Buscar un entorno más saludable y positivo es fundamental para protegernos y mantener una actitud constructiva.
  • Cultivar la Positividad: No dejes que las quejas y la negatividad de los zombis te afecten. Cultiva una actitud positiva y enfócate en lo que realmente importa en tu vida laboral y personal. Encuentra momentos de gratitud y alegría en las pequeñas cosas, manteniendo tu mente centrada en el presente y en tus objetivos. La positividad actúa como una barrera contra la toxicidad del zombi laboral, permitiéndote conservar tu energía y entusiasmo.
  • Buscar Apoyo: No enfrentes solo el desafío de evitar el contagio zombi. Busca la ayuda de compañeros y líderes que compartan una visión positiva y constructiva del trabajo. Contar con una red de apoyo en el entorno laboral te ayudará a superar las dificultades con más confianza y motivación.

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