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El auge de la IA: una mirada al pasado y presente de la tecnología

Este año he tenido el placer de impartir la asignatura de Innovación Empresarial en ESIC BUSINESS & MARKETING SCHOOL, donde he trabajado con jóvenes de 22 años llenos de entusiasmo y curiosidad.

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Gaspar González Jurado-Gutiérrez

Tiempo de lectura: 18 min

Este reto me ha llevado a profundizar en el fascinante mundo de la innovación, y he descubierto dos aspectos que me han llamado particularmente la atención:

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La primera es la enorme confusión que existe sobre lo que cada persona entiende por Innovación y lo que realmente significa. Este tema merece un análisis más profundo, y prometo dedicarle un artículo en el futuro.

La segunda revelación es que muchas de las tecnologías que consideramos «nuevas» en realidad tienen sus raíces mucho tiempo atrás. Me he dado cuenta de que, por diversos motivos que desconozco, ciertas tecnologías solo alcanzan su punto de explosión en momentos específicos, cuando ciertas personas o intereses alineados deciden que es el momento adecuado para impulsarlas en la sociedad.

Y para explicar esta última reflexión, voy a céntrame en la popular Inteligencia Artificial (IA). Aunque muchos creen que la IA es un desarrollo reciente, sus inicios se remontan a varias décadas atrás. Lo sorprendente es que su verdadera explosión y adopción masiva han ocurrido recientemente, influenciadas por intereses económicos, avances tecnológicos y la percepción de su necesidad en nuestras vidas diarias.

Esta «nueva» tecnología de hace ya varias décadas, ha sido cuidadosamente desarrollada y finalmente introducida en el momento en que se ha considerado más beneficiosa y necesaria para la sociedad. Y con ello me surge una pegunta: ¿Quién o quiénes, y porque así lo han decido?

Desconozco la respuesta, pero os aseguro que la pregunta es más que acertada y si puedo afirmar que la verdadera innovación va más allá de la percepción popular y, a menudo, está vinculada a factores históricos y estratégicos que determinan cuándo y cómo una tecnología se convierte en parte esencial de nuestras vidas.

Del Pasado al Presente: Una Mirada a la Evolución de la IA en el Tiempo

La trayectoria de la inteligencia artificial (IA) es extensa y cautivadora, marcada por una serie de hitos y logros que han modelado su evolución. En este artículo, repasaremos los momentos más destacados de su historia, desde sus primeros días hasta sus aplicaciones actuales.

La IA es un campo en constante expansión que ha suscitado un gran interés en los últimos años. Ha pasado a ser una parte fundamental de nuestras vidas, presente en asistentes virtuales, chatbots, vehículos autónomos y diagnósticos médicos. Su historia abarca varias décadas y ha experimentado numerosos cambios y avances en ese transcurso.

Explorando los Orígenes Antiguos de la Inteligencia Artificial

Aunque comúnmente se considera que la década de 1950 marcó el comienzo formal de la inteligencia artificial (IA), es importante reconocer que los precursores de esta fascinante disciplina se encuentran mucho antes en la historia, incluso siglos atrás. Desde la antigüedad hasta la Edad Media, y luego durante el Renacimiento y la Edad Moderna, se pueden rastrear conceptos y desarrollos que sentaron las bases para lo que eventualmente se convertiría en la IA tal como la conocemos hoy.

Robots y Leyendas: Explorando la Tecnología en la Mitología Griega

En la antigua mitología griega, se cuentan historias de autómatas creados por Hefesto, el dios de la tecnología, capaces de moverse y hablar como humanos. La mitología griega presenta relatos de robots inteligentes y seres artificiales como Pandora, así como la noción de «biotecnología», explorando cómo la tecnología puede alterar fenómenos biológicos.

Siglos de Visión: Ramon Llull y Gottfried Leibniz y su Contribución a la Creación de Máquinas Inteligentes

En el siglo XIII, el filósofo español Ramon Llull desarrolló un sistema de lógica mecánica basado en símbolos y diagramas. Más tarde, en el siglo XVII, el filósofo y matemático Gottfried Wilhelm Leibniz imaginó un lenguaje universal de símbolos para resolver problemas, sentando así las bases para la futura creación de máquinas inteligentes.

Innovación Medieval: Autómatas Programables y Máquinas Lógicas

Durante la Edad Media, Al-Jazari inventó el primer robot humanoide programable, en forma de barco propulsado por agua, con cuatro músicos mecánicos, un prototipo recreado y estudiado posteriormente por el informático Noel Sharkey como los primeros autómatas programables. Además, el filósofo y matemático mallorquín Ramon Llull desarrolló máquinas lógicas para producir todo el conocimiento posible combinando verdades básicas mediante simples operaciones lógicas.

El Renacimiento de las Máquinas: Mecanizando el Pensamiento Humano

Durante el Renacimiento, se consideró la posibilidad de mecanizar el pensamiento «humano» en lo no humano. En esta época, Leonardo da Vinci exhibió su «caballero mecánico», capaz de mover los brazos y las piernas como un humano mediante poleas y cables. Asimismo, en 1533, Regiomontanus construyó un águila autómata de hierro capaz de volar.

Mentes Creativas, Ideas Revolucionarias: Literatura y Tecnología en el Siglo XIX

La literatura comienza a sugerir avances hacia la tecnología moderna. Por ejemplo, «Los viajes de Gulliver» incluye un «motor» que puede mejorar el conocimiento y las habilidades con la ayuda de una mente no humana, y «Erewhon» entretiene la idea de futuras máquinas conscientes. En 1833, la colaboración entre Charles Babbage y Ada Lovelace dio lugar a la invención de la máquina analítica. Además, Bernard Bolzano realizó el primer intento moderno de formalizar la semántica, y George Boole inventó el álgebra booleana. Samuel Butler también propuso la idea de que las máquinas podrían llegar a ser conscientes y sustituir a la humanidad.

Semillas de la Revolución: Avances Cruciales en la IA del Siglo XX

Durante este período, se registraron varios hitos importantes en el desarrollo de la inteligencia artificial. En 1931, la obra «Principia Mathematica» de los matemáticos Bertrand Russell y Alfred North Whitehead estableció los fundamentos de la comprobación de tipos y los algoritmos de inferencia de tipos. En 1921, la obra de ciencia ficción del dramaturgo checo Karel Čapek, «Los robots universales de Rossum», introdujo el concepto de personas artificiales hechas en fábrica, llamadas robots. Este concepto inspiró el uso del término en la investigación, el arte y los descubrimientos. En 1939, John Vincent Atanasoff y Clifford Berry crearon el ordenador Atanasoff-Berry (ABC), y en 1949, Edmund Berkely publicó «Great Minds: Or Machines That Think», en el que destacó cómo las máquinas pueden manejar grandes cantidades de información a gran velocidad.

El Impacto de Turing: De la Máquina Universal a la Inteligencia Artificial

Como hemos observado, la evolución de la inteligencia artificial (IA) nos sumerge en una fascinante travesía por el tiempo. Para continuar este viaje, debemos retroceder hasta el año 1936 y adentrarnos en una de las creaciones más destacadas del padre de la computación moderna, Alan Turing, un matemático e informático británico.

Con la invención de la Máquina Universal de Turing, se inicia una historia asombrosa, repleta de elementos clave que han evolucionado hasta alcanzar niveles que superan nuestra propia imaginación, dando vida a robots inteligentes capaces de asistirnos en la resolución de problemas cotidianos. Esta icónica máquina tenía la habilidad de llevar a cabo cálculos complejos definidos formalmente, con la flexibilidad de adaptarse a diversos contextos específicos.

Esta innovación no solo contribuyó a formalizar el concepto de algoritmo, sino que también sirvió como el catalizador inicial que desencadenó una revolución en la evolución de las computadoras que ahora tenemos en nuestros hogares. Sin embargo, el legado de Alan Turing va más allá de esta notable contribución. En su obra «Computing Machinery and Intelligence», se encuentran plasmados diversos fundamentos que han servido de inspiración para los desarrollos formales en el campo de la inteligencia artificial.

Posteriormente, en 1950, Alan Turing, realizó de nuevo contribuciones significativas al campo de la inteligencia artificial (IA), entre las que destaca la creación del Test de Turing. Este test evalúa la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente que sea equivalente o indistinguible del de un ser humano.

Desafíos y Logros: Un Viaje a Través de la IA desde los Años 50

Retomemos este apasionante recorrido por la historia y el desarrollo de la Inteligencia Artificial, explorando los momentos cruciales, los desafíos que se han enfrentado y los avances significativos que han moldeado su trayectoria desde la década de los 50 hasta la era actual. A lo largo de este viaje, nos sumergiremos en un vasto océano de descubrimientos, desde los primeros intentos de imitar la inteligencia humana hasta los sistemas avanzados que dominan las aplicaciones modernas.

Década de 1950: Los Primeros Pasos de la Inteligencia Artificial

Los años cincuenta marcaron un hito crucial en la investigación de la inteligencia artificial (IA). Con la aparición del primer ordenador digital, los científicos e investigadores se embarcaron en la exploración de las posibilidades de la IA. Sin embargo, el progreso fue lento debido a las limitaciones en el poder de cálculo y la escasez de fondos. A pesar de estos desafíos, la década de 1950 sentó las bases para los futuros avances en el campo de la IA.

En 1950, Claude Shannon, conocido como el «Padre de la Teoría de la Información», publica «Programming a Computer for Playing Chess» (Programando un ordenador para jugar ajedrez).

En ese mismo año, como comenté anteriormente, Alan Turing, realiza contribuciones significativas al campo de la IA con la creación de la prueba de Turing. Este examen evalúa la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente equivalente o indistinguible del humano.

También en 1950, Isaac Asimov publica «Yo, Robot», una obra que explora los dilemas éticos y las implicaciones de la IA en la sociedad. En 1955, John McCarthy y su equipo acuñan el término «inteligencia artificial», dando así un nombre formal a esta área de investigación emergente.

Ese mismo año, Allen Newell, Herbert Simon y Cliff Shaw crean el primer programa informático de inteligencia artificial, un hito fundamental en la historia de la IA. En 1956, Arthur Samuel desarrolla el primer programa informático para jugar ajedrez, allanando el camino para futuras investigaciones en juegos de estrategia.

Finalmente, en 1958, John McCarthy desarrolla Lisp, un lenguaje de programación que se convertiría en uno de los más utilizados en la investigación en inteligencia artificial.

Aunque la década de 1950 sentó las bases para la IA moderna, no fue hasta 1969 que Arthur Samuel acuñó el término «aprendizaje automático», un concepto fundamental en el desarrollo de sistemas de IA que pueden mejorar su rendimiento a través de la experiencia.

La Era Dorada de la IA: Avances y Descubrimientos en los Años 60

En la década de 1960, el campo de la inteligencia artificial experimentó un importante aumento de interés e inversión. Esta década fue testigo del desarrollo del primer programa de procesamiento del lenguaje natural, del primer algoritmo de aprendizaje automático y de un aumento de la representación de la inteligencia artificial en la cultura popular.

En 1961, George Devol inventa Unimate, el primer robot industrial que trabaja en la cadena de montaje de General Motors. En ese mismo año, James Slagle desarrolla el programa de resolución de problemas SAINT.

En 1963, John McCarthy inicia el Proyecto MAC, que más tarde se convertirá en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT. En 1964, Daniel Bobrow crea STUDENT, citado como uno de los primeros hitos de la PNL. El primer programa de IA, escrito en Lisp, resuelve problemas de álgebra.

En 1965, Joseph Weizenbaum desarrolla el primer chatbot, ELIZA. En 1966, Ross Quillian demuestra que las redes semánticas pueden utilizar los grafos para modelar la estructura y el almacenamiento del conocimiento humano. Ese mismo año, Charles Rosen desarrolla el robot Shakey.

En 1968, se estrena «2001: Una odisea del espacio», de Stanley Kubrick, en la que aparece HAL, un ordenador sensible. También en 1968, Terry Winograd crea el primer programa informático de lenguaje natural, SHRDLU.

La Revolución Silenciosa: La Era de los Sistemas Expertos en los 70

En la década de 1970, la IA dejó de centrarse en el razonamiento simbólico para abordar aplicaciones más prácticas, como los sistemas expertos y el procesamiento del lenguaje natural. Los sistemas expertos fueron diseñados para imitar la capacidad de toma de decisiones de los expertos humanos en ámbitos específicos, mientras que el procesamiento del lenguaje natural buscaba desarrollar máquinas capaces de entender y responder al lenguaje humano. Sin embargo, los avances en IA se vieron limitados por las restricciones computacionales y la falta de financiación, lo que dio lugar a lo que se conoció como el «invierno de la IA».

En 1970, la Universidad de Waseda en Japón construye el primer robot antropomórfico, el WABOT-1. En 1973, en un informe al Consejo Científico Británico, James Lighthill afirma que la investigación en IA no ha tenido un gran impacto, lo que condujo a una reducción del apoyo gubernamental a la investigación en IA. En 1977, se estrena «La guerra de las galaxias» de George Lucas, presentando al robot humanoide C-3PO. Finalmente, en 1979, un robot móvil equipado con televisión y teledirigido, conocido como The Stanford Cart, se convierte en uno de los primeros ejemplos de vehículo autónomo.

Del Fracaso al Éxito: Los Altibajos de la IA en los Años 80

En la década de 1980, el desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático marcó un importante punto de inflexión en la historia de la IA. Estos algoritmos permitían a los ordenadores aprender y adaptarse en función de los datos introducidos, en lugar de estar explícitamente programados para realizar una tarea específica. Esto abrió la puerta a sistemas de IA más complejos y sofisticados. Sin embargo, a pesar de estos avances, el auge de la IA en la década de 1980 desembocó en un «invierno de la IA», ya que la tecnología no cumplió algunas de las elevadas expectativas que se habían depositado en ella.

En 1981, el Ministerio de Comercio Internacional e Industria de Japón asigna 850 millones de dólares al proyecto Ordenadores de Quinta Generación. En 1984, Roger Schank y Marvin Minsky advierten del invierno de la IA. En 1986, Mercedes-Benz lanza una furgoneta sin conductor con cámaras y sensores. Finalmente, en 1988, Rollo Carpenter desarrolla Jabberwacky para «simular la charla humana natural de forma interesante, entretenida y humorística».

Descubriendo el Futuro: La Explosión de Innovación en los 90

En la década de 1990, resurgió el interés por la inteligencia artificial después de un periodo de menor financiación y atención en los años ochenta. Esto se debió en parte a la aparición de nuevas tecnologías como las redes neuronales. Además, la World Wide Web se hizo accesible al público, lo que condujo al desarrollo de motores de búsqueda que utilizaban el procesamiento del lenguaje natural para mejorar la precisión de los resultados de búsqueda. También en esta década, se vieron avances significativos en el desarrollo de agentes inteligentes y sistemas multiagente, lo que contribuyó al avance de la investigación en IA.

En 1995, Richard Wallace desarrolló el chatbot A.L.I.C.E. En 1997, Sepp Hochreiter y Jurgen Schmidhuber desarrollaron la memoria a largo plazo (LSTM), un tipo de red neuronal recurrente (RNN) para el reconocimiento de la escritura y el habla. En 1998, Dave Hampton y Caleb Chung inventaron el primer robot de juguete para niños, Furby. Finalmente, en 1999, Sony presentó un perro robótico, AIBO, capaz de entender y responder a más de 100 órdenes de voz.

El Futuro Llega: Hitos de la Inteligencia Artificial en los Años 2000

El cambio de siglo presenció la aparición de asistentes inteligentes, como Siri de Apple y Alexa de Amazon, que utilizan tecnología PNL para entender y responder a órdenes de voz. El desarrollo de los coches autoconducidos también comenzó en la década de 2000, con empresas como Google y Tesla liderando el camino en este campo.

En el año 2000, surgió el problema del efecto 2000, un desafío relacionado con fallos informáticos vinculados al formato y almacenamiento del calendario electrónico a partir del 01/01/2000. En ese mismo año, Cynthia Breazeal desarrolló un robot capaz de reconocer y simular emociones, Kismet, y Honda lanzó el robot humanoide de IA ASIMO.

En 2001, Steven Spielberg estrenó «Inteligencia Artificial A.I.». En 2002, i-Robot lanzó un robot aspirador autónomo. En 2004, las exploraciones robóticas de la NASA navegaron por Marte sin intervención humana. En 2006, Oren Etzioni, Michele Banko y Michael Cafarella acuñaron el término «lectura mecánica». Finalmente, en 2009, Google comenzó a trabajar en un coche sin conductor.

El Despegue de la IA: Innovaciones Clave en los Años 2010

En la década de 2010 se produjeron grandes avances en la IA, incluido el desarrollo de algoritmos de aprendizaje profundo, que permitieron crear sistemas de IA aún más sofisticados. La IA empezó a desempeñar un papel clave en diversos sectores, como la sanidad, las finanzas y la atención al cliente.

En 2010, Microsoft lanzó el primer dispositivo de juego que sigue el movimiento del cuerpo humano, Xbox 360. En 2011, Watson, un ordenador de respuesta a preguntas en lenguaje natural creado por IBM, participó en el popular juego televisado Jeopardy. Ese mismo año, Apple lanzó Siri.

En 2012, Jeff Dean y Andrew Ng entrenaron una gran red neuronal de 16.000 procesadores para reconocer imágenes de gatos. En 2013, la Universidad Carnegie Mellon lanzó un sistema de aprendizaje automático semántico que puede analizar las relaciones entre imágenes. En 2014, Microsoft lanzó Cortana y Amazon creó Amazon Alexa.

En 2016, Sophia, el robot humanoide creada por Hanson Robotics, se convirtió en la primera ‘ciudadana robot’, y Google lanzó Google Home. En 2017, Facebook entrenó a dos chatbots para que se comuniquen y aprendan a negociar. En 2018, Alibaba, la IA que procesa el lenguaje, superó al intelecto humano en una prueba de Stanford, y Google desarrolló BERT. Ese mismo año, Samsung lanzó Bixby.

IA en la Década de 2020: Rumbo hacia un Futuro Imparable

La Inteligencia Artificial continúa su ascenso a un ritmo sin precedentes, marcando el inicio de esta década con una serie de avances extraordinarios en chatbots, asistentes virtuales, procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje automático. Estos avances han ampliado enormemente las capacidades de la IA, permitiendo su aplicación en diversas áreas, desde el análisis de datos hasta la asistencia en la toma de decisiones.

La transformación positiva que la inteligencia artificial promete es evidente en su creciente presencia en sectores clave como el servicio al cliente, la personalización de experiencias, la gestión de contenido y el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Ejemplos notables de estos avances incluyen OpenAI Codex, presentado en 2021 como una herramienta revolucionaria para asistir a los programadores mediante la generación automática de código, y ChatGPT, lanzado en 2022 como un chatbot de IA que ha generado tanto elogios por su fluidez como debates sobre su impacto social.

El año 2023 trajo consigo la introducción de GPT-4, una versión mejorada y multimodal del modelo de lenguaje de OpenAI, y Google Bard, una alternativa basada en el modelo LaMDA de Google, desafiando así el panorama de los chatbots. Para entonces, ChatGPT ya había alcanzado más de 100 millones de usuarios, consolidándose como una de las aplicaciones de consumo de más rápido crecimiento, mientras que GPT-4 lograba impresionantes puntuaciones en pruebas estandarizadas, demostrando su capacidad para comprender y razonar a niveles comparables a los humanos en diversos campos del conocimiento. Estos acontecimientos son solo un indicio del continuo progreso y potencial de la IA en el futuro.

El Futuro de la IA: Entre Promesas y Preocupaciones Éticas»

La historia de la Inteligencia Artificial ha sido un viaje fascinante desde sus humildes comienzos en la década de 1950 hasta la sofisticación actual. Cada hito en esta línea de tiempo ha representado un avance significativo en nuestra comprensión y capacidad para desarrollar máquinas que piensen y actúen de manera similar a los humanos. Desde los primeros programas de ajedrez hasta los sistemas de aprendizaje profundo de hoy en día, hemos sido testigos de un progreso asombroso en el campo de la IA.

Sin embargo, a medida que avanzamos hacia el futuro, es esencial reflexionar sobre el impacto de la IA en nuestra sociedad. Estas tecnologías tienen el potencial de transformar radicalmente diversos aspectos de nuestras vidas, desde la atención médica hasta el transporte y más allá. Pero junto con estas oportunidades vienen desafíos y consideraciones éticas y morales importantes.

Por un lado, la IA puede mejorar la eficiencia, la precisión y la accesibilidad en áreas como el diagnóstico médico, la gestión de recursos y la automatización de tareas tediosas. Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre la pérdida de empleos, la privacidad de los datos, la discriminación algorítmica y el control sobre nuestras vidas cotidianas.

Es fundamental abordar estos dilemas éticos y garantizar que la IA se desarrolle y se implemente de manera responsable y ética. Esto implica la participación de diversas partes interesadas, incluidos legisladores, empresas de tecnología, académicos, profesionales de la ética y la sociedad en su conjunto.

En última instancia, el futuro de la IA dependerá de cómo gestionemos estos desafíos y cómo utilicemos esta tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas y promover el bienestar social en general. Con una planificación cuidadosa y un enfoque centrado en el ser humano, podemos aprovechar el potencial transformador de la IA mientras mitigamos sus posibles impactos negativos.


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