Cuando vi «Avatar», la película de James Cameron, lo supe. Necesitamos ver el planeta entero en 3D. Esta película te devuelve a la naturaleza y te recuerda que hay equilibrios que aunque las personas no entendamos, son necesarios para la vida.
Avatar es ficción pero te inyecta ansias de salir al campo, descubrir valles, montañas y mares, ver los buitres de las Hoces del río Duratón en el noreste de Segovia, tirarse de cabeza para bucear junto a los corales del Caribe…
Por eso creo que sería muy positivo si viésemos en 3D, a través de películas, documentales…, todas esas especies a las que tenemos que cuidar. Necesitamos verlas, si puede ser en su mayor esplendor para que nos conquisten con más fuerza, para recordarlas y cuidarlas. Entre 10.000 y 50.000 especies desaparecen cada año, según los expertos. Casi na…
Están ahí pero nos olvidamos de ellas, se nos olvida su belleza y, sobre todo, su importancia: «La diversidad biológica es la verdadera telaraña de la vida», afirma Hamdallah Zedan, secretario ejecutivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB): «Para los sectores más pobres del mundo, es una cuestión de vida o muerte. Para la Humanidad en su conjunto, la pérdida de biodiversidad menoscaba su calidad de vida».
El riesgo es tal que la ONU ha declarado 2010 como el Año Internacional de la Diversidad Biológica (AIDB). Y el objetivo de la Conferencia Europea sobre Biodiversidad, inaugurada el día 26 de enero en Madrid bajo la presidencia Española de la Unión Europea, pasa por preparar una estrategia en materia de conservación de los ecosistemas que involucre al mayor número de países del mundo de cara al año 2050 y fijar objetivos concretos para 2020. Ojalá que se consigan avances desde todas las perspectivas, es decir, en 3D.
