La Unión Europea (UE) es una de las regiones más prósperas del mundo. Con una población que supera los 450 millones de personas y los 23 millones de empresas, la UE representa el 14% del PIB mundial y es el mayor mercado único integrado del mundo.
Sin embargo, la UE afronta importantes transiciones en lo digital, ambiental y en su gobernanza, con la incorporación de nuevos Estados miembros y una mayor integración de sus mercados. Esto ocurre en un contexto global complejo, que desafía la competitividad y el bienestar.
A la espera del informe sobre el estado de la competitividad de Mario Draghi, la ERT insta a una acción decidida y coordinada para fortalecer la posición competitiva de Europa en el nuevo ciclo político e institucional europeo 2024-2029, apalancada en sus fortalezas.
Las fortalezas de la UE para su competitividad
Europa se destaca como una potencia industrial líder en el mundo, y su posición en el escenario global está respaldada por una serie de factores clave que han moldeado su fortaleza industrial a lo largo del tiempo. En primer lugar, la herencia industrial de Europa es innegable. Desde los albores de la Revolución Industrial, el continente ha sido un epicentro de desarrollo y progreso en sectores clave como la manufactura y la tecnología. Esta sólida base histórica ha sentado las bases para su continua innovación y liderazgo en diversas industrias.
La diversificación y especialización son otras características distintivas de la economía europea. Con una amplia gama de sectores, desde la industria automotriz hasta la biotecnología, Europa ha logrado reducir la dependencia de industrias específicas y ha fortalecido su resiliencia frente a los cambios económicos.
La innovación y la tecnología son motores fundamentales de la fortaleza industrial europea. Con una red robusta de universidades, centros de investigación y empresas innovadoras. Además, la reputación de calidad y estándares de Europa también desempeña un papel crucial en su posición industrial. Los productos europeos son reconocidos mundialmente por su excelencia, seguridad y sostenibilidad, lo que les otorga una ventaja competitiva significativa en los mercados globales.
La ERT alerta de la necesidad de crear un entorno propicio a la inversión y la innovación
Sin embargo, la ERT en su informe 2024 ERT Benchmarking Report, afirma que la UE está perdiendo terreno en la economía global. Esta es la conclusión a la que llega tras comparar 38 indicadores macroeconómicos y de desempeño de las industrias y empresas europeas con los de otras potencias como Estados Unidos, China, Corea del Sur o Japón.
Los indicadores relacionados con la transición digital y verde, la innovación tecnológica, la inversión en infraestructuras y el desarrollo de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, muestran que las empresas europeas están perdiendo tracción y cuota de mercado tanto a nivel nacional como internacional.
La ERT atribuye esta pérdida de competitividad a un crecimiento más lento de la productividad en las empresas europeas, poniendo de relieve posibles deficiencias en la inversión en tecnología, innovación digital, capital humano e infraestructuras.
Por ello, la ERT insta a la UE a crear un entorno que fomente los incentivos adecuados a la inversión y la innovación made in Europe, con el objetivo de convertir la región en el mejor lugar para que las empresas operen.
Los pilares de la competitividad europea
El informe de la ERT identifica tres pilares o las palancas clave que la UE debiera accionar para darle un impulso renovado a su competitividad.
En primer lugar, destaca la necesidad de que las industrias adquieran ventaja competitiva. La ERT sostiene que esto se logrará mediante el impulso de la adopción de tecnologías avanzadas, al mismo tiempo que se fomenta un ecosistema industrial diversificado, innovador y dinámico, respaldado por una mano de obra altamente cualificada.
El segundo pilar es el de profundizar el Mercado Único de la UE. En este sentido, la ERT considera fundamental eliminar las barreras administrativas y legales que obstaculizan el crecimiento de las empresas europeas, limitando su capacidad de inversión y su competitividad a nivel global.
El tercer pilar se basa en la necesidad de una regulación pragmática. La ERT enfatiza que es crucial crear un entorno favorable que convierta a la región en el “mejor lugar para hacer negocios”. Esto implica promover incentivos para la inversión y la innovación, incluyendo también para la creación y desarrollo de startups europeas.
La transición digital y las competencias como palanca transversal para la competitividad
Como elemento transversal y palanca definitiva para que Europa recupere su competitividad es la digitalización de las empresas europeas. Este fenómeno no solo impulsa la innovación y la eficiencia operativa, sino que también redefine los modelos de negocio y abre nuevas fronteras comerciales. Europa, al abrazar esta transformación digital, tiene la oportunidad de revitalizar sectores tradicionales mediante la adopción de tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas y la robótica.
La expansión del comercio electrónico y las plataformas digitales ofrece a las empresas europeas acceso directo a mercados internacionales, eliminando las restricciones geográficas y fomentando la competitividad en un entorno globalizado. Esta democratización de la presencia en el mercado impulsa la diversificación y el crecimiento empresarial, reforzando la posición de Europa en la economía mundial.
No obstante, el éxito de esta transición digital depende en gran medida de la capacidad de la fuerza laboral europea para adaptarse y prosperar en un entorno digital. La inversión en educación y formación especializada es esencial para equipar a los trabajadores con las habilidades necesarias para aprovechar plenamente las oportunidades de la economía digital. Este enfoque en el desarrollo de capital humano garantiza una fuerza laboral competente y adaptable, que a su vez fortalece la posición competitiva de Europa en el escenario global.
Al capitalizar esta revolución digital con un enfoque estratégico en la capacitación y el desarrollo humano, Europa puede consolidar su posición como líder mundial en innovación, competitividad y prosperidad económica.
La conectividad es una palanca de la competitividad y para la transición digital
En este contexto, la ERT destaca la conectividad como un pilar clave para la competitividad. De hecho, las infraestructuras de conectividad, el 5G y la fibra, y las tecnologías que permiten, incluyendo la Inteligencia Artificial, las aplicaciones B2B y el IoT, son esenciales para la transición digital y verde, transformar las industrias, impulsar la innovación digital, combatir el cambio climático y el descenso del crecimiento de la productividad, así como impulsar servicios mejorados.
Sin embargo, el informe concluye que el progreso hacia la construcción de infraestructuras digitales clave, como el 5G, sigue siendo más lento en comparación con otros países, resultando en una adopción digital rezagada. Del mismo modo, destaca la disparidad entre países de la UE en el despliegue de una conectividad de calidad, lo que podría dar a un ritmo desigual en la transición digital y verde.
Por ello, la ERT insta a la UE a incentivar la inversión privada en conectividad de calidad, basada en fibra y tecnologías 5G, mediante la modernización del actual marco regulador, la reducción de los obstáculos al despliegue de redes y la armonización de las condiciones de asignación del espectro. Igualmente, aboga por una mayor consolidación del mercado a nivel nacional para que las empresas de telecomunicaciones puedan adquirir la escala necesaria para ser viables y acelerar las inversiones.
Una llamada a la acción
Dado el estado de la competitividad europea, urge que las instituciones europeas apoyen decididamente una conectividad de calidad y la sostenibilidad de los operadores de telecomunicaciones en todos los Estados miembro, reduciendo las disparidades regionales en el desarrollo tecnológico y en el acceso a servicios digitales gracias a un entorno regulatorio y de política de competencia que promueva la inversión y la innovación. Esto sin duda, contribuirá a impulsar la digitalización, transformación y competitividad de las empresas europeas, el crecimiento económico, la cohesión y la prosperidad de la región. Con una combinación adecuada de inversión en innovación, infraestructura, digitalización y capital humano, Europa estará preparada para mantener y fortalecer su posición como un referente en la industria a nivel mundial.
ERT 2024 Benchmarking Report es un referente en la identificación y recopilación de indicadores clave para la monitorización del estado de la competitividad de la UE. El informe proporciona directrices útiles a los responsables políticos para fortalecer la competitividad industrial y la autonomía estratégica de la UE.