Qué es la brecha digital
Una posible definición de brecha digital es la desigualdad a la hora de poder acceder y usar las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y/o a internet, una cuestión de tanta relevancia que incluso la ONU, ya en 2016, alertaba de que el acceso universal a la red de redes es “clave para el desarrollo”.
Una brecha digital que no es ni mucho menos uniforme entre diferentes colectivos sociales, existiendo notables diferencias en el acceso y las habilidades de uso de estas herramientas tecnológicas dependiendo de la geografía, el género, el estatus socioeconómico, la edad, la lengua, la adecuación de contenidos a las realidades locales o el entorno cultural.
Una muestra del compromiso de Telefónica para acabar con la brecha digital es el liderazgo mundial en el Digital Inclusion Benchmark, donde la operadora se mantiene en la primera posición en la clasificación que analiza cómo las empresas inclusivas promueven una economía y una sociedad digital más inclusiva. Un documento elaborado por World Benchmarking Alliance (WBA).
¿Pero cuáles son los tipos de brecha digital?
Qué tipos de brecha digital existen
Pese a la idea inicial de que el problema de la brecha digital era de falta de acceso tanto a las herramientas tecnológicas como a internet o incluso dificultades con la cobertura, el despliegue acelerado no ha venido acompañado del mismo nivel de adopción generalizado o uso de las tecnologías..
Y es que en la actualidad el desafío no reside únicamente en el mero hecho de conectar sino en posibilitar que todos los colectivos y comunidades sean capaces de aprovechar con plenitud las posibilidades que el avance tecnológico ofrece.
Precisamente de esta afirmación de que “ya no se trata solo de un problema de cobertura, sino de lograr una conectividad efectiva”, podemos ver que nos encontramos ante dos tipos de brecha digital diferentes: la de cobertura o acceso y la de uso.
Veamos cuáles son las características de cada una de ellas.
Brecha de cobertura o de acceso
En relación con la brecha agregada de cobertura y uso, de acuerdo con datos de la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones, en cuyo aniversario se conmemora el Día de Internet) en el año 2023 dos tercios de la población mundial -un 67% concretamente- acceden a internet: 5.400 millones de personas.
Una cifra que supone un aumento del 45% desde el año 2018, que en millones de personas son unos 1.700.
La cobertura de banda ancha ha experimentado un progreso significativo en los últimos años, alcanzando el 95 % en todo el mundo en 2023. En comparación, el despliegue de la red eléctrica solo alcanza el 91 %. La brecha digital de acceso o cobertura ha disminuido pues drásticamente y los operadores de telecomunicaciones han conseguido que en el conjunto del planeta se haya reducido al 5%.
Sin embargo, y como comentábamos previamente, la diferencia por regiones geográficas sigue siendo notable. Por ejemplo, esta brecha en Europa es del 2% mientras que en América Latina se triplica alcanzando el 6%.
Cómo cerrar la brecha de cobertura
Para cerrar la brecha de cobertura existente son necesarias estrategias innovadoras con las que acceder a zonas rulares, remotas o con dificultades de acceso contando con las particularidades y características específicas de cada región.
Por ejemplo, la compartición de infraestructuras y de alianzas innovadoras ya no es una novedad, sino que se trata de una tendencia, unos nuevos modelos que no solo ayuden a continuar cerrando la brecha de cobertura, sino que sirva igualmente para mejorar las condiciones de sostenibilidad en las inversiones.
Para ello, es de gran relevancia promover modelos de alianzas innovadoras que garanticen la viabilidad financiera del despliegue de redes en zonas remotas o escasamente pobladas, así como la compartición de infraestructura, redes o espectro.
Podríamos resumirlo en que el futuro en esta materia pasa por la cooperación sin perder de vista la heterogeneidad de cada casuística sabiendo que el objetivo es idéntico: conseguir un conectividad sostenible, efectiva y accesible para el conjunto de la población.
Fuente: «El estado de la conectividad 2023″, GSMA, 2023.
Brecha de uso
Dentro de la brecha de uso, existen diversos factores que frenan la adopción digital o el uso de Internet a pesar de tener cobertura. En particular, nos enfocamos en que hay parte de la población que carece de los conocimientos o habilidades digitales suficientes como para poder sacar el mejor partido a su uso. Esto sería uno de los motivos que explicaría la llamada brecha de uso.
No obstante, la brecha de uso, va más allá de las capacidades, y requerirá diferentes aproximaciones para reducirla, dependiendo de su tipología o grado de intensidad.
De este modo, los diferentes tipos de brecha de uso son:
- Rural-urbana. El menor uso de la tecnología y la conectividad en los entornos rurales viene derivado de la llegada con más lentitud del acceso a la conectividad en determinadas zonas rurales en comparación con las urbanas. Por regiones también hay diferencias; valga como ejemplo que el acceso de la población rural a internet en Europa es del 89% (datos de 2023) frente al 65% de Latinoamérica (datos de 2020).
- Generacional. El propio desarrollo en las últimas décadas de las nuevas tecnologías ha traído de manera inherente una brecha por edades. Si desglosamos por regiones, vemos cómo también hay diferencia: frente al 8% de latinoamericanos de más de 74 años que acceden diariamente a internet, hay un 65% de europeos entre 65 y 74 que lo hacen.
- De género. La brecha digital de género trae la perpetuación de determinados estereotipos y exclusiones derivados de las inferiores tasas en carreras y profesiones STEM de las mujeres, una inercia que iniciativas como el Día de las Niñas en las TIC o el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia quieren combatir.
- De discapacidad. El avance de la tecnología puede suponer un apoyo para superar determinadas dificultades específicas, en particular para colectivos con algún tipo de discapacidad. Como ejemplo, la IA puede ayudar a describir el entorno o leer textos mediante asistentes de voz como apoyo a personas invidentes.
Fuente: «El estado de la conectividad 2023″, GSMA, 2023.
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