El big data tiene un gran potencial para asegurar una mejor asistencia para los pacientes así como un mayor campo de investigación para los científicos que conllevará un importante ahorro para el sistema sanitario. Según el informe “From innovation to implementation” (de la innovación a la implementación) publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el potencial puede perderse mientras los países no vean su utilidad. Es necesario potenciar la investigación y desarrollo de nuevos métodos de análisis del Big Data.
Los análisis del proyecto P-Medicina, cofundado por la comunidad europea con la finalidad de desarrollar nuevas herramientas, infraestructura IT y modelos VPH para acelerar la medicina personalizada en beneficio del paciente, aseguran que “la medicina terminará siendo totalmente personalizada, predictiva y preventiva en 10 o 20 años”; para ello, es fundamental la utilización del Big Data. El uso del big data en el ámbito médico podría suponer una revolución para el sector pues pasaría de ser reactiva a ser preventiva. Grandes cantidades de datos han sido analizadas para crear tratamientos personalizados concretamente aplicados al estudio de cáncer para desarrollar distintos modelos de tratamientos. Además, el proyecto intenta abordar la interoperabilidad y la integración de los datos en bancos biológicos, bases de datos genéticas y una gran variedad de sistemas médicos.
La tecnología aplicada a la salud ha sido una completa revolución para los gobiernos europeos, en palabras de Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS para Europa “el siglo XXI ha traído un amplio rango de posibilidades para la innovación en la salud. En muchos países la eSalud está revolucionando la asistencia y la información sanitaria. Los pacientes tienen más independencia porque tienen acceso a la información y los consejos. Esto está mejorando la calidad de los cuidados sanitarios e incluso retando a los roles tradicionales de los profesionales sanitarios”.
Actualmente, muy pocos estados miembros tienen políticas de regulación (tanto para organismos públicos como para empresas privadas) para el uso del Big Data en el sector eHealth. Las barreras más destacadas por los mismos son la falta de integración de los servicios sanitarios, la falta de legislación en materia de privacidad y seguridad y el problema a la hora de almacenar y compartir información.
La confidencialidad y la seguridad del big data preocupa mucho a los países europeos así como el problema de su recogida y almacenaje pues estamos hablando de una información muy delicada a la hora de su tratamiento. La gran cantidad de datos que se pueden recoger no sólo necesitan ser almacenadas, además tienen que ser analizadas por súper-ordenadores que almacenan complicados algoritmos y todo ello con un criterio muy profesional, y al ser un constante y masivo flujo de información, los países se encuentran reticentes.
Los estados entienden que es una ciencia que sufrirá cambios rápidamente en la que no resulta rentable invertir hasta que no madure, y más teniendo en cuenta que hay empresas privadas que ya están recogiendo esta información…
Es por eso que la OMS recomienda incrementar la educación del personal sanitario en materia de eHealth y en cómo utilizar el análisis de datos sanitarios así como de los archivos públicos. Además de financiar proyectos que apoyen la investigación y el desarrollo de nuevos métodos de análisis.
Telefónica por su parte, a través de Wayra, impulsa una startup que permite digitalizar la secuenciación del genoma humano para ofrecer servicios de salud personalizados, un paso más que demuestra la apuesta por la salud digital.