Los rasgos faciales, el iris de los ojos o la voz son piezas clave de lo que se conoce como biometría, una herramienta muy potente de la ciberseguridad actual.
Además del uso de las huellas dactilares, habrás oído hablar del reconocimiento facial y de retina como método para identificar a una persona.
Y, aunque quizá te suenen menos, la forma de las orejas o la geometría de la mano, con otros rasgos de carácter biológico y de comportamiento como la forma de caminar o incluso el olor corporal son aspectos que crean un patrón único.
Las empresas de ciberseguridad incorporan estos patrones para diseñar programas de protección cada vez más robustos. Algo que ha mejorado de manera significativa con la aplicación de las nuevas tecnologías. El objetivo es crear mecanismos frente a los ciberdelincuentes para evitar robos de identidad y fraudes.
El uso de la biometría no es nuevo. En los años 70, la empresa Shearson Hamil comenzó a utilizar la identificación mediante huellas dactilares para controlar el acceso a sus instalaciones de Wall Street.
Fue una de las primeras compañías en usar este tipo de sistemas de seguridad. Desde entonces, estas herramientas han evolucionado hasta ser uno de los sistemas de seguridad más completos.
Características universales
Tal y como señala el Instituto Nacional de Ciberseguridad, INCIBE, en su guía Tecnologías biométricas aplicadas a la ciberseguridad, las características biométricas deben ser universales, han de tenerlas todas las personas y tienen que distinguir a cada individuo, es decir, tienen que ser singulares.
Además, han de permanecer en el tiempo y en diferentes condiciones ambientales y deben poder medirse de forma cuantitativa.
La misma guía determina que, para medir estas características, las tecnologías deben proporcionar un rendimiento con un nivel de exactitud y ser resistentes al fraude y a la usurpación.
Las tecnologías biométricas se aplican en dos fases. Primero, se registra la identidad y parámetros biométricos de cada usuario. Después se pasa a la fase de autenticación, donde se verifican los patrones personales previamente registrados y almacenados en una base de datos.
Usos y beneficios
Entre los sectores más beneficiados de este tipo de tecnologías se encuentra el sector bancario. El uso de la biometría en el sistema de autenticación reforzada en dos pasos evita el phishing o suplantación de la identidad virtual, uno de los fraudes online más habituales. De esta forma, aunque los ciberdelincuentes tengan datos de una posible víctima, la identificación a través de elementos biométricos evita la suplantación.
También está muy extendido su uso como protección de acceso a los dispositivos móviles. Bien conocido es el uso de la huella dactilar o el reconocimiento facial en los smartphones. Otros campos de aplicación son el acceso a empresas, ámbito sanitario, el control en espacios públicos como aeropuertos y estaciones de trenes o la investigación de delitos.
Protección del trabajo en remoto
La pandemia del Covid-19 ha supuesto una fuerte demanda de soluciones tecnológicas seguras y protegidas para todo tipo de empresas.
Una de las aplicaciones más importantes de la biometría en ciberseguridad es la de proteger los datos almacenados en la nube.
El uso del big data, la inteligencia artificial y el machine learning permite almacenar gran cantidad de datos y posibilita que los sistemas de seguridad aprendan y mejoren para ser capaces de determinar los parámetros en distintas circunstancias (por ejemplo, el uso de gafas) de forma cada vez más precisa.
Además, mientras que las tarjetas de seguridad o las claves de acceso pueden ser extraviadas, olvidadas o robadas, los rasgos biométricos no. Y aunque la implantación de este tipo de sistemas de seguridad tiene un coste inicial elevado, su mantenimiento es asequible.
No obstante, aunque la biometría es una potente herramienta de la seguridad; no escapa a algunos riesgos como el que puede derivarse de un robo de datos biométricos.
Nuevas soluciones
Desde hace años, Telefónica apuesta por la creación de soluciones orientadas a proteger la identidad digital y los procesos de negocio mediante autenticación biométrica y firma electrónica en las empresas, tan necesarias en un mundo digital y conectado.
En un ecosistema donde las organizaciones son susceptibles de sufrir ciberataques, mantener el control sobre los datos, preservar la identidad digital y asegurar la privacidad es vital.
Este año, la compañía ha presentado escáneres biométricos sin contacto diseñados en colaboración con IDEMIA. Esta tecnología escanea y verifica 4 huellas dactilares en menos de 1 segundo a través de un gesto de agitación de la mano fácil y totalmente sin contacto.